“Estimular significa ofrecer nuevas sensaciones, aportar información sensorial (que entra a través de los sentidos).
Los sentidos
Es gracias a los sentidos que el cerebro obtiene información sobre lo que ocurre fuera y dentro del cuerpo. Junto a los cinco sentidos externos que todos conocemos, existen también sentidos internos que posibilitan que el cerebro sea conocedor en cada momento del estado del cuerpo: cómo nos sentimos, en qué postura estamos, dónde está cada parte de nuestro cuerpo, qué movimientos tenemos que realizar para llevar a cabo una acción, cuánta fuerza necesitaremos ejercer y qué movimientos o fuerza estamos realizando en cada momento.
Así funciona el cerebro
La estimulación sensorial se produce constantemente, aunque somos conscientes tan sólo de una pequeña parte de todos los estímulos que nos llegan. Es absolutamente necesaria para el desarrollo y la maduración cerebrales pues es la que posibilita que exista actividad en nuestro cerebro.
La respuesta que produce el cerebro ante estos estímulos es lo que constituye nuestro comportamiento: cómo nos movemos, cómo hablamos, cómo nos relacionamos, cómo reaccionamos ante lo que ocurre a nuestro alrededor o cómo aprendemos.
La maduración de estas respuestas, de nuestro funcionamiento, depende de la maduración cerebral en el procesamiento de los estímulos. Y esta maduración cerebral a su vez, depende de la estimulación que ofrece el entorno. Esto es especialmente cierto en los primeros años de vida, de aquí la necesidad de asegurar un entorno rico en estímulos adecuados.”
Conocemos la relación entre el intestino y el cerebro de la mano de Mar Alonso, experta en microbiota.
“Toda enfermedad comienza en el intestino”. Éstas fueron las palabras de el padre de la medicina, Hipócrates.
Hoy, después de tantos años retomamos esta vieja sabiduría y nos hacemos conscientes de la importancia que tiene el intestino en el funcionamiento humano a todos los niveles.
Y por supuesto, de la influencia tan grande que tiene en el desarrollo de nuestros niños.
Cada día es más frecuente que escuchemos decir que nuestro intestino es nuestro “segundo cerebro”. Y es que resulta que el cerebro y el intestino están tan unidos y tan interrelacionados que no podemos separar el uno del otro. No podemos separar en estado en el cual se encuentra funcionando uno del estado en el cual se encuentra funcionando el otro.
Esto quiere decir que si hay inflamación a nivel intestinal es muy probable que también la haya a nivel cerebral.
Hasta hace poco se nos decía que era el cerebro el que enviaba información al intestino y que por esto, las personas que tenemos problemas intestinales, como pueda ser colon irritable por ejemplo, tenemos unas características intrínsecas a nuestra forma de ser como es el no gestionar bien el estrés, agobiarnos fácilmente, tener una tendencia a la frustración… Se nos decía también que la solución era que aprendiésemos a relajarnos, para que así mejorasen los dificultades intestinales…
Hoy, sin embargo, sabemos que la información no viaja solamente del cerebro al intestino, sino que la que va en sentido contrario, la que viaja del intestino al cerebro, ¡es 9 veces mayor!
Así que, es posible que si somos personas que no gestionamos bien el estrés y nos frustramos fácilmente esto puede deberse al estado en el cual se encuentran nuestro intestino.
Esto nos da a entender que, mejorando el estado de nuestro segundo cerebro, el llamado “sistema nervioso entérico”, podemos mejorar nuestro funcionamiento a nivel cerebral.
Y esto es válido para los niños, puede mejorar en su capacidad de prestar atención y de aprender si se trata su intestino y se mejora el estado en el cual se encuentra.
Realmente no es algo que debiera sorprendernos pues en los casos de mayores dificultades en el desarrollo infantil, como puedan ser los niños que están en el espectro autista, ocurre que la mayoría de ellos presentan manifestaciones a nivel intestinal como reflujo, diarreas, estreñimiento, intolerancias a alimentos, etcétera…
El intestino tiene el cometido de protegernos de lo que entra en nuestro organismo y absorber y servirse de lo positivo, eliminando lo negativo.
En esta labor, tan importante es la absorción de nutrientes como la eliminación de tóxicos.
Gran parte de nuestro sistema inmunológico se encuentran en el intestino (del 70 al 80%). Si éste no puede hacer su tarea de eliminar tóxicos del organismo, sino que tiene una inflamación tan grande y una porosidad que hace que esos tóxicos circulen por la sangre y lleguen al cerebro, entendemos que el estado del intestino puede afectar a cómo funcionamos a nivel cerebral.
Además de absorber nutrientes y de desechar tóxicos, el intestino cuenta con otras varias funciones, entre ellas la de fabricar gran parte de los neurotransmisores (sustancias químicas que que favorecen la comunicación entre las neuronas): hasta el 90% de la serotonina y el 20% de la dopamina.
La serotonina es el neurotransmisor cuyo déficit asociamos con la depresión, la dopamina con el déficit de atención. Y conociendo esto, no parece tener demasiado sentido que si queremos tratar estos trastornos (entre otros), nos centremos solamente en el funcionamiento del cerebro.
El intestino, al igual que otros órganos de nuestro cuerpo, está habitado por una gran cantidad de microorganismos, algunos de ellos patógenos, pero otros beneficiosos. Lo deseable es que esta “microbiota” esté sana, que exista equilibrio entre unos microorganismos y otros. Una microbiota sana se encuentra en una persona sana, sana a todos los niveles.
Mar Alonso, nuestra invitada experta en el programa de formación online en neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨ nos cuenta cómo influye la microbiota en el ser humano. Y cómo una gran mayoría de los niños con autismo, por ejemplo, tienen una microbiota dañada, suponiendo esto un intestino permeable y una intoxicación en todo su organismo. También nos habla de cómo trabaja ella con los niños para lograr retomar su salud intestinal y cómo muchos así, muestran grandes cambios en todas las áreas de su desarrollo y aprendizaje.
Si todo comienza en el intestino como decía Hipócrates, es ahí donde debemos actuar para que otros tratamientos y otros enfoques terapéuticos funcionen en las mejores de las condiciones y el niño pueda avanzar fácilmente hacia su recuperación y hacia un desarrollo pleno que le permita aprender y funcionar con facilidad.
Infórmate del programa de formación online en neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨ Cada mes contamos con un experto en desarrollo infantil invitado al programa, además de tener un completo contenido teórico y práctico sobre el desarrollo infantil y cómo apoyarlo desde diferentes técnicas de estimulación cerebral.
Por si te has planteado o preguntado alguna vez qué es el neurodesarrollo, te cuento…
El neurodesarrollo es una ciencia que estudia y trabaja el desarrollo del ser humano, la “creación” de la persona.
El neurodesarrollo se enfoca muy especialmente enel desarrollo infantil, en la maduración de la persona en su infancia, pues es en los primeros años que el desarrollo de la persona se da y madura casi por completo.
El neurodesarrollo lleva el prefijo “neuro” porque no solamente contempla al niño, al joven o al adulto, “desde fuera” (observando su conducta y su aprendizaje), sino que lo contempla más bien “desde dentro”, ocupándose así de su cerebro.
Es el cerebro lo que realmente debemos conocer y trabajar.
El desarrollo del niño es el desarrollo de su cerebro.
En realidad es el cerebro el que habla, el que aprende a leer, el que escribe, el que presta atención, el que se relaciona con los demás… El cerebro es quien lo hace todo.
El cuerpo es lo que vemos desde fuera, pero es solamente un instrumento del cerebro. El instrumento que utiliza para hacerlo todo en la vida.
De aquí la importancia de que logremos todos, desde que somos muy pequeños, una excelente comunicación entre nuestro cerebro y el cuerpo.
El desarrollo comienza precisamente aquí: en fortalecer y hacer madurar las vías de comunicación entre el cuerpo y el cerebro, y entre el cerebro y el cuerpo.
Tanto es así, que podemos observar el grado de maduración del desarrollo de un niño con tan sólo observar cómo utiliza su cuerpo (cómo se mueve, cómo está quieto, el control que tiene del movimiento y de su postura, cómo utiliza sus manos, su boca o sus ojos…).
A través del cuerpo llegamos al cerebro.
Y es precisamente a través de trabajar con el cuerpo que podemos llegar al cerebro. Gracias al movimiento y a la estimulación sensorial es cómo se logra la maduración cerebral.
Es posible que esto nos sorprenda, pero sólo hemos de observar cómo actúa la naturaleza para darnos cuenta de que es así: el cerebro crece, se desarrolla y madura en los primeros años de vida. Lo hace muy especialmente durante la gestación y el primer año, luego también hasta los tres, para alargarse, ya de forma menos intensa, hasta los seis, cuando el 90% del crecimiento cerebral se ha cumplido ya.
Si a pesar de leer esto sigues con dudas al respecto… observa atentamente cómo crece la cabeza de un niño. Su tamaño por fuera te indicará el tamaño que ha adquirido su cerebro pues el cráneo crece porque lo hace el cerebro y para permitirle hacerlo. Y verás cómo el niño de seis años tiene ya una cabeza que supone el 90% del tamaño de la cabeza de un adulto.
La mayor parte del desarrollo se produce a edades tempranas.
Si el desarrollo se produce en su mayor medida antes de que el niño inicie primaria, tenemos que pensar que el aprendizaje cognitivo no es lo que sustenta este desarrollo. El crecimiento y la maduración cerebrales no dependen principalmente de las letras, los números, los colores o las formas geométricas (justo lo que nos empeñamos en trabajar cuando se observan dificultades de desarrollo en los niños). Sino que, la base del desarrollo y el crecimiento cerebrales dependen de las experiencias más tempranas del ser humano: aquellas que están íntimamente ligadas al movimiento y las sensaciones y experiencias del cuerpo.
Pues es de esto que se ocupa el neurodesarrollo. Se ocupa del desarrollo de los niños (también puede trabajar con el desarrollo de jóvenes o adultos como ya dijimos, pero nos vamos a centrar en los niños de momento…). Y decir “desarrollo de un niño”, como hemos visto, es lo mismo que decir “desarrollo de su cerebro”.
Desarrollo infantil = Desarrollo cerebral
El neurodesarrollo nos da a conocer el desarrollo infantil, el desarrollo cerebral.
El neurodesarrollo nos da a conocer este desarrollo para que podamos así acompañar a todos los niños a través del mismo. Asegurándonos de que se cumpla plenamente y trabajando desde la prevención para evitar que puedan quedar lagunas o fallos que después se manifiesten en la forma de dificultades de aprendizaje en la escuela, de controlar su comportamiento o relacionarse con sus iguales.
El neurodesarrollo nos enseña cómo reforzar el desarrollo cuando, por las razones que sean, no se esté cumpliendo como sería de desear. Dando así a los niños una segunda oportunidad de madurar.
Con todo lo dicho hasta ahora, es posible que se comprenda mejor que el neurodesarrollo se centra en la base misma del desarrollo del ser humano, no se queda en la superficie (en lo que es visible). No se queda en los síntomas, sino que busca las causas de las dificultades que muestran los niños.
El neurodesarrollo no se ocupa de los síntomas, sino de las causas que los crean.
Por esto, el neurodesarrollo no propone poner de pie al niño que no camina, insistir en la lectura con el niño al que le cuesta leer, no se queda en trabajar el lenguaje en el que no habla, no entrena al niño con déficit de atención a prestar atención…
El neurodesarrollo nos hace ver que los niños que no han alcanzado una meta a la cual deseamos que lleguen es porque no cuentan con los requisitos previos para poder llegar.
El niño que tiene dificultades para leer, no necesita leer más y más hasta sentirse agotado, tremendamente frustrado y posiblemente, derrotado… llegando a sentir aversión por la lectura. Lo que realmente necesita es lograr alcanzar la maduración en su desarrollo que le permita disponer de las herramientas necesarias para lograr aprender a leer sin sobreesfuerzo, tal como hacen sus compañeros.
El neurodesarrollo no trabaja los síntomas de lo que vemos que falla en los niños, sino que busca la raíza de los problemas para trabajar justo ahí.
Pues solamente atacando la raíz de las dificultades es que podemos logra que éstas desaparezcan. Esto no es posible si nos limitamos a trabajar solamente los síntomas.
Al igual que erradicar la fiebre con un antipirético no solucionará la infección que la ha causado. La fiebre es una manifestación, un signo que nos muestra un problema de fondo, una causa, que es la que hemos de atender.
El neurodesarrollo supone una nueva forma de mirar a los niños. De observarlos para conocer lo que está realmente ocurriendo detrás de los signos que nos muestran y nos preocupan.
El neurodesarrollo nos ayuda a conocer realmente en qué consiste y cómo se produce el desarrollo infantil. Para no quedarnos solamente en lo superficial, en lo que vemos, para no seguir trabajando el síntoma con tratamientos largos e ineficaces.
El neurodesarrollo trabaja justo ahí: donde se produce el desarrollo, la maduración que permite al niño avanzar con éxito por todas las etapas y exigencias en su aprendizaje.
El neurodesarrollo trabaja justo ahí: donde se producen los fallos en el desarrollo, en la maduración que impiden que el niño pueda avanzar con éxito por todas las etapas y exigencias en su aprendizaje.
El neurodesarrollo trabaja en la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.
Trabaja el desarrollo cerebral a través del cuerpo y de la comunicación que existe entre ambos.
Sólo existe una manera de llegar, de estimular nuestro cerebro en su base, en las áreas donde se produce el desarrollo de base de la persona. Y no es a través de la lectura, la escritura, de las matemáticas o de la modificación de la conducta…
La única manera de llegar a áreas cerebrales que se ocupan de darnos las herramientas que necesitamos para aprender y funcionar en la vida, es a través del cuerpo con la estimulación sensorial y del movimiento.
Si te quedas en el trabajo sintomático insistiendo en lo que el niño no puede hacer, convencida de que le “enseñarás” a hacerlo, es posible que tengas éxito en tu empeño. Pero si existen fallos de base en el desarrollo de ese niño, no lograrás solucionar el problema y para lograr tus objetivos estarás en el camino más largo y con resultados más pobres. Digamos que estarías trabajando en la punta del iceberg, la única parte que es visible del mismo, cuando los fallos están debajo del agua, en la parte que no vemos. O bajas buceando hacia donde se hallan las dificultades, o no lograrás cambios reales… sólo poner parches provisionales.
Por poner otro símil, podríamos decir que es como si una casa se tambaleara y nos empeñáramos en trabajar en el tejado y en pintarla para dejarla bonita… cuando lo que realmente necesita es que bajemos a los cimientos a rellenar las grietas para así darle la fortaleza y seguridad que necesitará para siempre. Entonces es cuando podremos pintarla y ponerle las cortinas más bonitas, sabiendo que será una casa estable y no se volverá a tambalear.
“Bajar a rellenar las grietas de los cimientos” en nuestro cerebro supone enviarle estimulación sensorial y de movimiento. Con este tipo de trabajo utilizando el cuerpo, lograremos la maduración de las áreas cerebrales que darán a los niños las herramientas, los requisitos previos, que puedan necesitar para lo que queremos que logren en su conducta y aprendizaje.
El neurodesarrollo busca una maduración que repercuta en todas las áreas y sea para toda la vida.
Al madurar áreas cerebrales más primitivas, tendrán la oportunidad de madurar todas las áreas que están encima. No ocurre al revés, el cerebro no madura de arriba hacia abajo. Igual que no podemos construir una casa empezando por el tejado. Es simplemente imposible.
Podríamos decir que el neurodesarrollo no trabaja en el tejado, cosa que sí hacen los métodos convencionales. Trabaja en los cimientos para que el resto de la construcción se produzca en las mejores de las condiciones.
El neurodesarrollo busca así trabajar en la base del desarrollo, en la raíz de las dificultades buscando lograr resultados definitivos, dejando de poner parches. Alcanzando así una maduración para toda la vida.
Si te apetece, puedes escucharme contarte todo esto en el siguiente vídeo:
Fórmate en neurodesarrollo para que puedas tú también trabajar en la raíz de los problemas y no solamente en los síntomas. Para que puedas lograr resultados definitivos en tu trabajo con los niños.
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¿La hipotonía está en los músculos o en el cerebro?
Seguro que habrás visto cómo hay muchos casos de niños con bajo tono muscular y que éste además, va acompañando a otras dificultades como el déficit de atención, dificultades de aprendizaje, retrasos en el desarrollo, etc. La hipotonía es una de las condiciones que más me consultan los padres preocupados por sus hijos. Todos ellos trabajan incansablemente con los peques desde edades muy tempranas, buscando siempre cómo fortalecer sus músculos para que puedan avanzar en su desarrollo y alcanzar los logros esperados para su edad. Fortalecer los músculos es un buen trabajo… pero… no deja de ser la solución convencional común para cualquier dificultad: trabajar los síntomas del problema. Centrar la atención en aquello que vemos que no va bien (en este caso: los músculos). Así, se comienza por trabajar los músculos del cuello para que el bebé pueda sostener bien su cabecita, luego los músculos troncales para que pueda estar sentado, después las piernas para que pueda caminar… la boca para que pueda hablar y las manos para que pueda escribir y realizar otras labores que requieren de la motricidad fina… Así, se van poniendo parches aquí y allá, según van asomando los síntomas se van trabajando. Sin embargo, poner parches nunca soluciona el problema real de fondo. Y en el largo periplo de fortalecimiento de músculos, hay algunos que se quedan fuera de juego, algunos muy muy importantes y que nadie sospecha que también puedan tener un pobre tono muscular: los de los ojos. Músculos esenciales para que el niño pueda leer y realizar todas sus tareas del cole con comodidad y eficacia. El neurodesarrollo trabaja el desarrollo infantil desde los mismos comienzos. Y propone un trabajo de base en la raíz del problema. Propone, junto al trabajo de los síntomas, el trabajo de la causa para así dejar de poner parches y buscar una solución definitiva. Esto se traduce en un trabajo que tiene como objetivo estimular y hacer madurar áreas cerebrales que se ocupan de regular el tono muscular para de esta forma incidir en la musculatura de todo el cuerpo. Si esto te parece interesante, en este vídeo te cuento más:
¿Te gustaría conocer más sobre el desarrollo infantil? ¿Cómo el bajo tono muscular afecta a la capacidad de prestar atención de un niño, por ejemplo, y por lo tanto, a su capacidad de aprender en la escuela? Y sobre todo, ¿Cómo trabajar con los niños para ayudarles a vencer estas dificultades? Si te apetece formarte en neurodesarrollo para conocer todo esto y mucho más, no dudes en decírmelo. Nos vemos y te cuento con todo detalle las diferentes opciones que te puedo ofrecer de formación online. Haz clic en el botón:
“Existe esperanza para los niños“. Esto nos lo dice Doris, quien trabaja en Honduras en una comunidad con muchísimas necesidades y donde los niños son los más vulnerables. Doris se dedica en cuerpo y alma a ayudar a estos pequeños, intentando darles una vida mejor. Ahora conoce el neurodesarrollo y nos cuenta cómo éste ha supuesto un descubrimiento y un gran aporte para ella en su trabajo diario.
¿Te imaginas poder dar a los niños con los que trabajas no solamente conocimientos, el mejor alimento y todo el cuidado y cariño que ellos necesitan y se merecen, sino también las oportunidades de llegar a un desarrollo pleno? Un desarrollo que les permita controlar su conducta, relacionarse bien con los demás y aprender con facilidad. Que les haga sentirse capaces, fuertes, seguros y felices. Al igual que Doris, tú también puedes lograrlo. Y si me lo permites, te acompañaré en el camino. Infórmate del curso básico de neurodesarrollo infantil EL LENGUAJE DE LOS SENTIDOSy de otras posibilidades de formación.
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Si lo haces, casi con toda seguridad habrás visto cómo cada año hay más niños que muestran dificultades en su aprendizaje o en su comportamiento. Cada vez ves más necesidades en ellos.
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Podrás hacerlo ampliando tu mirada, cambiando cómo miras a los niños, cómo les ves. Conociendo el neurodesarrollo infantil aprenderás cómo trabajar con ellos de modo que puedan alcanzar su potencial pleno. Y lo harás de una forma natural, lúdica y sin presión para los pequeños.
Es totalmente gratuita y una vez que te registres, podrás ver la clase cuando tú quieras. Además, junto a ella encontrarás un regalito para ti. ¡Espero que te parezca interesante y te guste mucho!
Espero que en estas fechas disfrutes de las personas y cosas buenas con las que compartes la vida. Desde el programa de formación online en neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨, te deseo mucha felicidad. Que disfrutes de los días de fiesta y que el año nuevo 2023 sea magnífico para ti. ¡Seguro lo será! Un abrazo, Rosina
Hoy quiero hablar de algo que es “único en su especie”. Único y otros sinónimos que se le podrían aplicar: extraordinario, especial, excepcional, fuera de lo común, fuera de serie, exclusivo… Bueno, y no sigo porque cuando te diga de qué estoy hablando vas a pensar que no tengo abuela. Y quizá no esté bien que yo lo diga, pero de verdad que lo creo y siento tal cual. Pues lo que es “único en su especie” es el programa de formación online en neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨. Seguramente estés pensando que podría ser un poco más modesta a la hora de hablar de ello, pero realmente me emociona pensar en lo que se ha convertido esta formación. Y no miento ni exagero cuando digo que es única. Pues no conozco ninguna otra que además de tener un amplio contenido teórico y práctico, cuente con la participación de decenas de expertos como MIMANDO LAS ESTRELLAS✨. Gracias a nuestras sesiones de expertos, que quedan grabadas formando parte del contenido del programa, éste va creciendo de mes en mes… (a veces me planteo hasta dónde llegaremos…). Aquí podrás ver todo lo que ofrece (por el momento):
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¡Ya está la segunda edición de mi libro! “Estimulación Temprana. Cómo acompañar el desarrollo de los niños de 0 a 6 años”, de la Editorial Psimática.
Estimulación temprana. Cómo acompañar el desarrollo de los niños de 0 a 6 años
Si te gustan los niños pequeños y trabajas o convives con ellos, seguro que te gustará este libro.
En él he volcado 15 años de experiencia trabajando la estimulación temprana con niños pequeños. Es un trabajo precioso que todos podemos realizar, en el aula o en el hogar. Sólo hace falta conocer cómo se produce el desarrollo de los niños y cómo llevar a cabo sencillas actividades que lo favorecen y lo refuerzan.
Y todo ello en el momento de la vida en el cual los niños tienen un mayor crecimiento y maduración cerebrales, justo el momento en el cual muestran mayor interés por cualquier cosa que les propongamos hacer si lo hacemos con ilusión y ganas.
Aprende a disfrutar con los pequeños mientras apoyas su desarrollo para que sea pleno.
Espero que el libro de estimulación temprana te guste mucho. Y… si lo lees o lo has leído ya, ¡dímelo! Porque quiero hacerte un pequeño regalo: “Mis pequeños sabios”, una bonita recopilación de citas y anécdotas de los niños con los que trabajé con la estimulación temprana.
Volviendo al libro de estimulación temprana “Cómo acompañar el desarrollo de los niños de 0 a 6 años”, puedes adquirirlo directamente en la editorial, sólo haz clic aquí:
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