🧠MIND: transformar la educación desde las bases del desarrollo
En los primeros años de vida, el cerebro se construye a partir del movimiento, las sensaciones y la emoción. Antes de que un niñ@ aprenda a leer o escribir, necesita moverse, sentir, jugar y vincularse. Esa es la premisa sobre la que nace MIND – Mejora Integral del Neurodesarrollo.
MIND es un programa de formación y acompañamiento para docentes de Educación Infantil y primer ciclo de Primaria, creado para ayudar a los colegios a fortalecer las bases del aprendizaje desde el cuerpo y el desarrollo neurológico.
Su propósito es claro: ofrecer a los educadores herramientas prácticas y científicamente fundamentadas para observar, comprender y estimular el desarrollo infantil. Porque cuando entendemos cómo se desarrolla el cerebro, podemos enseñar de una manera más eficaz, respetuosa y humana.
Cada día, mediante actividades lúdicas, sensoriales y motoras, MIND invita a los niños a moverse, saltar, gatear, equilibrarse, escuchar y sentir. Detrás de cada juego hay un propósito: activar las conexiones cerebrales que sustentan la atención, la regulación emocional, el lenguaje y la lectura.
Además, MIND forma a los docentes para que puedan detectar señales tempranas de inmadurez o desajuste neuromotor, previniendo dificultades antes de que aparezcan. Así, el aula se convierte en un espacio de prevención, estimulación y crecimiento integral.
En definitiva, MIND no es solo un programa: es una manera de mirar la infancia y la educación. Una forma de volver a las raíces del desarrollo para construir aprendizajes más sólidos, duraderos y felices.
Porque antes de aprender, necesitamos desarrollarnos.
Silvia es mamá de una niña con hipotonía. También ha sido alumna del curso de neurodesarrollo infantil SEMBRANDO SU FUTURO.
Es verdaderamente una fortuna que la vida nos permita acompañar a un niño o niña en su desarrollo, cuidándolo y amándolo…, pero más aún lo es cuando conocemos cómo se produce el desarrollo infantil y cuáles son sus prioridades para llegar a ser pleno. Porque entonces podemos contar con la maravillosa satisfacción de saber que estamos aportando al desarrollo de nuestros peques, y que además, disfrutamos con ellos en el proceso.
Muchas madres y padres hemos tenido esta experiencia, yo siempre digo que fui una madre súper afortunada, y lo sigo diciendo después de más de 30 años…
«Cuando por primera vez vi a Rosina en Youtube supe que me cambiaría la vida y así fue. Tras muchos meses buscando al mejor profesional que nos diera pautas e indicaciones sobre la hipotonía de mi hija que con 18 meses aún no caminaba, tuve una sesión personalizada con ella y tras un primer diagnóstico me comentó que mi hija no estaba conectada con su cuerpo, que sus sentidos no captaban bien la información que tenía que llegar al cerebro y que teníamos que trabajar con el cuerpo. Con las primeras croquetas y los primeros intentos de gateo, ya notamos la diferencia. Su sistema vestibular y propioceptivo necesitaban que los estimuláramos. Y entonces quise saber más sobre el neurodesarrollo infantil y me apunté a su curso, con el que he estado 12 meses. El contenido directo y muy práctico, y la metodología de los audios y los pdf’s, han sido la mejor fórmula para poderlo realizar con el poco tiempo que contaba. Me ha dado muchas herramientas que a día de hoy sigo aplicando con mi hija que con 3 años ya anda, y ahora estamos con el tema de mejorar el habla y de las intolerancias, ya que todo está relacionado y el curso te lo cuenta perfectamente. Estoy encantada de haber podido estudiar este curso, porque el saber lo que le sucede a mi hija es lo que me ha dado tranquilidad y aún más el poderla ayudar y saber que el cerebro es neuroplástico y con el trabajo diario podemos llegar a conseguir grandes avances. Gracias Rosina y lo recomiendo al 100%.»
Sílvia Meseguer y Martina
Es emocionante, ¿verdad?
Es muy emocionante saber que una peque está mejorando y que su mamá está feliz de poderle apoyar con lo que más necesita.
El neurodesarrollo nos enseña cómo apoyar el desarrollo de nuestros niños. Si te gustaría aprender más sobre ello, te presento varias opciones de formación. Haz clic en la imagen para conocerlas mejor y saber cuál es la que más resuena contigo:
Si ya encontraste la opción para ti, o te gustaría que te cuente más sobre formación en neurodesarrollo, sólo tienes que darle al botón de aquí debajo para agendar una sesión online gratuita conmigo y nos vemos para hablar de todo ello:
El curso de Neurodesarrollo en Educación Infantil y Primaria es un bonito curso que te permitirá ver a los niños desde otra mirada, ser consciente de las dificultades que puedan mostrar y saber cómo ayudarles a vencerlas.
Con este curso conocerás las principales aportaciones de la neurociencia al trabajo con el neurodesarrollo infantil desde una perspectiva natural, práctica e integradora.
Tomarás conciencia de que el desarrollo alcanzado por los niños determinará su comportamiento, su relación con los demás, su aprendizaje y su rendimiento en la escuela.
Ampliarás tu capacidad de observación de los niños, teniendo presente el desarrollo de cada uno de ellos para prevenir futuras dificultades o tratar las existentes.
Comprenderás que el trabajo con el desarrollo infantil no se centra en el tratamiento de los síntomas que muestran dificultades, sino en la búsqueda y atención a las posibles causas que los puedan estar provocando.
Y, finalmente, contarás con herramientas, técnicas y recursos prácticos para el acompañamiento, apoyo y refuerzo del desarrollo infantil en la prevención y el tratamiento de las dificultades en niños de todas las edades y en todas las áreas del desarrollo.
El curso de Neurodesarrollo en Educación Infantil y Primaria es un bonito curso que te permitirá ver a los niños desde otra mirada, ser consciente de las dificultades que puedan mostrar y saber cómo ayudarles a vencerlas.
Formarse en neurodesarrollo infantil es clave para comprender que si un niño no aprende o se comporta como los demás puede ser porque aún no haya adquirido las herramientas (a nivel de maduración neurológica en su desarrollo) para poder hacerlo. Éstas son las herramientas que hemos de intentar proporcionarle por medio de la estimulación y el refuerzo del desarrollo infantil.
Se está observando un claro aumento de las dificultades de aprendizaje, y de los diagnósticos infantiles en general, en los últimos años en nuestro país.
“Los datos lo muestran: en 2017, un 1% de la población infantil y juvenil sufría de problemas de salud mental, pero la COVID-19 produjo un aumento de hasta el 47% en los trastornos de este tipo en infancia y adolescencia.
España es uno de los países europeos con mayor prevalencia en problemas de salud mental entre los más jóvenes. En un informe de 2021, Save the Children alertó de que los trastornos mentales habían aumentado significativamente en este colectivo, especialmente en hogares con bajos ingresos. Un estudio más reciente de UNICEF España señala que casi la mitad de los niños con problemas de salud mental los desarrolla hasta los 14 años…”.https://ciudadesamigas.org/salud-mental/#:~:text=Un%20estudio%20m%C3%A1s%20reciente%20de,por%20COVID%2D19%20presenta%20s%C3%ADntomas
“Los casos de trastorno del espectro autista (TEA) se han duplicado en poco más de una década, más que triplicado desde el 2000.
No están claras las posibles causas de estos diagnósticos y se barajan diversos factores, desde los genéticos a los que derivan de cambios en el estilo de vida de los niños en la actualidad.
Sin embargo, pocas veces se contempla la gran incidencia que tiene el grado de desarrollo alcanzado por cada niño o cada niña en el desempeño de sus funciones diarias y en su capacidad para aprender en la escuela, inhibir el movimiento y los impulsos, controlar su conducta y relacionarse con los demás.
Dado que los niños, al igual que todo ser humano, son un reflejo directo de “su cerebro en acción” (teniendo presente que es el cerebro el que lo hace todo: el que se mueve y el que está quieto, el que presta atención, aprende en la escuela, se comporta de una manera u otra ante diferentes situaciones y se relaciona con el entorno que lo rodea), la maduración cerebral que logren los niños les proporcionará las habilidades necesarias para afrontar sus desafíos cotidianos.
La clave está en comprender que si un niño no aprende o se comporta como los demás puede ser porque aún no haya adquirido las herramientas (a nivel de maduración neurológica en su desarrollo) para poder hacerlo. Éstas son las herramientas que hemos de intentar proporcionarle por medio de la estimulación y el refuerzo del desarrollo infantil.
Estas “herramientas” que el niño necesita para poder tener éxito en su aprendizaje y en el control de la conducta están en el córtex, las áreas más sofisticadas de nuestro cerebro.
Sin embargo, cuando estas herramientas no se han desarrollado es porque no se ha producido la maduración necesaria de las áreas del córtex que se dedican al aprendizaje cognitivo y al control de las emociones y la conducta. Y esta maduración no puede darse si antes no existe una maduración de áreas inferiores, sobre las que se sustenta el córtex.
Estas áreas inferiores y más primitivas no comprenden el lenguaje hablado ni saben de lectura, de matemáticas… Sólo entienden un tipo de lenguaje, un lenguaje más primitivo, anterior al hablado, anterior al aprendizaje de la escuela: es el lenguaje de los sentidos, del movimiento, del cuerpo.
Es importante comprender cómo en el córtex se hayan las funciones exclusivamente humanas y el aprendizaje escolar además del control emocional, del movimiento y de la conducta. Y especialmente, comprender también cómo no es en estas áreas donde se encuentran los fallos o carencias en el desarrollo de los niños y que dan lugar a las dificultades que muestran.
Conocer el neurodesarrollo nos lleva a entender que no es en los síntomas visibles de estas dificultades donde hemos de poner exclusivamente nuestro foco de atención y trabajo con los niños, pues esto supondría dirigirse solamente al córtex cerebral y no tocar las causas ni las áreas cerebrales donde residen éstas.
Todo esto requiere de otra mirada, de poner el foco en otro lugar para comprender mejor a los niños y saber qué hacer para ayudarles.
La formación en neurodesarrollo brinda una nueva forma de mirar a los niños. Una mirada que llevará a comprender mejor lo que les ocurre y cómo poder trabajarlo de una manera lógica y natural en consonancia con cómo se produce el desarrollo infantil. Dejando de trabajar solamente en los síntomas para dirigirse directamente a posibles causas relacionadas con una inmadurez en el desarrollo.
Esta formación pretende guiar a los alumnos por el recorrido del desarrollo infantil, mostrando cómo respetarlo, apoyarlo y reforzarlo de modo que facilite a los niños alcanzar su máximo potencial. Facilitando así que cuenten con esas herramientas o requisitos previos necesarios para poder aprender, controlar su conducta o relacionarse con los demás sin dificultades.
Actualmente apenas se imparten nociones de neurodesarrollo en formaciones relacionadas con la educación o salud en la infancia. Tampoco hay oferta de calidad de la misma en formaciones de postgrado pues la mayoría siguen centradas en la detección y trabajo sintomático, en el aprendizaje y la reeducación. Ignorando la importancia y prioridad que supone el refuerzo del desarrollo de base de la persona para tratar posibles causas que estén originando los síntomas y las necesidades de aprendizaje y para brindar a cada niño y niña la oportunidad de desarrollar las herramientas y requisitos que necesita para enfrentarse al aprendizaje en la escuela o el control de su conducta.
Formarse en neurodesarrollo infantil permite a los alumnos desempeñar su labor con niños como profesionales innovadores en su campo. Al contar con un conocimiento profundo del desarrollo infantil y las mejores estrategias para apoyarlo, podrán utilizar técnicas y recursos que enriquecen su trabajo, lo que se traduce en resultados significativamente más efectivos que los obtenidos por aquellos que, al desconocer estos principios, no aplican el neurodesarrollo infantil en su práctica.
Contamos con varias opciones para formarse en neurodesarrollo infantil, haz clic en la imagen para conocerlas:
Información sobre formación en neurodesarrollo infantil en esta misma página:
Debes conocer esto 🧐 para poder ayudar a los niños que tienen dificultades.
¡Hola! Si estás aquí es porque te interesa el tema y quieres saber cómo entender el desarrollo infantil.
El desarrollo infantil es un proceso lógico y natural. Pero, no siempre lo conocemos lo suficiente como para comprender cómo se produce y así, comprender también cómo apoyarlo.
Para su comprensión, en ocasiones utilizamos apoyo visual, imágenes o gráficos que representan el desarrollo y que nos ayudan a entenderlo.
Uno de los apoyos visuales que más utilizo es la pirámide del aprendizaje y del desarrollo.
Me gusta mucho esta versión de Williams y Shellenberger (hay otras muchas representando lo mismo, todas ellas mostrándonos cómo los diferentes autores están de acuerdo sobre cómo se produce el desarrollo infantil):
Posiblemente ya la conocías, pero está bien repasar conceptos básicos como los que se deducen de la imagen.
Como también sabes, en esta vida, lo que asoma es lo que suele llamar nuestra atención. Y con la pirámide ocurre esto mismo: que nos fijamos mucho en la punta y mantenemos nuestra atención, nuestro esfuerzo y nuestro trabajo ahí. Y justo ahí están el aprendizaje académico y la conducta.
Por supuesto que a todos nos preocupan estos dos aspectos fundamentales del desarrollo de nuestros niños, y es importante que los trabajemos.
Pero… no podemos ignorar todo lo que hay debajo, que es mucho (la mayor parte de la pirámide), y que es precisamente lo que sostiene el aprendizaje y la conducta.
No debemos ignorar el cuerpo y la base de la pirámide, pues si no se cumplen los aspectos del desarrollo que incluyen, no podrán los niños llegar a la punta para enfrentarse al aprendizaje y el control de su conducta en las mejores de las condiciones.
Cuando ocurre que un niño o una niña muestra dificultades en las funciones más complejas de la punta de la pirámide del desarrollo, además de trabajar ahí, hemos de mirar, observar y trabajar los requisitos previos, que muy posiblemente, no se hayan cumplido plenamente y hayan derivado en esas dificultades de aprendizaje y de conducta.
El desarrollo se produce de manera secuencial, y las funciones más sofisticadas se sostendrán siempre sobre otras más básicas. Estas funciones básicas y primeras tienen que ver con el cuerpo y el movimiento.
Para que entendamos esto mejor, he preparado este vídeo, que espero que te guste:
Si te gusta este tema y todo lo relacionado con el neurodesarrollo infantil, y si deseas conocer más formándote en ello, no dudes en informarte sobre el curso NEURODESARROLLO EN EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA. Sólo tienes que hacer clic en el botón aquí debajo y llegarás a esa información:
Poder ayudar realmente a los niños con dificultades supone aprender a observarlos desde una nueva mirada. Para así ver más allá de lo que asoma, para dejar de mirar solamente los síntomas que muestran y comenzar a ver las causas, menos visibles, que los están provocando.
Cuando conocemos cómo se produce el desarrollo infantil y lo que resulta necesario para que se logre de forma plena, comenzamos a ver posibles «fallos» que, en muchos casos, derivan en las dificultades que nos preocupan en nuestros niños y que deseamos paliar.
Aprende a ver más allá, a conocer tan bien el desarrollo de los niños que puedas identificar fácilmente si se está produciendo en las mejores de las condiciones, si hay aspectos que se pueden mejorar y cómo actuar para darles a nuestros peques todas las herramientas y oportunidades que necesitan y se merecen para vencer sus dificultades y tener éxito en su aprendizaje y el control de su conducta.
El neurodesarrollo te muestra cómo hacerlo. Y verás cómo lograrlo te resultará sencillo, lógico y natural.
“Es la pieza que me faltaba en mi trabajo con los niños.” “Me ha abierto los ojos a un mundo nuevo que desconocía y me sorprendió no haber conocido antes.” Esto es lo que repiten una y otra vez muchas de las personas que ya se han formado en neurodesarrollo infantil.
Somos cada día más quienes trabajamos con técnicas de neurodesarrollo, obteniendo resultados con los que antes solamente soñábamos. Anímate a formar parte de nuestro grupo formándote tú también. ¡Te esperamos!
Para futuros padres o padres de niños de 0 a 6 años, no hay mejor regalo que conocer cómo pasar el tiempo de mayor calidad con sus hijos, sabiendo que los acompañan en su desarrollo, ofreciéndoles la mejor estimulación para lograr que ese desarrollo sea lo más pleno posible.
Es cierto que los bebés no llegan con manual de instrucciones. Y que los padres nos vemos perdidos al comienzo de la nueva andadura de la paternidad. Sin embargo, nada hay más importante que conocer cómo se produce el desarrollo de nuestros hijos para saber qué ofrecerles en cada etapa evolutiva, cubriendo así todo lo que puedan necesitar para lograr que su desarrollo sea no sólo óptimo, sino el más pleno.
Conocer cómo acompañar a los pequeños en el camino de su desarrollo y aprendizaje supone brindarles el mayor tiempo de calidad posible.
Aquí estoy de nuevo insistiendo en el peso que tiene el entorno en el desarrollo de nuestros niños, en su evolución como personitas, en su carácter, su personalidad y en las habilidades y las dificultades que muestran.
No quiero ponerme pesada, pero es un tema que está generando mucha discusión y malosentendidos…
Al parecer hay a quien le molesta pensar en el entorno y que éste pueda influir en el desarrollo de sus hijos… Alegan que lo que «tienen» los niños es genético, es hereditario… y ya está. O que a su hijo o hija lo que le pasa es que su cerebro es neurodivergente… y ya está. O incluso, tal como me han dicho hace unos días, lo que pasa es que a algunos niños «les tocó»… y ya está.
¿Y ya está?
Pero, ¿esto qué quiere decir?
A mí me suena a: «el niño tiene esto, lo tendrá toda la vida y vete haciéndote a la idea. No hay nada que hacer más que ayudarle a que sea funcional y aprenda con el problema que tiene».
Ésta es una muy triste visión de lo que supone el desarrollo del ser humano. Muestra gran desconocimiento del desarrollo cerebral y de la plasticidad con la que cuenta el cerebro en desarrollo.
Sabemos que el cerebro crece y madura, se conectan neuronas y se crean circuitos neuronales gracias a la estimulación que recibe. Y la estimulación llega toda del entorno, y del propio cuerpo, que aporta también experiencias que podríamos incluir en el entorno. Siendo éste el conjunto de todas las experiencias vividas, todo lo sentido y experimentado por cada niño y niña desde el momento de su concepción.
Entonces, no podemos descartar la incidencia del entorno diciendo que lo que le pasa al niño o la niña es algo genético, hereditario, fruto de un cerebro neurodivergente, o que le «tocó».
Independientemente de la causa primera que pudiera originar las dificultades que muestran los niños, sean genéticas o causadas por factores del entorno, éste tendrá siempre un papel importante en el desarrollo de todos sus cerebros, y por lo tanto, en el desarrollo de las habilidades con las cuales se enfrentarán a los desafíos en el control de su conducta, su relación con los demás y el aprendizaje en la escuela.
Pienso que ocurre que a los adultos, a los profesionales que trabajamos con niños, pero especialmente a los padres, nos da miedo reconocer que nosotros somos parte del entorno en el cual crecen nuestros pequeños. Da vértigo la responsabilidad que supone.
Y sí, somos parte del entorno. Y esto NO significa que las dificultades que muestran nuestros hijos sean el resultado de algo que hicimos o no hicimos nosotros (su madre o padre)… Muchas veces no sabremos por qué surgen las dificultades, aunque siempre buscaremos aspectos del desarrollo que no estén bien fuertes y que podamos reforzar. No buscaremos culpables, ni situaciones concretas que nunca sabremos con certeza si fueron determinantes o no.
Sabiendo que somos parte del entorno, y aceptando esta responsabilidad, podemos mirar hacia el futuro de nuestros niños desde el mismo día de hoy hacia adelante. Y sabremos, con toda certeza, ahora sí que sí, que tenemos un trabajo importante que realizar.
Madres, padres y profesionales que trabajamos con niños, tenemos parte del desarrollo de nuestros niños en nuestras manos. Es una gran responsabilidad, pero una maravillosa labor: acompañar el desarrollo de los niños desde el mismo comienzo y reforzarlo cuando observemos que existe la necesidad de hacerlo.
¿Suena complicado? No lo es tanto si conoces cómo se produce el desarrollo infantil y lo que necesita para completarse.
No siempre sabremos qué es exactamente lo que necesita un niño o una niña en su desarrollo para solucionar todas sus dificultades, pero prácticamente en todos los casos veremos cosas que podemos trabajar y si no es posible erradicar las dificultades, al menos sí disminuirlas.
Siempre merecerá la pena hacer todo lo posible por lograrlo. Independientemente del diagnóstico, del origen de éste y de la edad del niño.
Y, te aseguro, que no existe una responsabilidad y una labor más satisfactoria en esta vida.
¡Uf! Me he puesto muy filosófica, pero es la pura verdad, tal como la he vivido, la vivo y la siento.
Ya no me enrollo más… Te dejo este vídeo en el que hablo de todo ello y de una prueba fascinante e indiscutible del gran peso del entorno en el desarrollo infantil: los niños ferales. Míralo para saber más:
Y como seguro que ya sabes, si tú quieres aprender más sobre el desarrollo de los niños y cómo trabajar con ellos desde el neurodesarrollo, cuentas con varias opciones de formación y asesoramiento familiar. Tienes información de todas ellas en mi web:
Si trabajas con niños y deseas formarte para poder aplicar técnicas de neurodesarrollo, puedes agendar una sesión gratuita conmigo haciendo clic en el siguiente botón:
El neurodesarrollo nos enseña a observar a los niños para saber qué está ocurriendo realmente detrás de cada síntoma y para saber cómo ayudarles.
Seguro que me has oído decir un montón de veces que «el cerebro lo hace todo«…
El cerebro es el que se mueve, el que está quieto, el que habla y el que escucha y presta atención, es el que se relaciona con los demás y el que aprende en la escuela a leer, escribir, las mates…
Es por esto que siempre digo también que cuando observes a un niño o a una niña, piensa que estás observando su cerebro en acción. Su cerebro haciendo «lo que puede» con la madurez que ha alcanzado.
El desarrollo de los niños es igual a su desarrollo cerebral, es la misma cosa en realidad. Y será la maduración alcanzada por cada niñ@ en su desarrollo, la maduración alcanzada por su cerebro, la que determine que los niñ@s tengan o no dificultades en su conducta y aprendizaje.
La gran cuestión es: ¿cómo podemos acompañar ese desarrollo de nuestros niños para que llegue a ser lo más pleno posible? Y, ¿cómo reforzar ese desarrollo cuando vemos que no va del todo como esperamos?
Para esto sería bueno comenzar comprendiendo el gran poder que tiene el entorno en el desarrollo. El entorno son todas las experiencias vividas, toda la información sensorial que llega al cerebro desde el mismo momento de la concepción. Todo lo experimentado por el niño o la niña conectará neuronas y cableará su cerebro, lo hará crecer y madurar.
Parte de lo que somos se lo debemos a nuestros genes, pero sólo una parte. La epigenética nos dice que el entorno (los factores externos) inciden también en muchos de nuestros genes, haciendo que éstos se manifiesten o no, lo hagan con mayor fuerza o no… Así que, podríamos decir que somos, y nuestros niñ@s son, el producto de esos factores externos, del ambiente o entorno en el cual, y gracias al cual, se desarrolló nuestro cerebro, especialmente en los primeros años de vida.
Entonces, si el entorno puede incidir tanto en el desarrollo de nuestros niñ@s hasta el punto de que muchas de sus dificultades sean el resultado del mismo, nosotros también podemos, modificando ese entorno y ofreciendo los mejores estímulos, los más necesarios para el desarrollo cerebral, lograr que este desarrollo se refuerce para ser más óptimo.
Esto es lo que hace el neurodesarrollo: retomar el desarrollo de los niñ@s, volver atrás para, con la estimulación adecuada, crear las herramientas que puedan necesitar para aprender y controlar su conducta sin grandes dificultades.
Aplicar técnicas de neurodesarrollo supone volver a repasar cada etapa del desarrollo que pueda haber faltado o que no haya sido bien plena (o que sea necesario retomar porque ha habido una gran regresión, como en el caso del autismo), para acompañar al niño desde ahí hacia adelante, asegurándose de que cuenta con «las herramientas» que precisa para enfrentarse a los retos del día a día.
Por ejemplo, si un niñ@ tiene dificultades para leer o para escribir, habremos de plantearnos por qué razón no llegó a desarrollar las habilidades que necesita para ello, esas herramientas previas a la lectura y escritura que son necesarias y sin las cuales, leer y escribir resultará muy difícil. No nos centraremos exclusivamente en practicar la lectoescritura, sino en trabajar otros logros del desarrollo que son muy anteriores, pero muy necesarios (un buen tono muscular y control de la postura, el control del movimiento que permite a un niñ@ estar quieto, la capacidad de prestar atención, la discriminación auditiva que le permitirá convertir los sonidos de la lengua hablada en signos de la escrita, un buen sistema visual que le brinde la oportunidad de utilizar de forma cómoda y eficaz ambos ojos para poder leer, un buen desarrollo de la motricidad fina de las manos que le faciliten la escritura, la correcta percepción de nociones espaciales como la izquierda y la derecha gracias a haber alcanzado una buena lateralización como diestro o zurdo pleno, etc.).
Y por concretar aún más este ejemplo… Imagínate que a un niño le cuesta leer… Y por más que practicamos la lectura, los avances son pocos, pobres y lentos. En un momento dado, nos damos cuenta de que este niño tiene importantes problemas para diferenciar la derecha y la izquierda a pesar de tener ya 7 años. Pues aquí es donde hemos de plantearnos que no tiene sentido seguir por el camino escogido hasta ahora… porque este niño no está preparado para leer. Y nuestro deber no es obcecarnos en practicar lo que no puede hacer, lo que le resulta difícil, sino asegurarnos de brindarle la oportunidad de desarrollar los requisitos previos para la lectura, entre ellos el tener claros los conceptos espaciales de izquierda y derecha (la lectura, la escritura y las matemáticas sobre el papel se llevan a cabo siguiendo una direccionalidad concreta para la cual hemos de tener estos conceptos espaciales muy asimilados). Si un niño no tiene claros estos conceptos espaciales en sí mismo, no los podrá tener respecto al espacio en 3D que lo rodea y mucho menos… podrá tener claros estos conceptos sobre las dos dimensiones de un papel.
Todo en el desarrollo tiene un orden y una secuencia. Y todo lo que haya de llegar en esa secuencia, depende de todo lo que hubo con anterioridad. Así, con este niño del que hablamos, trabajaremos con el movimiento de los dos lados de su cuerpo de modo que vaya incorporando plenamente los conceptos espaciales que luego habrá de utilizar para leer.
Aprender a observar a los niños para saber qué está ocurriendo realmente detrás de cada síntoma y para saber cómo ayudarles es una responsabilidad y un privilegio de quienes convivimos o trabajamos con ellos. El neurodesarrollo nos enseña cómo hacerlo. Cómo observarles para ver… cómo trabajar para ayudarles a vencer sus dificultades.
Siento que esto sea un texto tan largo… Voy a ir terminando ya, pero por si te apetece, te cuento más en este vídeo:
Si tú quieres aprender a observar a los niños y trabajar con ellos desde el neurodesarrollo, me gustaría que sepas que existen varias opciones de formación. Desde las opciones más completas a otras más sencillas, todas ellas fascinantes como lo es su contenido de neurodesarrollo.
Aquí verás estas diferentes opciones. Tienes información de todas ellas en mi web:
Si es tu deseo conocer mejor el neurodesarrollo y formarte para poderlo aplicar, puedes agendar una sesión conmigo y hablaremos de qué opción es la más adecuada para ti. Sólo tienes que hacer clic en el botón:
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