La magia y el poder del tacto con presión🪄
Hoy vengo con otro de los bonitos casos que conozco casi a diario. Casos que muestran “la magia” del tacto. Ese poder, (de verdad que parece casi “mágico”), del estímulo propioceptivo, del tacto con presión.
Podría hablarte mucho de la propiocepción… Como seguro sabes, siempre digo que todo en el desarrollo del ser humano comienza por “sentir”. Sentirse, primero de todo, a uno mismo. Sentir el cuerpo.
Y aunque pueda parecer una locura, en el desarrollo pocas cosas vienen “de serie”, no se dan porque sí. Por esto ocurre que muchos niños (de los que nos preocupan por razones varias), no sienten o perciben bien su cuerpo. Esto les impide tomar conciencia del mismo, de cómo utilizarlo adecuadamente, de cómo estar presentes (en el aquí y el ahora), les impide prestar una adecuada atención y controlar sus impulsos para dirigir sus acciones y movimientos hacia un objetivo concreto.
Estos niños suelen mostrarse dispersos, literalmente “desconectados”.
Y la mejor manera de conectarlos, de traerlos al momento presente, de “hacerlos aterrizar”… y de ayudarlos a estar más tranquilos y relajados… es mediante el estímulo propioceptivo con el tacto con presión.
Hoy te dejo las palabras de Milagros, un testimonio más de los que recibo a menudo, pero que siempre me emocionan:
Ojalá que también te haya parecido emocionante.
Ya ves qué herramienta más sencilla y poderosa tenemos todos al alcance de nuestras manos (literalmente).
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