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La importancia del gateo

Gatear aporta grandes beneficios
Beneficios de gatear

La importancia del gateo es grande dentro del desarrollo infantil. En realidad, es una etapa cuyos beneficios determinarán en gran parte cómo funcionamos en muchos aspectos a lo largo de nuestras vidas.

Los hitos del desarrollo infantil

Los llamados “hitos del desarrollo” son destrezas y conductas que aparecen en los niños sanos indicándonos con su aparición que su desarrollo se está produciendo adecuadamente.

Es importante que todos los niños atraviesen las mismas etapas y alcancen estos hitos del desarrollo.

Suele decirse que cada niño “lleva su ritmo” al alcanzar estos hitos, lo cual es cierto, pero también lo es que el niño que no alcanza alguno de ellos, puede sufrir las consecuencias en la forma de dificultades para llevar a cabo tareas que realizan con poco esfuerzo sus compañeros.

Es menos importante el momento o la edad exacta a la cual un niño llega a cada hito, que el hecho de que llegue al mismo. Cada etapa del desarrollo surge gracias a lo logrado en la etapa anterior y por lo tanto, depende directamente de ésta. Y a su vez, cada etapa determinará que el niño alcance fácil y plenamente la siguiente. Existe un orden y una secuencia en el desarrollo que resultan de vital importancia para el mismo.

Podemos considerar muchos logros como hitos del desarrollo en los niños, y éstos abarcan todas las áreas del desarrollo como el movimiento (grueso y fino), la visión, la audición, el habla, la lectura, la escritura, la relación con el entorno y los demás…

Sin embargo, son los hitos del movimiento del primer año los que pondrán las bases para que todos los demás sean posibles. Estos movimientos son los que darán lugar a todos los movimientos posteriores. Pero también dependerán de ellos no sólo las funciones motrices, sino también las intelectuales (recordemos que sobre el desarrollo motriz se asienta el desarrollo emocional, social y cognitivo).

Cada estadio es un requisito previo del siguiente y todos ellos sientan las bases del desarrollo posterior de la persona. De la misma manera en la que los cimientos y pilares básicos de una casa sujetan toda la construcción posterior y garantizan su fortaleza y estabilidad.

El gateo es uno de los más importantes hitos del desarrollo

De entre todos los hitos motrices, el gateo es uno de los más importantes por todos los beneficios que aporta al desarrollo global.

El gateo es un momento evolutivo muy importante, pues supone una adquisición de autonomía frente a los padres y una oportunidad de descubrir y experimentar el entorno, que el niño no había tenido hasta entonces. Cuando comience a caminar estará mucho más preocupado por mantener el equilibrio y será más dependiente de los adultos, dejará a su vez durante algún tiempo de explorar el medio en favor del disfrute y perfeccionamiento de su nuevo logro.

Los niños que gatean adquieren información y experiencias directas sobre lo relacionado con el espacio y el tiempo, con la profundidad, las distancias, la velocidad… Esto favorecerá muchos aspectos de su aprendizaje futuro en todas las áreas.

Además, en esta etapa del desarrollo motor se producen cambios físicos importantes también. Se fortalece la musculatura del cuello, hombros, brazos, espalda, cadera, piernas… Mejora la estructura ósea y el tono muscular general, que junto a lo anterior, prepara al niño para una correcta deambulación y control postural.

Sólo si el niño pasa por todas las fases del suelo en estos primeros doce meses, logrando activar y luego inhibir los reflejos primitivos, podrá contar con los requisitos previos para todo lo que ha de lograr después del primer año de vida. Los reflejos posturales avanzados que surgen de esta maduración neurológica, tienen la función de “cablear” mecanismos cerebrales más sofisticados, indispensables para el aprendizaje escolar.

Según estudios realizados, es una vez que el niño gatea cuando comienza a desarrollar su percepción visual de la profundidad. Las funciones visuales más complejas se desarrollan a la par que el desarrollo motor en el niño.

Mientras dura la fase del gateo, el niño aprenderá a calcular distancias en el espacio y se acostumbrará a observar objetos a una distancia de unos 30 cm., que será precisamente la distancia de enfoque que utilizará más tarde para sus labores de lectoescritura. Y mientras gatea, el niño cambiará a menudo su enfoque acomodando su visión de cercana a lejana, una habilidad que necesitará en un futuro en clase (cuaderno-pizarra).

También, mientras gatea, el niño mira sus manos siguiendo sus movimientos mientras avanzan. Así los ojos aprenden a cruzar la línea media corporal (esa línea imaginaria que divide el lado derecho del izquierdo del cuerpo, cuando el niño es capaz de cruzarla supone un grado importante de maduración), moviéndose y enfocando de un lado al otro, un paso importante en la coordinación óculo-manual

Como vemos, el gateo supone una fase fundamental para el desarrollo del niño. Al ser un ejercicio en el que ambos lados del cuerpo se ven obligados a trabajar de forma conjunta y coordinada, fortalece las rutas neurológicas por las que viaja la información entre los dos hemisferios cerebrales. Estas rutas de comunicación interhemisférica (que forman el Cuerpo Calloso) no sólo son necesarias para funciones motrices, sino que resultan imprescindibles para funciones cognitivas, facilitando requisitos escolares como la lectura, la escritura o las matemáticas.

Cuando observamos a un niño gatear con un patrón contralateral perfecto (se mueven a la vez el brazo derecho con la pierna izquierda y el brazo izquierdo con la pierna derecha), vemos que ambos lados del cuerpo funcionan juntos y coordinados (también lo hacen la parte superior e inferior). El hecho de que los dos lados del cuerpo tengan una buena comunicación y funcionen en colaboración supone que así están funcionando también ambos hemisferios cerebrales. Una buena comunicación interhemisférica será necesaria para poder leer fluidamente y con comprensión, por ejemplo.

Pero hay más… el hecho de que ambos lados del cuerpo trabajen en equipo sienta las bases para que los dos ojos lo hagan también. Y los dos oídos, cuya colaboración es absolutamente necesaria para un correcto desarrollo del lenguaje y para poder leer, pues al fin y al cabo, la lectura es la transcripción de sonidos que el oído ha de percibir con calidad para que el niño pueda llegar a decodificarlos con facilidad.

Al gatear el niño sigue visualmente sus manos al avanzar y esto favorece la coordinación óculo-manual. Durante el gateo, el niño utiliza también la pinza del dedo pulgar y el índice pues el estímulo que le produce el roce de la palma de su mano contra las diferentes superficies del suelo inhibe el reflejo de agarre que tienen los bebés y le permite pasar a la pinza y recoger pequeños objetos del suelo. Esta pinza será la que necesite utilizar más adelante para escribir de forma cómoda y eficaz.

“El gateo le prepara para leer y escribir”

“Motricidad: gateo”

El gateo le prepara para leer y escribir

Bebés gateando
Gatear les prepara para leer, escribir, las matemáticas y mucho más…

Hoy me gustaría seguir hablando del desarrollo y el aprendizaje de nuestros niños.

Todos queremos que sean felices lo primero, por supuesto, pero los problemas de aprendizaje nos ocupan y preocupan cada día en más casos y nos planteamos cómo trabajarlos para su solución, pero pocas veces si existe una posible prevención…

Queremos que nuestros niños lleguen a desarrollar un buen lenguaje, que puedan estar quietos en clase prestando atención, aprendiendo a leer, a escribir, matemáticas…

Todo esto que deseamos para ellos es parte de un proceso: el proceso de desarrollo infantil.

Así, desarrollar el lenguaje o aprender a leer y escribir, también estar quieto en clase prestando atención, inhibiendo el movimiento y los impulsos, controlando la conducta… son logros dentro de ese proceso.

Son metas a las que habrán de llegar después de hacer un recorrido previo.

Y es aquí donde entra nuestra responsabilidad: permitir que los niños hagan este recorrido por su desarrollo de la manera más plena, completa y favorable posible.

Tristemente, ocurre que muchos niños se saltan etapas de ese proceso. Y demasiadas veces es porque los adultos no les hemos dado las oportunidades que necesitaban para avanzar por ellas satisfactoriamente, o incluso lo hemos impedido directamente.

La beneficiosa etapa del gateo.

Hoy quiero hablarte del gateo, una de las etapas menos valoradas y que más niños se saltan, siendo precisamente una de las fases que más beneficios aporta al desarrollo en general.

El gateo ofrece autonomía, nociones espaciales y de tiempo, fortalece la estructura muscular y ósea y prepara para caminar en las mejores de las condiciones. También favorece un buen control postural y un buen tono muscular, aspectos que influirán en la capacidad para estar en clase sentado prestando atención. Todo esto y mucho más, ayudará a los niños en emprender el aprendizaje de la lectura, de la escritura o las matemáticas…

Me gustaría darte más detalles por lo que he preparado este vídeo para contártelo todo. Espero que te guste:

Si te interesa todo esto relativo al desarrollo infantil, puedes formarte en neurodesarrollo. Te ofrezco diferentes formaciones, desde la más sencilla a la más completa de todas. Y no importa si trabajas con niños o eres madre (o las dos cosas), cualquiera de estas formaciones te dará las herramientas que necesitas para apoyar y favorecer un pleno desarrollo en los niños.

Sólo haz clic en el botón de aquí debajo y nos vemos para hablar de ello:

“La importancia de gatear”

“Motricidad: gateo”

¡Los astronautas son disléxicos! El peso de la fuerza de la gravedad en el desarrollo infantil.

Hace muy poquito me enteré de que… ¡los astronautas son disléxicos!

Nunca lo hubiera pensado, pero reflexionando un poco sobre ello, me di cuenta de que es absolutamente normal y comprensible.

La falta de gravedad hace que los astronautas pierdan las nociones espaciales y por esto comiencen a escribir de derecha a izquierda, inviertan letras y números, no sean capaces de ver la simetría en las grafías o en las formas geométricas…

Y esto coincide con los síntomas que muestran los niños con dislexia.

El peso de la gravedad en el desarrollo infantil

¿Será que los niños disléxicos puedan también tener problemas con las nociones espaciales? ¿Con la gravedad?

Pues, observando el grado de desarrollo alcanzado por muchos de ellos vemos que… ¡así es! Es justo tal cual ocurre con los astronautas: tienen confusión espacial y una no muy buena relación con la gravedad.

Sólo que en su caso no es por encontrarse en el espacio interestelar, sino por no contar con un sentido vestibular maduro.

Te cuento más en el vídeo:

La estimulación vestibular ayudará al niño a situarse en el espacio en tres dimensiones que le rodea para después poder situar las letras y los números en el espacio de dos dimensiones del papel.

Lograr tener un sistema vestibular maduro le ayudará a mucho más.

La estimulación vestibular, junto a la estimulación propioceptiva, hará que sea más consciente de su cuerpo, que esté más conectado con el mismo y así, esté más presente. Pudiendo prestar una mejor atención y aprendiendo con más facilidad.

¿Te gustaría aprender más sobre el desarrollo infantil y cómo técnicas de neurodesarrollo (como la estimulación vestibular o propioceptiva) pueden ayudar a los niños con dificultades de aprendizaje? Sólo haz clic en el botón de aquí abajo y nos vemos 🙋‍♀️

Puede que te interese leer este otro artículo con vídeo en este mismo blog:

“Estimulación vestibular. La estimulación del movimiento”

¿MÁS ESTIMULACIÓN? NO, SÓLO SENTIDO COMÚN

Elena García ha escrito este artículo para este blog. Muchas gracias, Elena, por un artículo tan clarificador y tan directo. En él se condensa el sentir y uno de los principales objetivos comunicativos de este espacio.
 

Los usuarios de este blog estamos acostumbrados a la palabra estimulación, somos conscientes de la importancia que tiene para el desarrollo de un niño el hecho de proporcionar ciertos estímulos, ya sea a nivel sensorial, físico o simplemente tiempo para estar con el bebé. Somos madres (y algún que otro padre) atentos a cualquier innovación metodológica, a nuevos tratamientos, investigaciones, que traten sobre este tema.

El problema es que esta realidad que nos define y en la que nos movemos no tiene nada que ver con la que se suele observar en las calles, en los parques, en las guarderías. A menudo podemos encontrarnos con personas que desatienden sistemáticamente a sus hijos, que entorpecen su desarrollo psicomotor y que presentan comportamientos no apropiados. Y no estoy hablando de familias socioeconómicamente desfavorecidas.

¿Os habéis fijado en cuántos bebés toman su biberón ellos solos en su cuna o en su cochecito? Pero bueno, ¿no habíamos quedado en que el biberón era el sustituto del pecho? La forma tradicional de alimentar a los bebés (ya sea leche materna o artificial) asegura que el niño está en brazos de mamá, recibiendo toda una serie de estímulos: Táctiles: presión, temperatura, tamaños, texturas. Visuales: trabaja alternativamente los dos ojos, dependiendo de qué pecho le está alimentando. Auditivos: los dos oídos también trabajan de forma alternativa en función de la posición del cuerpo, un oído oye el sonido ambiental y el otro está pegado al cuerpo de la madre. Olfativos: siente el olor de la piel de su madre, de su perfume, etc. Propiocepción: el niño va percibiendo las distintas partes de su cuerpo a partir de sus experiencias siendo tomado en brazos. Los niños que tienen dificultades de propiocepción suelen relacionarse mal con sus compañeros, ya que no controlan bien su cuerpo. Equilibrio: aprende la posición de su cuerpo en el espacio, también gracias a la experiencia. Los niños que sistemáticamente son alimentados en su cuna o en el cochecito están perdiendo una importante estimulación sensorial y vestibular completamente necesaria para su desarrollo. Quizás en un futuro no muy lejano tendrán dificultades con la lectura o la escritura o problemas de comportamiento.

Otro error muy común es la utilización generalizada durante todo el día de las hamacas y los cestitos (tipo maxi cosi). El desarrollo motor del bebé tiene sus etapas, la primera consiste en mover libremente brazos y piernas. Cuando vemos a un bebé tumbado sobre su espalda, en su cochecito o en su cuna, tiene un movimiento muy divertido, es como una coreografía. Mueve sus cuatro extremidades a la vez, sin mover el cuerpo. Este movimiento no puede llevarse a cabo si el bebé está encorsetado. Los reflejos primarios tienen que hacer su curso. Por ejemplo, el Reflejo Tónico Asimétrico Cervical aparece a las 16-18 semanas en útero y debería inhibirse entre los 3 y los 9 meses de vida postnatal. Este reflejo se activa cuando el niño gira su cabeza hacia un lado, entonces el bracito del mismo lado se extiende en posición horizontal, de manera que el niño se encuentra con su mano enfrente de sus ojos. Se desarrolla la primera conexión ojo-mano que será tan importante en su vida. Me pregunto cómo se puede desarrollar e inhibir este reflejo si está el niño metido en un maxi cosi… Además, en este tipo de hamacas, la cabecita suele quedar ladeada, es decir, se está bloqueando de algún modo el flujo sanguíneo y las conexiones nerviosas y musculares entre el cuerpo y la cabeza (o sea el cerebro). Supongo que un osteópata podría explicar esto mucho mejor que yo.

Por otro lado, algunas familias tienen un gran desconocimiento de las necesidades reales de sus hijos de menos de 1 año de edad. No les enseñan libros con ilustraciones porque creen que el niño no entiende. Les dejan durante horas sentados en la hamaca delante de la televisión, viendo películas infantiles o DVDs educativos, porque así están muy quietos. No les dan la oportunidad de arrastrarse ni de gatear. En ciertas ocasiones es comprensible que los bebés tengan que permanecer en la hamaca, la cuna o cualquier otro lugar seguro. Con la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral, cuando ésta llega a casa, tiene que hacer también el trabajo doméstico y por supuesto no se puede hacer la cena, poner la lavadora, vigilar los deberes y perseguir a un bebé gateador al mismo tiempo.

Desde las instituciones educativas y la Administración hay una gran preocupación por el alarmante aumento del fracaso escolar. ¿A qué edad hay que empezar a prevenirlo? Normalmente se dedican esfuerzos en la ESO, o en primaria, pero es demasiado tarde. En mi opinión debería empezar la prevención en la unidad de pediatría en la que se ve al bebé por primera vez. Podrían incorporarse profesionales con formación en psicología y neurodesarrollo y así poder complementar la información que se da a las familias en cuanto a las necesidades básicas del recién nacido.

Elena García
Psicóloga especialista en Neurodesarrollo
INPP Licentiate
Terapeuta Johansen Sound Therapy

www.reflejosprimarios.com

 

Puede interesarte este otro artículo “MITOS Y ERRORES DE LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

CENTRO BILINGÜE DE ESTIMULACIÓN TEMPRANA BRISBANE. VÍDEOS

EL SEMÁFORO EN CBET-BRISBANE

Trabajando el tema de la ciudad en inglés, sacamos nuestro semáforo para coches (tenemos otro para peatones), el paso de cebra y los volantes para “conducir” un rato…

Mayo 2009 en el Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE, en Castro Urdiales, Cantabria

“LOS INSECTOS” BITS DE INTELIGENCIA EN CBET-BRISBANE

Gusta mucho el ratito de los bits de inteligencia, sobre todo cuando el tema es de animales.
Cuando llevamos ya unos días con la misma colección ya quieren todos demostrar lo mucho que han aprendido y por esto después de pasar los bits, tenemos que volver a enseñárselos dejándoles que nos digan cuáles son.

Nuestros niños tienen entre los dos y los tres años. Hay unos pocos que han cumplido ya los tres y todavía alguno que no ha cumplido los dos.

Mayo 2009 en el Centro de Estimulación Temprana BRISBANE, en Castro Urdiales, Cantabria.

TOCA RESTAS EN MATEMÁTICS. CBET-BRISBANE


Después de varios meses de ver y jugar con diferentes cantidades, pasamos otro tiempo sumando y también hacemos restas. Es muy sencillo…
Lo de “quitar” y ver cuántos objetos quedan les atrae más que añadir objetos nuevos en las sumas.
Como estamos trabajando los insectos en el tema de los bits de inteligencia, toca jugar con cantidades de insectos de plástico.

Mayo 2009, en el Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE. Castro Urdiales, Cantabria.

GATEO, DESARROLLO MOTOR EN CBET-BRISBANE


Hacemos “gatitos” todos los días…

Mayo, 2009. En el Centro Bilingüe de Estimulación Temprana Brisbane, Castro Urdiales, Cantabria.

Otros vídeos de CBET Brisbane en mi canal de Youtube

MOTRICIDAD: GATEO

Las diferentes etapas motrices del bebé tienen un gran impacto desde el punto de vista de su desarrollo óseo y de equilibrio.

Estas etapas tienen además una gran influencia en el desarrollo neurológico del niño y por lo tanto en la formación global de su ser. Para más información podéis consultar otras entradas en este mismo blog en los apartados de psicomotricidad, desarrollo motriz o movimiento.

En cuanto al gateo, la forma correcta de gatear es hacerlo en “patrón cruzado”, esto es moviendo la pierna derecha mientras se adelanta el brazo izquierdo y viceversa. Otras formas de desplazamiento que adoptan de forma continuada algunos niños, y que los padres consideran erróneamente “gatear”, no son recomendables si se pueden evitar. Es importante que se anime a los niños a gatear correctamente pues solamente de esta manera se obtiene el aprovechamiento beneficioso de esta fase. Si les ayudamos, en pocos días lo consiguen.

En el siguiente vídeo observamos cómo se realiza el “patrón contralateral” o “cruzado” en el gateo:

https://www.youtube.com/watch?v=ythQLrymfOY

Más información sobre los beneficios del gateo.
Rosina Uriarte

EL 90% DE LOS NIÑOS ESTRÁBICOS NO HA GATEADO

Bebé gatea

Diferentes especialistas insisten en la importancia de que el bebé pase por todas las etapas motrices del primer año de vida para un buen desarrollo visual y también motor. Son etapas como el reptado y el gateo, previas a que el niño se ponga de pie para caminar.
Estos especialistas resaltan especialmente la etapa del gateo ya que su supresión podría llevar a un retraso en el desarrollo, principalmente en el área visual.
Las estadísticas reflejan que el 90% de los niños estrábicos no ha gateado. Es así dado que el gateo supone una de las etapas más importantes para el desarrollo de la visión en el ser humano. 
Para el bebé es el momento en el que enfoca sus dos ojos en el suelo a una corta distancia (a la distancia de lectura) y es ahí donde aprende a orientarlos hacia un mismo punto.
En realidad, el gateo incide en otras muchas funciones visuales que serán después necesarias para que el niño pueda aprender en la escuela sin dificultades.
Más información en

LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

Bits de inteligencia en la Estimulación Temprana

La Estimulación Temprana es un conjunto de juegos, ejercicios físicos y actividades que realizamos lúdica y atractivamente, de forma repetitiva y rápida.

El objetivo es el desarrollo completo del niño y de sus capacidades, haciéndole más confiado, sano y feliz. Para ello ha de aprovecharse el momento en el que el niño tiene una mayor plasticidad y crecimiento cerebral, el momento en el que se adquieren las destrezas y habilidades que le acompañarán toda la vida. Coincide además con el momento en el que el niño tiene mayores ganas de aprender y de llevar a cabo cualquier actividad que los adultos le propongamos con la condición de nuestra compañía y atención.
 
Es precisamente por la edad del niño que la estimulación se llama “temprana”. Actualmente se tiende a evitar el término “precoz” pues puede inducir a un error en el concepto de la misma, llevando a creer que se pretende que el niño llegue a realizar cosas antes de tiempo o para las cuales pueda no estar aún preparado. Contrariamente a este concepto falso, la estimulación temprana tiene siempre en cuenta el momento y la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño, con el fin de aprovecharla al máximo y hacer que el desarrollo en la misma sea el adecuado.
 
Otro error frecuente es confundir la estimulación temprana con la “atención temprana” o viceversa. La atención temprana está enfocada al tratamiento de niños con deficiencias o minusvalías y por lo tanto, lleva a cabo acciones dirigidas a la solución o mejoría de los problemas concretos de cada niño. La estimulación temprana, sin embargo, contempla el desarrollo del potencial completo de todos los niños sin excepción. Por supuesto, que en el caso de aplicarse a niños con deficiencias, deberá estar más enfocada en las mismas además de pretender el desarrollo global del pequeño.
 
Para comprender su concepto y sus objetivos, no hay nada mejor que conocer cómo nació la estimulación temprana. Fue hace ya varias décadas, en Filadelfia, donde Glenn Doman y su equipo llevaban años tratando a niños paralíticos cerebrales en los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano. Doman, fisioterapeuta de profesión, se dio cuenta de que masajeando piernas y brazos no lograría sanar a los niños con el cerebro lesionado. Con el tiempo y tras mucha investigación llegó a la conclusión de que había que imitar de alguna manera a la naturaleza en el desarrollo del cerebro. Así que empezaron a realizar con los niños cerebrolesos los movimientos que realizaba el bebé de forma natural en su desarrollo, sólo que lo hacían de forma mucho más intensiva, más repetitiva y constante.
 
Obtuvieron así muchos éxitos al conseguir que estos niños fuesen más autónomos, algunos llegaban a desplazarse arrastrándose, otros a gatear e incluso los había que llegaban a andar. Tras lograr estos objetivos en la movilidad se propusieron metas cada vez más exigentes como enseñar a los niños paralíticos cerebrales hablar, a leer o conocimientos enciclopédicos y matemáticas… Muchos niños paralíticos cerebrales aprendían a hablar, incluso en varios idiomas y leían con más facilidad que niños completamente sanos. Los resultados que obtuvieron fueron tan asombrosos que no tardaron en llegar a la pregunta que daría lugar al nacimiento de la estimulación temprana: “Si somos capaces de lograr todo esto con niños con el cerebro lesionado… ¿Qué no lograríamos con los niños no lesionados?” Así fue como comenzaron a aplicarse las mismas técnicas a todos los niños.
 
A pesar de que se han realizado algunos estudios, los resultados no son aún concluyentes sobre los efectos de la estimulación temprana a largo plazo. Por supuesto, no existe la posibilidad de analizar los cerebros de los pequeños que han sido estimulados y compararlos a los que no han recibido esa estimulación, al igual que tampoco podemos volver atrás en el tiempo para comprobar qué hubiera sido del niño si no lo hubiésemos estimulado. Pero sí que existen experimentos con animales en los que se ha observado que los estimulados desde el nacimiento tenían después capacidades y habilidades mayores a los que no fueron estimulados. También se ha podido ver un mayor desarrollo en la masa cerebral y en las conexiones neuronales de estos animales.
 
El cerebro del bebé nace con una cantidad inmensa de células cerebrales, son las neuronas, esperando comunicarse entre sí y formar una intrincada red de conexiones entre unas y otras. Será este complicado entramado cerebral el que le permita realizar todas sus acciones y aprendizajes futuros, desde las habilidades más simples como respirar hasta las más complejas del ser humano como son la lectoescritura o el cálculo matemático, relacionarnos y controlar nuestro comportamiento y nuestras emociones. Podemos decir que nuestro cerebro lo es todo: nuestra forma de actuar, de movernos, de hablar, de aprender, de relacionarnos…
 
Pero estas conexiones neuronales no se dan por sí solas… El cerebro no se desarrolla gracias a un programa establecido por la naturaleza o por nuestros genes… El cerebro se desarrolla únicamente si lo usamos… Las neuronas solamente formarán circuitos y redes neuronales si son usadas y estimuladas de forma adecuada, con la frecuencia, la intensidad y la duración necesarias. Las que no se utilicen de esta manera, morirán y no podrán recuperarse. Suele decirse que nuestro cerebro se rige por un principio: “úsalo o piérdelo para siempre”.
 
Así podemos afirmar que una de las principales metas de la estimulación temprana es la creación de nuevas conexiones y circuitos neuronales. De esta forma dotaremos al niño de unas herramientas que le serán útiles durante toda su vida. Para la adquisición de estas habilidades y capacidades hay un momento preciso y limitado, al igual que existe un momento para aprender a hablar u otro para aprender a caminar…
 
Es lo que los expertos denominan “la ventana de oportunidad”, una ventana que se abre en el momento del nacimiento y va cerrándose conforme nos vamos alejando de ese momento establecido por la naturaleza para acceder a estas habilidades. El período de máximo desarrollo neuronal llega hasta los tres años de vida del niño, a partir de esta edad decrece paulatinamente hasta los seis años, cuando el cerebro pesa ya el 80 ó 90% del peso del cerebro adulto y los mecanismos de aprendizaje serán los que prevalezcan ya en el futuro.
 
El potencial con el que nace un niño es enorme… la capacidad que llegue a desarrollar depende de sus experiencias en estos primeros seis años de vida. Por lo tanto, la estimulación de estos tempranos años juega un papel determinante en las capacidades que pueda llegar a desarrollar una persona.
 
Otro de los objetivos de la estimulación temprana es acercar al niño a intereses alejados de su entorno. Esto quiere decir que el niño tendrá la oportunidad de conocer cosas nuevas con las que no tiene contacto de forma habitual. Así podremos introducir al niño en el mundo de las ciencias, el arte, la naturaleza, la matemática, la música o un segundo idioma… De esta forma se pretende sacar partido al momento en el que la curiosidad infantil no tiene límites, creando en el niño intereses que pueda disfrutar toda su vida.
 
Uniendo el propósito de la conexión neuronal y el desarrollo de nuevas habilidades junto con la creación de intereses y el mantenimiento de la curiosidad, nos llevará a otro de los principales objetivos de la estimulación temprana a medio o largo plazo: evitar el fracaso escolar.
 
Los métodos utilizados son muy variados en cuanto al material y la forma de llevar la estimulación a cabo. Por un lado se realizan ejercicios físicos enfocados en el desarrollo del niño mediante movimientos que realiza el bebé de forma natural en su propio desarrollo: gatear o rodar hacia un lado y hacia el otro, por ejemplo. En la estimulación táctil se realizan masajes y efectos sobre la piel del niño, y para la estimulación vestibular se utilizan columpios y aparatos que hacen que el cuerpo del niño se mueva en diversas direcciones y posturas.
 
Para que la estimulación sea más efectiva, es muy importante utilizar la mayor cantidad de sentidos posibles, por ello se dice que debe ser multisensorial.
 
El material que se utiliza principal y más frecuentemente en la estimulación temprana es audiovisual. Éste lo componen imágenes claras y atractivas: fotografías y dibujos (los bits de inteligencia) y palabras escritas. En cuanto a la información auditiva, se trabaja con palabras en varios idiomas y con música. Y siempre que sea posible, recurriremos a objetos reales que podamos manipular.
 
Para el buen funcionamiento de la estimulación, es vital realizar las actividades de forma rápida (así evitamos que se aburra el niño y mantenemos su atención), atractivas (utilizando el material y el tono de voz adecuado que atraiga la atención de los pequeños) y de forma repetida (esto consolida el aprendizaje y las habilidades y crea circuitos y conexiones neuronales que se conservarán toda la vida).
 
Existen aún miedos y recelos en cuanto a la estimulación temprana debidos principalmente al desconocimiento de la misma. También alguna que otra crítica, aunque ninguna seria. A Glenn Doman, padre de la estimulación temprana, se le critica porque sus programas son muy duros y “esclaviza” a los padres pues éstos deben dedicar mucho de su tiempo libre… Lo más razonable es hacer lo que se pueda, cuanto más mejor… sin embargo, más vale hacer poco y hacerlo con ilusión y ganas. Así el niño disfrutará también.
 
Una crítica frecuente consiste en afirmar que los niños deben “jugar” y nada más hasta que no sean más mayores y comiencen sus obligaciones escolares. Esto es un error. Primero: la estimulación temprana debe contemplarse siempre como un juego, y el niño la vive así… Segundo: el momento para hacer estas actividades son los primeros seis años de vida. Ya en primaria es tarde para muchas cosas… El desarrollo se completó ya en gran medida y la curiosidad y el interés indiscriminado por todo va disminuyendo de forma evidente.
 
También se tiene miedo a “sobreestimular” al niño. Quien comparte este temor no sabe que esto es sencillamente imposible… si hacemos las cosas mal se le puede aburrir, se le puede excitar, se le puede agobiar… pero si se hacen bien y el niño lo vive como un juego disfrutando de ello, no hay ningún efecto negativo, no tiene sentido pensar que pueda haberlo. Todos las consecuencias de pasar un buen rato con tu hijo enseñándole cosas nuevas y ayudándole en su desarrollo, serán siempre positivas.

 

BIBLIOGRAFÍA:

-“Cómo multiplicar la inteligencia de su bebé”
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Edaf
-“Cómo dar conocimientos enciclopédicos a su bebé”
Glenn Doman
Ed. Diana
-“Cómo enseñar a su bebé a ser físicamente excelente”
Glenn Doman
Ed. Diana
-“Cómo enseñar a leer a su bebé”
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Edaf
-“Cómo enseñar matemáticas a su bebé”
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Diana
-“Hijos mejores”
Dr. Francisco Kovacs
Ed. Martínez Roca
-“El método de los bits de inteligencia”
Víctor Estalayo y Rosario Vega
Ed. Edelvives

 

 

 
Libro de Estimulación Temprana por Rosina Uriarte

PSICOMOTRICIDAD Y DESARROLLO NEUROMOTOR

Psicomotricidad y desarrollo neuromotor. Dos enfoques diferentes, pero complementarios, en busca de la maduración en el desarrollo.

Dentro de los aprendizajes tempranos, la psicomotricidad ocupa un lugar prioritario.
El niño, hasta los cinco años, se encuentra en un período evolutivo básicamente perceptivomotor, que organiza su mundo a través de sus percepciones subjetivas, siendo su propio cuerpo el canal más fácil para la adquisición del conocimiento.
El objetivo de la psicomotricidad (mejor denominada “desarrollo neuromotor” para diferenciarla del concepto tradicional de “psicomotricidad”) es conseguir una correcta organización neurológica: un problema funcional deriva en un problema educativo. Con las actividades de psicomotricidad ayudamos al Sistema Nervioso a madurar correctamente, a formar y consolidar circuitos neuronales.
G. DOMAN: “Estamos totalmente convencidos de que todo niño, en el momento de nacer, posee una inteligencia potencial superior a la que jamás utilizó Leonardo da Vinci. Esa inteligencia potencial, presente en el nacimiento, incluye y de hecho empieza, con la función física.”
También según Glenn Doman, el tiempo que requiere un niño para aprender una nueva función, el grado de dificultad que encuentre, la determinación que tenga que demostrar y el nivel de destreza que logre, serán delineados por el nivel físico que haya alcanzado durante sus primeros seis años de vida: promedio, inferior al promedio o superior al promedio.
Un elevado número de fracasos escolares tienen como origen la falta de estimulación psicomotriz en los primeros años de vida.
M. GARCÍA VELA: “Cuantas más oportunidades damos a un niño para que se mueva, más favorecemos el desarrollo global de su inteligencia y más bases sólidas ponemos para futuros aprendizajes. Por otro lado, cuando el niño consigue habilidades en el movimiento, experimenta sensaciones de dominio, de autoestima, etc. Y favorece su equilibrio emocional. También tiene repercusiones positivas en su capacidad para concentrarse en los deberes y para relacionarse con los demás”.
Los primeros años son cruciales para conseguir el desarrollo motriz. El rendimiento va mejorando de forma progresiva, pero después de los 5 ó 6 años no aparecen habilidades corporales nuevas.
En psicomotricidad existen muchos ejercicios que se pueden hacer que favorezcan el desarrollo de los pequeños. Pero están los llamados “patrones básicos”, que serían los más importantes en este sentido. La marcha (tanto andar como correr); los ejercicios vestibulares (que trabajan el sentido del equilibrio) como los saltos, las volteretas y las croquetas; el arrastre y el gateo.
La marcha, pero sobre todo el arrastre y el gateo, tienen una importancia destacada por su realización en patrón de “esquema cruzado”, es decir, que mientras se efectúan dichos ejercicios, se están utilizando ambas partes del cuerpo contralateralmente: cuando se mueve la pierna izquierda, se mueve el brazo derecho y viceversa. Esto supone el desarrollo de los dos hemisferios y de las conexiones que se establecen entre ambos.
El gateo es un momento evolutivo muy importante, pues supone una adquisición de autonomía frente a los padres y una oportunidad de descubrir y experimentar el entorno que el niño no había tenido hasta entonces. Cuando comience a andar estará mucho más preocupado por mantener el equilibrio y será más dependiente de los adultos, dejará a su vez durante algún tiempo de explorar el medio en favor del disfrute y perfeccionamiento de su nuevo logro.
Mientras dura la fase del gateo, el niño aprenderá a calcular distancias en el espacio y se acostumbrará a observar objetos a una distancia de unos 30 cm., que será casualmente la distancia de enfoque que utilizará más tarde para sus labores de lectoescritura.
G. DOMAN: “Existe una relación muy estrecha entre ser capaz de arrastrarse, de gatear y de converger con la visión en un punto próximo.”
M.T. ALDRETE: “El 95% de niños que no gatean tienen problemas de lectoescritura. El 5% restante lo suple trabajando la manualidad. El gateo es un ejercicio preventivo para la lectura.”
Debemos dejar a nuestros pequeños gatear, sin temor a que se ensucien. Debemos dejarles correr siempre que esto sea posible y no reñirles por ello. Debemos dejar que se encaramen y suban a todas partes, siempre que no corran peligro. Debemos dejar que lo toquen e investiguen todo, controlando que no puedan hacerse daño. Cada vez que decimos a un niño : “No toques” “No corras” “No te subas ahí” “No te tires por el suelo” “Mira que te pones hecho un cochino” etc. … si se lo decimos sin un verdadero motivo de evitar lo que consideramos un peligro o una acción totalmente inapropiada a las circunstancias, estaremos limitando el desarrollo del pequeño y por lo tanto, su inteligencia. Estaremos cortando el desarrollo de su autodominio motriz, lo cual no sólo afectará a su destreza motora, sino también a su personalidad y autoestima. También estaremos cortando su curiosidad y ganas de saber, lo cual afectará a su actitud ante el aprendizaje futuro. Muchas veces, los padres enseñamos a nuestros hijos a “no ser inteligentes”.
La psicomotricidad puede aplicarse a cualquier edad, aunque es más efectiva cuanto más pequeño es el niño. A los 6 años tendrá que recorrer una distancia mucho mayor gateando para que se produzca el beneficio buscado. Estos ejercicios ayudan a madurar neuro-lógicamente a cualquier niño y no tienen efectos secundarios, por lo que todos podríamos apuntarnos a sesiones familiares de gateo. Los adultos probablemente precisen de rodilleras (se venden en las tiendas de deporte), y de ilusión y ganas. Con un poco de imaginación se pueden realizar carreras, circuitos por los que habrá que pasar bajo sillas o sobre obstáculos… Es importante que nos involucremos con lo que propongamos a nuestros hijos, si les dejamos solos y se lo ordenamos, no obtendremos ningún éxito. Es preciso motivarles, y lo que más les motiva en el mundo es nuestra compañía.
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