La niña perro y el desarrollo cerebral - ROSINA URIARTE

La niña perro y el desarrollo cerebral

La niña perro🐕 y el desarrollo cerebral🧠. Los niños ferales nos hablan de la plasticidad cerebral.

Hoy vengo con un tema que me parece apasionante: cómo los casos de niños ferales nos dan tanta información sobre la plasticidad y desarrollo cerebral.

Los niños ferales son aquellos que fueron criados por animales. Ellos son la viva representación de lo moldeable que es el cerebro humano joven, de la capacidad que tiene el mismo de adaptarse al entorno en el cual le toca vivir. Y de la gran incidencia que tiene la estimulación recibida en los primeros años de vida.

Esto resulta lógico si pensamos que es en estos primeros años cuando el cerebro (y la cabeza por fuera) crece a toda velocidad. Es el momento en el cual se establecen mayor cantidad de conexiones y circuitos neuronales, haciendo que el cerebro «literalmente» se cablee, habilitando a la persona para ser lo más funcional posible en su vida futura.

El ser humano aprende todos los días, hasta el último, por lo que el aprendizaje nos acompaña siempre… pero ese cableado esencial, el crecimiento del cerebro, el gran desarrollo del ser humano, se produce tempranamente.

En el siguiente vídeo te presento a Oxana Malaya, un caso verdaderamente increíble, pero real. Y como ella  ha habido otros casos, todos ellos igual de sorprendentes. Viendo este vídeo se comprende mejor en qué consiste la plasticidad cerebral y la gran capacidad del cerebro joven:

Como ves, es hora de dejar de pensar que un niño o niña «ha nacido así» y «no hay nada que podamos hacer»…

Porque, precisamente, nosotros podemos modificar el entorno de los niños, haciendo que sea más adecuado para un mayor desarrollo cerebral. Así lo haremos si realizamos con ellos ejercicios de neurodesarrollo.

Y seguro que me has escuchado o leído que «esperar» es el peor de los consejos. Pues es por esto mismo: porque se pierde el tiempo más valioso de todos cuando no actuamos en cuanto sospechamos que pueda haber una dificultad en un niño o niña.

Sin embargo, también quiero dejar claro que he visto avances magníficos en niños de 12 años y más mayorcitos… Ya sabes, el cerebro nunca deja de ser plástico, sólo ocurre que el trabajo para lograr cambios en cuanto a maduración cerebral y ayudar a los niños a vencer sus dificultades requiere de más intensidad y más tiempo cuanto mayores son. ¡Pero se puede! ¡Y hay que intentarlo!

Mira esta gráfica. En ella se ve la «habilidad del cerebro de cambiar como respuesta a las experiencias vividas» (en azul) y «la cantidad de esfuerzo que dicho cambio requiere» (en naranja), según va avanzando la edad.

¡Interesante! ¿Verdad?

¿Has visto cómo la curva de la capacidad del cerebro de cambiar, o sea: su plasticidad, sigue bajando a lo largo de la vida, pero no llega a tocar el «suelo»? ¡Nuestro cerebro sigue siendo siempre plástico y merece la pena trabajar por lograr cambios positivos a cualquier edad!

Si te gustaría aprender a modificar el entorno de los niños, ofreciéndoles la mejor estimulación por medio de sencillas técnicas de neurodesarrollo, aquí tienes varias opciones de formación. Haz clic en la imagen para conocerlas mejor y saber cuál es la que más resuena contigo:

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