La música en la estimulación temprana nos brinda muchas oportunidades de estimulación para fomentar el desarrollo integral del niño.
La música ha sido descubierta últimamente como un buen medio para fomentar el desarrollo integral del niño. Padres, pedagogos y psicólogos han comprobado que a través de la música se pueden estimular: el lenguaje (oral y corporal), la atención, la concentración, la coordinación motora (fina y gruesa), el seguimiento de instrucciones, las habilidades para sintetizar y analizar, y la creatividad. Además, se potencia y se desarrolla la expresión de emociones y sentimientos.
Debido a que los niños perciben y se expresan de una forma conjunta, la educación auditiva se realizará con otras actividades y de múltiples maneras: a través del movimiento, la percusión corporal, los gestos, la expresión vocal, los dibujos, los colores…
Los audiomotores son movimientos repetitivos que acompañan a una pieza musical que es escuchada al mismo tiempo. Si hacemos que el niño se mueva, evitaremos que se distraiga y trabajaremos su sentido del ritmo.
Todo ritmo supone un orden en el espacio y en el tiempo. Dado que la música es la sucesión ordenada de notas musicales en el espacio y en el tiempo, también existe el ritmo musical. No puede afirmarse rotundamente, pero si un niño se aficiona a escuchar y a aprender música desde pequeño, hay muchas posibilidades de que además de desarrollar mejor sus facultades superiores (memoria, atención, concentración, etc.), y por tanto, llegue a ser más inteligente, también se haga mucho más ordenado y metódico.
La educación del ritmo es de vital importancia por su repercusión en el desarrollo del concepto de tiempo en el niño.
Los fragmentos u obras musicales han de ser cortos (de dos a tres minutos); nunca debe cansar ni aburrir. Los compositores han de hacerse familiares a los pequeños: lo que hacía Mozart de pequeño, de qué color tenía los cabellos Vivaldi, cómo vestían en la época de Bach, …Se les puede mostrar a los niños una imagen del compositor autor de la pieza que vayamos a escuchar. Se les dice el nombre y algunos datos biográficos (si disponemos de algo anecdótico lo mencionaremos para llamar la atención y el interés de los pequeños). Mientras decimos el nombre del compositor podemos mostrar un cartel con el nombre escrito en él. De esta manera trabajamos también la lectura. Seguidamente se les dirá el nombre de la pieza musical y se les puede mostrar un cartel con el mismo.
La música nos brinda muchas oportunidades de estimulación con nuestros hijos. Cuando decimos “música”, no debe entenderse música clásica exclusivamente. Es válida todo tipo de música, incluida la música pop, si nos parece adecuada. Cuando nosotros escuchamos algo, no debemos olvidarnos de informar de ello a nuestros hijos si están presentes.
Podemos contarles algo interesante o enseñarles una imagen o fotografía del cantante o autor si disponemos de ella o la obtenemos de Internet.
Si lo que pretendemos es una estimulación más seria, pondremos
una audición repetida un número de veces que nos parezca conveniente (de 10 a 15 veces), en una situación que nos sea propicia y en la que los niños estén más dispuestos a escucharla. Un buen momento es el de acostarse o levantarse, también se puede aprovechar el baño o las
comidas. Los viajes en coche son una buena opción, sobre todo si son habituales.
Lo ideal en cuanto a la estimulación musical es
que el niño aprenda a tocar un instrumento. También que acostumbremos al niño a distinguir los sonidos de los diferentes instrumentos dentro de las piezas musicales que escuchamos con él.
Yo creo que la música es una de las facetas más hermosas del ser humano. Estoy seguro que ayuda a desarrollar las facultades del niño, pero quizá te olvidas de algo: ese desarrollo intelectual va a tener como consecuencia unos niños más felices y más buenos en el sentido más amplio del término. Una persona feliz no puede anidar maldades en su interior. Y si tiene alguna, será insignificante.
Un abrazo, y sigue contándonos cosas
Nunca me olvidaría de eso Qaesar, la felicidad de nuestros hijos es lo primero que perseguimos todas las madres, y es uno de los objetivos principales de la estimulación temprana. Cuanto más capaz se siente una persona, más confiada y feliz es disfrutando de todas las cosas que le ofrece la vida.
Por lo poco que te conozco estoy seguro que no te olvidas ni un instante de la felicidad de los niños. Lo que he querido decir es que faltaba en tu post una mención a ello. Espero que no te habrás molestado por mi comentario.
Bsssssssssssssssss