El sentido vestibular controla el equilibrio y la postura entre otras muchas funciones.
Estimular este sentido interno es una de las formas más efectivas de lograr una correcta maduración cerebral y puede ayudar a muchos niños que muestran dificultades en su desarrollo (torpeza, problemas para controlar sus emociones o para relacionarse, miedos, atención dispersa, tono muscular bajo, etc.).
Todo lo que suponga movimiento del cuerpo en el espacio estimula el sentido vestibular.
Esto incluye saltar, rodar (hacer “croquetas” sobre el suelo tumbado girando hacia un lado y hacia el otro), girar sobre uno mismo de pie o sobe una silla giratoria, volteretas, columpiarse, bajar por un tobogán, tumbarse sobre una pelota de pilates y mecerse en todas las direcciones…
El cerebro del niño tiene una gran necesidad de este tipo de estimulación pues es vital para su maduración y crecimiento. Permitamos y fomentemos que los niños corran, salten, se columpien, se cuelguen boca abajo…
Porque Y estas últimas no pueden lograr un pleno desarrollo si no lo ha hecho la primera.