Formarse en neurodesarrollo infantil es clave para comprender que si un niño no aprende o se comporta como los demás puede ser porque aún no haya adquirido las herramientas (a nivel de maduración neurológica en su desarrollo) para poder hacerlo. Éstas son las herramientas que hemos de intentar proporcionarle por medio de la estimulación y el refuerzo del desarrollo infantil.
Se está observando un claro aumento de las dificultades de aprendizaje, y de los diagnósticos infantiles en general, en los últimos años en nuestro país.
“En España, se estima que los trastornos del aprendizaje han aumentado más de un 26,6% desde 2019, afectando hasta la fecha (20/11/24) a 29 de cada 1.000 estudiantes en la infancia y adolescencia, como indica el informe anual del Sistema Nacional de Salud, elaborado por el Ministerio de Sanidad. Esto supone un gran desafío para las familias y profesores que pueden verse perjudicados por la falta de recursos y herramientas necesarias.” https://www.abc.es/familia/educacion/trastornos-aprendizaje-tres-hipotesis-tras-aumento-ciento-20241120124658-nt.html#:~:text=En%20Espa%C3%B1a%2C%20se%20estima%20que,por%20el%20Ministerio%20de%20Sanidad.
“Venimos asistiendo a un preocupante aumento de dificultades detectadas en niños y adolescentes y también a una complejidad creciente en las clasificaciones diagnósticas en dicha población.” https://www.copmadrid.org/web/formacion/actividades/20241119112835875573/mesa-redonda-reflexiones-los-diagnosticos-la-infancia-la-adolescencia-cuando-nos-ayudan-cuando-nos-atrapan-videoconferencia
“Los datos lo muestran: en 2017, un 1% de la población infantil y juvenil sufría de problemas de salud mental, pero la COVID-19 produjo un aumento de hasta el 47% en los trastornos de este tipo en infancia y adolescencia.
España es uno de los países europeos con mayor prevalencia en problemas de salud mental entre los más jóvenes. En un informe de 2021, Save the Children alertó de que los trastornos mentales habían aumentado significativamente en este colectivo, especialmente en hogares con bajos ingresos. Un estudio más reciente de UNICEF España señala que casi la mitad de los niños con problemas de salud mental los desarrolla hasta los 14 años…”. https://ciudadesamigas.org/salud-mental/#:~:text=Un%20estudio%20m%C3%A1s%20reciente%20de,por%20COVID%2D19%20presenta%20s%C3%ADntomas
“Los casos de trastorno del espectro autista (TEA) se han duplicado en poco más de una década, más que triplicado desde el 2000.
Las cifras del Centro de Control de Enfermedades (CDC) de EE.UU. se usan como referente: en el 2000 estimó que había un caso de TEA por cada 150 niños; en el 2008, uno entre 88 y en el 2018, el último cálculo, un caso entre cada 44 (el CDC hace la estimación sobre todos los niños de ocho años). En España y Europa se usa el dato, de hace 10 años, de un caso por 100 nacimientos.” https://www.lavanguardia.com/vida/20220402/8170904/diagnosticos-tea-duplican-decada.html#:~:text=En%20Espa%C3%B1a%20y%20Europa%20se,un%20caso%20por%20100%20nacimientos.&text=Que%20los%20diagn%C3%B3sticos%20se%20han,%25%20de%20casos%20de%20TEA.
No están claras las posibles causas de estos diagnósticos y se barajan diversos factores, desde los genéticos a los que derivan de cambios en el estilo de vida de los niños en la actualidad.
Sin embargo, pocas veces se contempla la gran incidencia que tiene el grado de desarrollo alcanzado por cada niño o cada niña en el desempeño de sus funciones diarias y en su capacidad para aprender en la escuela, inhibir el movimiento y los impulsos, controlar su conducta y relacionarse con los demás.
Dado que los niños, al igual que todo ser humano, son un reflejo directo de “su cerebro en acción” (teniendo presente que es el cerebro el que lo hace todo: el que se mueve y el que está quieto, el que presta atención, aprende en la escuela, se comporta de una manera u otra ante diferentes situaciones y se relaciona con el entorno que lo rodea), la maduración cerebral que logren los niños les proporcionará las habilidades necesarias para afrontar sus desafíos cotidianos.
La clave está en comprender que si un niño no aprende o se comporta como los demás puede ser porque aún no haya adquirido las herramientas (a nivel de maduración neurológica en su desarrollo) para poder hacerlo. Éstas son las herramientas que hemos de intentar proporcionarle por medio de la estimulación y el refuerzo del desarrollo infantil.
Estas “herramientas” que el niño necesita para poder tener éxito en su aprendizaje y en el control de la conducta están en el córtex, las áreas más sofisticadas de nuestro cerebro.
Sin embargo, cuando estas herramientas no se han desarrollado es porque no se ha producido la maduración necesaria de las áreas del córtex que se dedican al aprendizaje cognitivo y al control de las emociones y la conducta. Y esta maduración no puede darse si antes no existe una maduración de áreas inferiores, sobre las que se sustenta el córtex.
Estas áreas inferiores y más primitivas no comprenden el lenguaje hablado ni saben de lectura, de matemáticas… Sólo entienden un tipo de lenguaje, un lenguaje más primitivo, anterior al hablado, anterior al aprendizaje de la escuela: es el lenguaje de los sentidos, del movimiento, del cuerpo.
Es importante comprender cómo en el córtex se hayan las funciones exclusivamente humanas y el aprendizaje escolar además del control emocional, del movimiento y de la conducta. Y especialmente, comprender también cómo no es en estas áreas donde se encuentran los fallos o carencias en el desarrollo de los niños y que dan lugar a las dificultades que muestran.
Conocer el neurodesarrollo nos lleva a entender que no es en los síntomas visibles de estas dificultades donde hemos de poner exclusivamente nuestro foco de atención y trabajo con los niños, pues esto supondría dirigirse solamente al córtex cerebral y no tocar las causas ni las áreas cerebrales donde residen éstas.
Todo esto requiere de otra mirada, de poner el foco en otro lugar para comprender mejor a los niños y saber qué hacer para ayudarles.
La formación en neurodesarrollo brinda una nueva forma de mirar a los niños. Una mirada que llevará a comprender mejor lo que les ocurre y cómo poder trabajarlo de una manera lógica y natural en consonancia con cómo se produce el desarrollo infantil. Dejando de trabajar solamente en los síntomas para dirigirse directamente a posibles causas relacionadas con una inmadurez en el desarrollo.
Esta formación pretende guiar a los alumnos por el recorrido del desarrollo infantil, mostrando cómo respetarlo, apoyarlo y reforzarlo de modo que facilite a los niños alcanzar su máximo potencial. Facilitando así que cuenten con esas herramientas o requisitos previos necesarios para poder aprender, controlar su conducta o relacionarse con los demás sin dificultades.
Actualmente apenas se imparten nociones de neurodesarrollo en formaciones relacionadas con la educación o salud en la infancia. Tampoco hay oferta de calidad de la misma en formaciones de postgrado pues la mayoría siguen centradas en la detección y trabajo sintomático, en el aprendizaje y la reeducación. Ignorando la importancia y prioridad que supone el refuerzo del desarrollo de base de la persona para tratar posibles causas que estén originando los síntomas y las necesidades de aprendizaje y para brindar a cada niño y niña la oportunidad de desarrollar las herramientas y requisitos que necesita para enfrentarse al aprendizaje en la escuela o el control de su conducta.
Formarse en neurodesarrollo infantil permite a los alumnos desempeñar su labor con niños como profesionales innovadores en su campo. Al contar con un conocimiento profundo del desarrollo infantil y las mejores estrategias para apoyarlo, podrán utilizar técnicas y recursos que enriquecen su trabajo, lo que se traduce en resultados significativamente más efectivos que los obtenidos por aquellos que, al desconocer estos principios, no aplican el neurodesarrollo infantil en su práctica.
Contamos con varias opciones para formarse en neurodesarrollo infantil, haz clic en la imagen para conocerlas:

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