«Para mejorar el sistema educativo» es un título que podría englobar gran cantidad de puntos, pero hoy quisiera tratar uno de ellos…
Me ha gustado un artículo que muestra de forma directa uno de los más graves problemas que sufre nuestro sistema educativo: la pobre preparación del profesorado.
Y no es que los profesores no seamos buenos profesionales, o nos desentendamos de nuestros deberes y responsabilidades. Y por supuesto que para llegar a ejercer como educadores hemos invertido el tiempo y el esfuerzo requeridos para realizar la formación pertinente, además de variados cursos de reciclaje profesional.
Pero la evidencia que no se puede negar es ésta: los licenciados recibimos una mínima preparación para la docencia, tan mínima que es prácticamente inexistente (a pesar de la inversión de horas de capacitación, ésta deja tanto que desear que en realidad no capacita para dar clase en absoluto). Y aunque los maestros, por lógica, deberíamos estar más capacitados… la verdad es que no es así.
En la carrera de magisterio se estudian asignaturas de gran interés para ejercer la profesión. Pero son absolutamente teóricas, se imparten conocimientos someros sobre el desarrollo infantil y sus alteraciones, pero no sobre las implicaciones de éstos dentro del aula. Ni sobre cómo actuar cuando surgen problemas en el desarrollo infantil que afectan al rendimiento escolar.
No se trabaja suficientemente con casos prácticos con los que habrá de encontrarse el maestro en su labor diaria. Por lo que éste habrá de ir adquiriendo los conocimientos necesarios «sobre la marcha», a través de su propia experiencia, de forma individual y con criterio propio dada su escasa preparación para lo que realmente se va a encontrar en clase.
Las asignaturas que te preparan para adquirir técnicas útiles y conocimientos necesarios para impartir el temario en clase son muy pocas a lo largo de toda la carrera. Así, en Educación Infantil por ejemplo, algunos hemos tenido que estudiar asignaturas y temarios absurdos como estadística o genética a niveles tan elevados que han centrado gran parte de nuestra atención y esfuerzo dejando de lado conocimientos mucho más necesarios para trabajar a diario con niños menores de 6 años.
El caso es que acabas la carrera y te encuentras con que no sabes por dónde empezar…
El artículo del que hablaba es en realidad una carta de opinión, de JUAN ANTONIO PLANAS DOMINGO (Presidente de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España) 17/01/2009 y ha sido publicado en EL PAÍS.com Opinión
Hola!!!! acabo entrar en tu blog y me ha fascinado. Con este artículo estoy completamente de acuerdo, el alumno de Magisterio invierte mucho tiempo y esfuerzo en temas casi que absurdos y temas más interesantes lo pasan por alto. Lo sé, he trabajado en la Universidad y siempre lo pensaba… No basta sólo con identificar la problemática de un niño sino cómo enfretarse y qué hacer y sobre todo cómo mejorar o estimular al niño para sacarle el mejor redimiento. Acabo de dejar a mi hijo en la Guarderia y me indigna cuando veo que el personal no está preparado, una chica de 27 años que se limita al material y libros que «este año toca» , no sabe que son los bits de inteligencia ni por supuesto cómo funcionan y se limita a enseñarle a los niños solo lo que viene en los libros. Es que no abarca más??? Eso es lo que aprendió en los años de Unversidad??? Asi vamos. Un beso y ánimo con tu blog, es buenísimo.
Hola amiga anónima,
estamos completamente de acuerdo. Por mucho que se hagan cambios para mejorar el sistema educativo, mientras no se cambie la formación del profesorado, hay poco que puede lograrse pues nos falta la base.
Saludos,
Rosina
Pues la verdad sea dicha , creo que todos los profesionales que nos dedicamos a al educación pensamos exactamente lo mismo , pero desgraciadamente nosotros no somos los que preparamos los planes de estudio . Durante toda la carrera se pierde un tiempo exquisito en hacer cosas que realmente no te van a servir para nada (ej. una maqueta de un aula ,en la que tienes que invertir un tiempo grandísimos para que te quede mona y al profe de turno le guste) . Luego sales de la Escuela de Magisterio , y al menos la sensación que tuve yo era : muchas ganas de trabajar pero un miedo atroz a encontrarme delante de 25 niños y no saber que hacer . Vas aprendiendo después , con la práctica y con la práctica de tus compañeros más veteranos de los que aprendes como actuar delante de los niños y como afrontar los problemas que te van surgiendo.Esto no quita que haya que ver teoría por supuesto que no , es muy necesaria , pero se debería hacer más incapié en la práctica diaria de la docencia y en los problemas que te pueden surgir y como debes afrontarlo.
ansaca
Gracias Ansaca,
lo que comentes es justo lo que quería decir con este artículo.
Saludos,
Rosina
Hola Rosina,
Tengo varias amigas maestras, algo mayores que yo, y hablando con ellas parece que las cosas en lugar de ir mejor han ido a peor…
Ellas me comentan que cuando empezaron, en infantil dedicaban mucho mas tiempo a ejercicios de psicomotricidad a conocimiento del esquema corporal, e escenificar y representar conceptos, a manipular plastilina, arcilla, a todo tipo de manualidades diversas… Pero que ahora con las «fichas» tienen que dedicar tanto tiempo a ellas que no queda para todo lo demás.
Ante esto habría que preguntarse quién guía en España el sistema educativo: ¿El beneficio de las editoriales o el beneficio de los niños y el sentido común?
Un saludo, Carmen
Hola Carmen,
muy fuerte tu pregunta…
Habría que plantearse tantas cosas…
Creo que hemos perdido la perspectiva en muchos campos, y en el infantil mucho. Tanto que hay cosas que hacemos sin plantearnos si tienen sentido siquiera.
Un abrazo,
Rosina