¡Hola! Acabas de aterrizar en el lugar en la que conocerás una formación muy especial.

Este curso no lo encontrarás fácilmente en otra parte, es muy diferente a lo que normalmente se nos enseña a los educadores.

Su contenido pretende darte a conocer el desarrollo del ser humano desde sus comienzos, cuáles son sus mayores necesidades y cómo brindar a los niños la oportunidad de cubrirlas al máximo. Te enseñara a acompañar el desarrollo infantil dedicando a los niños el mayor tiempo de calidad posible. Un tiempo en el cual disfrutes con ellos en un entorno seguro y respetuoso, mientras realizas actividades que fomentan y apoyan su desarrollo en todas sus áreas.

Te hará consciente de que el desarrollo alcanzado por los niños determina su comportamiento, su relación con los demás, su aprendizaje y su rendimiento en la escuela. Y del importante papel que, nosotros los educadores, tenemos en la prevención de las dificultades y en el trabajo por solucionarlas cuando están presentes.

Ayudará a ampliar tu capacidad de observación de los niños, pudiendo así saber cuáles puedan ser sus necesidades más básicas y cómo ofrecerles el modo de alcanzarlas. Aprenderás a identificar las causas de las dificultades que muestran y a trabajarlas para que cada uno de los niños cuente con los requisitos previos que necesita para poder aprender con facilidad y en las mejores de las condiciones.

Conociendo las aportaciones de la neurociencia en lo relativo al desarrollo y aprendizaje infantiles, contarás con sencillas técnicas y recursos para el apoyo y el refuerzo de ese desarrollo y de ese aprendizaje.

Este curso pretende darte otra visión, otra mirada hacia la infancia. Una mirada que sea capaz de ver mucho más allá, que te permita comprender a los niños, ponerte en su piel, para saber qué les ocurre, por qué no aprenden como los demás, no se relacionan como sería de esperar o no se comportan como los otros niños de su edad.

Esta nueva mirada va acompañada de herramientas sencillas, naturales y, sobre todo, útiles, que harán que tu trabajo con los pequeños sea pleno y ya no sientas que “tiene que haber algo más” que podrías hacer. Esa “pieza del puzzle” que muchos educadores sentimos que nos falta está aquí.