Si quieres que tus hijos o tus alumnos aprendan, antes debes asegurarte de que está encendido el interruptor… El interruptor del aprendizaje.💡
Seguro que te estarás preguntando de qué interruptor hablo. ¿Acaso existe un “interruptor del aprendizaje”?
Pues podríamos decir que “sí”, que existe. El cerebro debe estar “encendido” para que los niños puedan aprender, debe estar bien activo para poder así recibir la información necesaria.🧠
Y esto, no siempre ocurre en las condiciones óptimas. Demasiadas veces pedimos a los niños que aprendan cuando no están aún preparados para ello, cuando no cuentan con los requisitos necesarios.
Nuestra labor como padres, docentes, terapeutas, es la de asegurarnos de que los niños han alcanzado el grado de desarrollo preciso para poder responder como deseamos antes de pedirles que lo hagan. Antes de enseñarles o entrenarles para hacerlo.
Sin embargo, seguimos enviándoles información que no llega como debería a las áreas del cerebro que la han de procesar y luego emitir una respuesta, la respuesta que buscamos.
Por esto, hoy te pido que te asegures de que el cerebro está “encendido”, de que está conectado. ¿Pero dónde está el interruptor?
Seguro que si llevas un tiempo leyéndome o escuchando mis vídeos, sabrás lo que te responderé…
Que el interruptor que enciende el cerebro es el cuerpo.🤸♀
El medio que tenemos de llegar al cerebro, de estimularlo y activarlo, de ayudarlo a madurar… es a través del cuerpo.
Los niños deben sentir su cuerpo para poder estar conectados, para estar presentes, para poder recibir la información y poder responder a ella.
Es por esto que es tan importante la estimulación del tacto y la propiocepción (tacto profundo), también la del movimiento.
Hace unos días, recibí este mensaje de whatsapp de Montse, alumna del curso básico de neurodesarrollo infantil “El lenguaje de los sentidos”:
Montse estaba muy emocionada contándome cómo esta niña había dicho su primera palabra mientras ella le estaba dando un masaje. A veces parece algo casi “mágico”… pero no lo es, es simplemente algo “natural”.
No todos los niños hablarán al recibir un estímulo de tacto con presión, pero sí llegarán con el tiempo y la repetición de este estímulo, a estar más conectados y a contar con mayor maduración y por lo tanto, con más requisitos previos para poder avanzar en todas las áreas de su desarrollo. Y poder aprender en mejores condiciones.
Si te apetece saber más, sigo en este vídeo:
¿Qué te parece todo esto? Cuéntame si quieres, me encantará saber tu opinión. Conocer tus experiencias con el tacto y el contacto. También tus dudas, no te quedes con ellas, cuéntamelas.
Y si quieres conocer mejor el neurodesarrollo, ya sabes que tienes diferentes opciones de formación. Si te apetece formarte, sólo tienes que decírmelo. Te daré toda la información y podemos vernos para hablar de ello. Haz clic en el botón y nos vemos en una sesión para ti dedicada a todo lo relacionado con la formación en neurodesarrollo.