La Estimulación Temprana se ocupa de ofrecer técnicas y actividades que favorecen el aprendizaje sin esfuerzo a través del juego y el disfrute, tanto del niño como del adulto que lo acompaña.
¡Quién pudiera aprender sin esfuerzo y disfrutando de ello!
Todos quisiéramos poder hacerlo y hemos olvidado que de niños esto era posible.
Los niños pequeños aprenden jugando y para ellos descubrir el mundo es divertido. Cualquier actividad que les propongamos hacer les parecerá bien pues de lo que más disfrutan es de compartir juegos con nosotros, los adultos.
Los niños pequeños aprenden sin esfuerzo, porque está en su naturaleza hacerlo. Igual que aprenden a hablar, sin presión, sin miedo a equivocarse, practicando sus nuevos logros y motivados por seguir a por más, así aprenden todo lo demás.
Pero para esto solamente existe una edad. Tristemente, según los niños se acercan a primaria, van perdiendo la ilusión innata por aprender y poco a poco deja de ser para ellos algo tan divertido.
Seguramente podríamos los adultos mantener esta ilusión por aprender en los niños si evitásemos que percibiesen el aprendizaje como algo costoso, algo aburrido o difícil que requiere esfuerzo.
Seguramente, si encontrásemos el modo de disfrutar con ellos de todas las maravillas por conocer, si les acompañásemos con ilusión en ese recorrido de conocimiento, ellos mantuviesen parte de esa ilusión por descubrir el mundo en el que viven.
La Estimulación Temprana se ocupa de ofrecer técnicas y actividades que favorecen el aprendizaje sin esfuerzo a través del juego y el disfrute, tanto del niño como del adulto que lo acompaña.
La Estimulación Temprana se aplica en edades tempranas (de ahí su nombre), sin embargo, bien podría alargarse más allá en el tiempo y utilizarse con niños más mayores.
Es cierto que los niños de primaria, los de secundaria, adolescentes y adultos, no aprendemos de la misma manera que lo hacen los niños de educación infantil. Pero sigue funcionando a todas las edades el hecho que nos llame la atención lo que resulta atractivo y que aprendamos sin esfuerzo aquello a lo que estamos expuestos con frecuencia.
Los publicistas lo saben muy bien: no hay nada como ofrecer algo de forma atractiva, repetida y constante, para que todos lo aprendamos, lo queramos o no… sin esfuerzo… sólo porque “está ahí” y llamó nuestra atención.
Como ejemplo tenemos los anuncios de televisión.
Aprovecha los años tempranos de la vida de tus niños para exponerlos a estímulos interesantes, cosas e información que los atraiga y que les motive a aprender. No es difícil, sino algo sencillo de lo que disfrutarás con ellos, seguro.
Y lo mejor, no sólo estarás divirtiéndote con ellos mientras aprenden, sino que sabrás que estarás aprovechando sus años de mayor plasticidad y crecimiento cerebrales. Dándoles la oportunidad de crear nuevas conexiones y circuitos neuronales, ayudándoles en su maduración. Creando en ellos nuevos intereses que puedan mantener más adelante y haciendo de ellos personitas más plenas y felices.
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