Curso online NEURODESARROLLO EN EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA🌸
Cómo Potenciar el Desarrollo Infantil con Talleres Prácticos
Aprende de una manera práctica sobre neurodesarrollo infantil con estos nuevos talleres.
¡Hola! Hoy quiero compartir contigo novedades😃.
Llevo un tiempo trabajando en la creación de una nueva modalidad de formación en neurodesarrollo. Una modalidad que te permitirá aprender sobre diferentes áreas del desarrollo infantil en poco tiempo y de forma teórica, práctica y económica.
Quiero presentarte estos nuevos talleres online de formación en neurodesarrollo infantil:
De momento contamos con estas 7 opciones, pero muy pronto se irán añadiendo otras muchas más.
Cada uno de los talleres profundiza en un tema específico del desarrollo infantil. Cada uno de ellos supone un fascinante recorrido por un área del neurodesarrollo en el cual veremos teoría y datos, pero también prácticos ejercicios para realizar con nuestros pequeños (o no tan pequeños pues sabemos que para el trabajo con el neurodesarrollo no existe un límite de edad).
Y los ejercicios los tendrás por escrito en un pdf descargable para poderlos guardar y tener a mano.
Los talleres están grabados por lo que podrás realizarlos en el momento que lo desees.
Deseo que te guste esta nueva propuesta que estoy elaborando con mucha ilusión🥰.
Estos talleres son un espacio único en el que podrás ahondar en el neurodesarrollo infantil, pasando de un aspecto a otro, empezando por el que más te interesa para ir avanzando hacia otros muchos que seguro te sorprenderán y te aportarán información, datos y herramientas prácticas para tu trabajo con los niños.
Ojalá te animes a realizar alguno de estos talleres y me cuentes qué te pareció, me gustaría mucho🤗.
Rosina
¿Qué nos dicen los taxistas de Londres de la plasticidad cerebral?🤔
Los taxistas de Londres… ¿Habías oído que tuvieran algo que ver con nuestro cerebro?
Bueno, lo evidente es que ellos también tienen uno. Pero su particularidad es que ha sido estudiado en un interesante experimento…

Seguro que has escuchado muchas veces decir que los primeros años de vida son incomparables a todos los posteriores en cuanto a crecimiento y desarrollo cerebrales. Esto es verdad. No existe un cerebro tan plástico, tan moldeable y creciendo a toda velocidad como el cerebro de un niño o niña pequeños.
Y es por esto que insistimos tanto en cuidar de los primeros años de vida para ofrecer a los niños las mejores experiencias, los mejores estímulos, sabiendo que serán éstos los que literalmente «cablearán» su cerebro.
Esto genera a veces presión y prisa por aprovechar al máximo esta etapa temprana y muchos padres y profesionales viven con el miedo de que «ya sea demasiado tarde» para estimular a los niños cuando han alcanzado cierta edad.
Bueno, pues aquí es donde entran los taxistas de Londres, a demostrarnos que nunca es «demasiado tarde».
¿No es una maravillosa noticia?
Mira este vídeo donde te lo cuento todo:
¿Qué te ha parecido? Espero que te haya resultado interesante este experimento, y más aún las conclusiones del mismo porque nos afectan a todos nosotros. Da tranquilidad saber que podemos trabajar por lograr la maduración cerebral a cualquier edad.
Y de ello se ocupa, como bien sabes, el neurodesarrollo.
Y seguro que sabes también que yo estoy aquí deseando hablarte de neurodesarrollo y hacer lo posible para que lo conozcas más y mejor, para que puedas utilizarlo en tu trabajo con los niños y éstos puedan beneficiarse de ello logrando vencer muchas de sus dificultades.
De verdad que no hay una labor más bonita y satisfactoria.
Si quieres conocer mejor el neurodesarrollo y formarte para poderlo aplicar, agenda una sesión conmigo y hablamos de todo ello. Sólo tienes que hacer clic en el botón:
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Qué nos dicen los NIÑOS FERALES de la PLASTICIDAD CEREBRAL
Es interesante ver qué nos dicen los niños ferales de la plasticidad cerebral, pues nos sirven como ejemplo claro de cómo crece y se desarrolla el cerebro humano.
La plasticidad cerebral es la capacidad que tiene cerebro, especialmente el cerebro joven en el niño pequeño, de moldearse para adaptarse a cualquier circunstancia que se encuentre. Crea herramientas neurológicas en esos primeros años para que podamos funcionar después el resto de nuestra vida. Por esto son tan importantes las etapas tempranas en el desarrollo.
La naturaleza es inteligente y ha hecho que nuestro cerebro esté preparado para amoldarse y para crear esas conexiones, esos circuitos neuronales, esas herramientas neurológicas, muy tempranamente. No espera que el niño tenga 12 años para crear patrones de funcionamiento. Sino que, desde el mismo comienzo, el cerebro está abierto a toda la estimulación que recibe del entorno y creará maneras de funcionar para lo que el niño esté viviendo en cada momento.
La estimulación que recibe el niño del ambiente tiene un gran peso en su desarrollo cerebral
Sabemos que la estimulación que recibe el niño del ambiente tiene un gran peso en su desarrollo cerebral, incluso más que la propia genética. Esto lo sabemos por muchos estudios realizados, pero también gracias a los niños ferales.
No está permitido hacer experimentación con los niños de modo que les aislemos de estímulos para ver qué pasa. La naturaleza a lo largo de la historia, sin embargo, ha hecho sus propios experimentos en los niños ferales. Niños del “experimento prohibido”, niños que se criaron sin estimulación humana, sin la estimulación que consideramos más básica y necesaria para que una persona se convierta en un ser humano pleno.
Estos niños se criaron con animales en el bosque o la selva, o incluso dentro del propio hogar (donde fueron alimentados mínimamente para mantenerse con vida, pero no recibieron los estímulos suficientes por parte de sus cuidadores).
Gracias a estas terribles experiencias hemos podido comprobar los resultados de la falta de estimulación en el cerebro humano en esos primeros momentos de la vida.
Hay casos muy conocidos, algunos bastante recientes y bien documentados.
Varios fueron niños criados por lobos, cabras o perros… Todos ellos se comportaban como los animales que los habían cuidado y con los que habían convivido. Dándonos así muestras de lo increíble que resulta la plasticidad del cerebro humano joven.
Esto es solamente posible en el cerebro del ser humano, pues el de un animal no tiene esta capacidad. Un perro, por ejemplo, por mucho que conviva con personas, nunca podrá comportarse como ellas. Sin embargo, un niño sí es capaz de adaptarse perfectamente a las circunstancias en las que vive, aunque se alejen bastante de lo que consideramos “humanas”.
Como decíamos, otros casos se han dado dentro del entorno de las personas y no de los animales. En los años 70 supimos del más conocido de todos: Genie. Genie era una niña que fue encerrada en una habitación oscura por su padre. Se pasaba las horas sentada y atada a un orinal. Genie se crió prácticamente sin ninguna estimulación durante los 13 años que tardó en ser descubierta. Apenas podía caminar y no hablaba.
Genie fue un caso muy seguido y al cual se dedicó mucho esfuerzo (quizá no de la manera más adecuada para ella), sin embargo, no lograron que Genie utilizase adecuadamente el lenguaje ni otras muchas cuestiones como relacionarse o adaptarse a las normas sociales como lo harían la mayoría de las personas. Se consiguió que aprendiese palabras sueltas que correspondían a los objetos que ella conocía, pero nunca lograron que realizase frases o que llegase a poder mantener una conversación.
Hay un momento para determinados aprendizajes en la vida
Lo que nos muestran los casos como Genie y otros como el del niño del bosque de Aveyron, Daniel el niño cabra, Oxana Malaya criada con perros… es que hay un momento para determinados aprendizajes en la vida. Momentos clave o períodos sensibles para adquirir determinadas funciones, habilidades o destrezas y que llamamos “ventanas de oportunidad”. Son momentos en los cuales el cerebro está abierto para esos aprendizajes concretos y puede crear conexiones y circuitos neuronales para los mismos.




Necesitamos de la estimulación adecuada para poder adquirir esas destrezas y esta estimulación debe darse en el momento adecuado. No vale cualquier momento.
Se ha comprobado que estos niños ferales tenían más probabilidades de poder llegar a caminar erectos o de hablar si se les descubría siendo aún muy jóvenes. A cierta edad se hacía más difícil. Cuanto más se alejaban estos niños de la edad en la que los niños normalmente aprenden a caminar y a hablar, más difícil era que lo lograsen.
Lo curioso es que todos nacemos con áreas cerebrales específicamente destinadas a la función del lenguaje, por ejemplo. Sin embargo, si un niño no recibe los estímulos adecuados mientras está creciendo y desarrollándose en esos momentos del periodo sensible para el lenguaje, no lo desarrollará a pesar de contar con estas áreas cerebrales.
Es importantísimo que cuidemos del desarrollo de nuestros niños desde la misma concepción. Ofreciéndoles un entorno rico en estímulos adecuados, entre ellos el amor y los cuidados que todos merecen y tanto necesitan para crecer como seres humanos equilibrados y con una buena autoestima. Sintiéndose felices y capaces. No hay nada que nos fortalezca tanto como personas que sentirnos capaces. Y ahora sabemos que nuestras capacidades dependen en gran medida del desarrollo alcanzado a muy tempranas edades.
«¡Ya madurará!» El PEOR CONSEJO del mundo.
«¡Ya madurará!» «Cada niño tiene su ritmo.» «No te preocupes, todo se solucionará.»
Cuando una niña o un niño no ha madurado como nos gustaría a determinada edad, no hay nada que nos haga pensar que puedan lograr esa maduración por sí solos después.
Hay niños que, afortunadamente, encuentran la forma de vencer sus dificultades a base de esfuerzo y compensaciones. Pero muchos otros, no.
La maduración no se produce a saltos. Cada niño tiene su ritmo, pero el camino hacia la maduración es parecido para todos. Todos han de seguir unos pasos previos para llegar a donde queremos que lleguen.
Todos han de recorrer el mismo camino, aunque lo hagan de diferentes maneras y a su propio ritmo.
Cuando un niño o una niña se encuentra lejos de sus compañeros de edad en este camino del desarrollo, hemos de ponernos en guardia y plantearnos qué cosas están pasando en ese camino para que se encuentre lejos de donde están los demás. Esperar a que dé un «sprint final» para llegar a donde consideramos que debería estar no es una buena idea.
Los niños van avanzando y esto nos consuela a los padres, pero debemos tener en cuenta que todos los niños avanzan en su camino del desarrollo, no sólo avanza nuestra hija, nuestro hijo, también los hacen el resto. Por lo que si se encuentra a cierta distancia del resto, va a ser difícil que logre alcanzarles como nos gustaría.
Esperar a que la maduración deseada ocurra por sí sola, cuando no ha sido así hasta el momento, supone perder un tiempo precioso en el cual podríamos estar logrando esa maduración ayudando al niño, a la niña, en el proceso.
«Esperar» es la peor idea y el peor consejo del mundo.
Actuar cuanto antes puede suponer lograr resultados mayores y más rápidamente, ya que cuanto más jóvenes son los niños, más oportunidades tenemos de lograr esa maduración con un pequeño «empujón» que les demos.
Hoy tu hijo, tu hija, es más joven que mañana.
Por esto, HOY es el mejor de los días para actuar. Y si quieres, yo te puedo ayudar: Puedes ponerte en contacto conmigo si buscas asesoramiento, orientación o consejos sobre cualquier tema relacionado con el desarrollo de tu hijo/a:
646207929 Te espero 💗
«CUT» O «CAT». ¿POR QUÉ CUESTA TANTO LA PRONUNCIACIÓN EN INGLÉS?
La pronunciación en inglés, ¿por qué cuesta tanto?
No podemos reproducir lo que no percibimos. Los niños pequeños aún están a tiempo.
PLASTICIDAD CEREBRAL EN EL NIÑO
IMITAR LO QUE ES NATURAL NOS PERMITE AVANZAR

Nuestra sociedad, ha consolidado con el paso de los años, muchos razonamientos que han marcado criterios para afrontar las situaciones de la vida. Estos los ha establecido, el hombre. Personas a priori muy preparadas, pero esto no quita que otra persona, y más si es una madre o un padre, tenga que dar por bueno, cualquiera de estos razonamientos, sistemas de tratamiento de enfermedades,…., sin hacer un análisis personal; y más tratándose de un hijo.
Toda madre, padre o persona en general, sea cual sea el vínculo o parentesco, puede a partir de la vivencia personal, adquiriendo la capacidad de análisis y así poder ir decidiendo lo que más conviene. Es un proceso seguro que requiere unos tiempos. Cada uno necesitará su tiempo. Esto no es importante. Todo lo que previamente habremos hecho o no hecho, habrá sido necesario para a partir de aquellas vivencias, seguir evolucionando y enriqueciendo nuestro entorno y nosotros mismos.
Se habla de la plasticidad neuronal. Esta permite adaptarnos a las situaciones cambiantes de la vida. Cuando un sistema nervioso goza de muy buena salud, pudiendo disponer de la totalidad de sus recursos, la plasticidad fluye sin darnos cuenta. Las habilidades evolucionan en función de las actividades que practicamos y los estímulos que recibimos en cada instante.
Cuando nuestro sistema nervioso, está lesionado o por la razón que sea, no puede disponer de toda su composición para hacernos funcionales, la plasticidad neuronal no puede fluir de igual forma. Las oportunidades que todos necesitamos para navegar como un velero sin sobrepasar la línea de flotación, adaptándonos en cada instante a las situaciones cambiantes de nuestro entorno, posiblemente, no serán suficientes para nuestro hijo.
La voluntad de que su sistema nervioso evolucione , madure , crezca , buscando abrir todas las puertas para que sea únicamente él , quien con el paso de los años , nos pueda mostrar, hasta donde ha podido llegar en la conquista de las diferentes habilidades ; requerirá un mayor implicación específica y constante . Personalmente pienso que todo hay que hacerlo de manera progresiva. Haciendo un trabajo específico de media hora a una hora diaria, para empezar ya sería suficiente.
Nuestro hijo seguramente necesitará más oportunidades para que su sistema nervioso pueda reorganizarse haciendo uso de la plasticidad neuronal. Estas oportunidades se sucederán en la misma medida que la familia crea en su conveniencia.
El camino es largo. Todos lo son. Para afrontarlo con esta implicación tan cercana donde seguramente, nuestras manos empezarán a interactuar con su cuerpo, detectando su comportamiento corporal de una manera más profunda y real; hay que estar muy convencido de que vale la pena incorporar en este ayudar a crecer a un hijo, estos ratos con unas oportunidades de crecimiento diferentes a las que se han producido hasta ahora y complementarias a éstas. Habrá que buscar el suelo como lugar de ocio, juego y trabajo.
Se habla de que la plasticidad neuronal, no es la misma según sea la edad cronológica de la persona. Yo pienso que es posible que algo de cierto haya en esta afirmación. De todas formas, es algo que a mí no me preocupa. Apostar por un trabajo de oportunidades que puedan dar pie a una evolución del sistema nervioso, requiere la implicación y convencimiento de las personas requeridas.
La colaboración de nuestro hijo, puede aportar mucho de positivo o puede llegar a dificultar mucho su práctica. Por lo tanto lo más importante será la implicación y convencimiento de todos; padres e hijo (si es el caso). Si el hijo todavía no es consciente de la propuesta de trabajo; habrá que buscar un concepto de juego. Habrá que buscar su motivación a partir de la complicidad en la convivencia y el afecto creando un escenario de juego.
Conozco personas que con una edad por encima de los 60 años, han estudiado la carrera de derecho, o han aprendido a nadar o ir en bicicleta. ¿Si su sistema nervioso hubiera perdido su plasticidad, hubieran podido hacer tal proeza?
La fuerza de voluntad mueve montañas y esta aparece sin buscarla conscientemente, con el convencimiento de lo que queremos que forme parte a diario, durante un rato, del día a día de nuestro hijo.
Si te estiras en el suelo boca arriba y empiezas a reproducir con tu propio cuerpo, lo que hace un niño durante el primer año de vida, comenzarás para traerte manos y pies en la cara y / o boca, realizarás la transición del supino a prono mediante el volteo, dirigiendo la mirada y girando la cabeza hacia un lado levantando el brazo y doblando la pierna del lado contrario, para acabar haciendo el giro de 90 a 180 º.
Posteriormente, adoptarás una posición de arrastrar tipo militar o similar con una tendencia a lateralizar un lado de tu cuerpo de forma homolateral. Es decir, pierna y brazo de un lado los flexionarás mientras la otra pierna estará estirada y el otro brazo, apoyado en el suelo dándote una posición estática estable de control. Alternando entre un lado y otro como si la cabeza dirigiera con su movimiento, el resto del cuerpo, conseguirás que todo el cuerpo cambie de posicionamiento y así puedes iniciar el reptado.
Posteriormente, superando la presión de la gravedad, te pondrás a cuatro patas y gatearás, podrás sentarte en el suelo. Mientras, habrás estado trabajando la convergencia ocular a la distancia de la lectura y escritura, habrás integrado reflejos primitivos, sustituyéndolos por reflejos motores que hoy te permiten tener la movilidad que tienes y una serie de elementos madurativos intrínsecos.
Finalmente te pondrás de pie y aunque entonces sólo dispondrás de los pies para mantener el cuerpo en armonía, habrás durante este tiempo, aprendido todo lo que necesitas para hacerlo y por lo tanto, podrás ponerte derecho solo sin ayuda.
Siguiendo la secuencia genética, posteriormente, dado que ya habrás aprendido a comer sólido, llegará el habla, el pensamiento irá evolucionando y te harás grande tal y como lo has hecho.
Bueno, con todo esto, el sistema nervioso durante este tiempo, habrá madurado conjuntamente con este desarrollo funcional y éste se habrá producido gracias a la maduración neuronal correspondiente. Por tanto es un proceso sucesivo retro-alimentario. Como una especia de diálogo entre el cuerpo y la mente. Este es un proceso que la genética ha diseñado así y por lo tanto es inalterable e invulnerable.
Cada vez que cualquiera de nosotros hacemos esta secuencia, estamos haciendo un gimnasio para el cerebro. Estamos reforzando una estructura neuronal ya creada que nos permite ser funcionales y por lo tanto es como si fuéramos a reseguir con un color más grueso, cada una de las trazas neuronales que se activan con nuestra funcionalidad.
Si por la razón que sea, alguno de estos movimientos lo hacemos de manera imperfecta, es porque nuestro sistema nervioso no ha madurado con la precisión necesaria para hacer el movimiento perfecto. El cuerpo se articula con estados tensionales diferentes para cada parte del cuerpo, generando complejas cadenas musculares que nos permiten ser funcionales y estas cadenas, fácilmente pueden tender a simplificarse si la madurez neuronal no acaba de alcanzar los niveles precisos.
Como ya he expresado, todo ello no tiene nada que ver con la inteligencia. Esta también es invulnerable. En todo caso puede tener algo que ver con la capacidad de demostrarla.
Por lo tanto, hacer esta mesa de gimnasio, sería hacer un gimnasio para el cerebro abrazando la genética humana.
Me parece muy importante aportar esta visión de la condición humana ya que la plasticidad neuronal que permite adquirir habilidades o perderlas en función del uso que hacemos de nuestro cuerpo, deportes que practicamos en cada momento, o estímulos sensoriales que recibimos; permite también modificar y por lo tanto mejorar habilidades incumplidas.
Como si de un castillo humano se tratara, nuestro desarrollo se produce por etapas y cada etapa, es la base de la siguiente. Como en una escalera, cada escalón que subimos, nos permite afrontar el siguiente.
Es posible que esta escala se haga larga y a veces difícil de subir. Los años pasarán de todas formas y de producirse cambios por pequeños que puedan parecer, aportarán una mejor funcionalidad ya sea interna (digestiva, pulmonar, ….) o externa (sensorial o motora). Por lo tanto estos justificarán el esfuerzo realizado.
Pienso que todo ello son conceptos de la naturaleza. No hablo de cosas extrañas. La reproducción en cautividad de peces, moluscos o los invernaderos, buscan reproducir las condiciones naturales de un hábitat, conocedores de que imitando la naturaleza, las cosas se sucederán tal y como deseamos. No podemos ir en contra de la naturaleza.
Dado que nuestro desarrollo está genéticamente definido antes de nacer y tenemos la capacidad plástica de nuestro organismo para hacerlo efectivo, personalmente, no conozco ningún otro planteamiento en este ayudar a crecer un hijo mejor que el descrito; que complemente la tarea de hacer de madre o hacer de padre. Esta es mi opinión.
Pienso que si nuestro organismo, es capaz de hacer frente desde una perspectiva de auto curación a las heridas de la piel, fracturas óseas, los efectos de los resfriados, disfunciones digestivas,….. Activando mecanismos de defensa como la propia fiebre, entre otros tantísimos, ¿por qué nuestro organismo no debe poder activar estrategias reparadoras para nuestro sistema nervioso? Quizá tan sólo haya que ofrecer un entorno donde las oportunidades se puedan suceder.
Todo lo que he escrito, es fruto de la interpretación personal que hago de nuestra vivencia y de todo lo que he leído, así como de todo lo que nos han aportado aquellos profesionales que nos han acompañado y siguen acompañándonos en este trayecto.
NEUROPLASTICIDAD TODA LA VIDA

PLASTICIDAD NEURONAL, LA IMPORTANCIA DE LA ATENCIÓN TEMPRANA
PRECOZ EN NIÑOS CON NECESIDADES ESPECIALES
La atención temprana es un término general que describe los programas de intervención terapéutica y educativa, a distintos niveles, dirigidos a niños de 0 a 6 años con problemas en su desarrollo, sus familias y entorno, destinados a prevenir o minimizar las posibles alteraciones o deficiencias ya existentes.
Surge en sus orígenes de la evidencia de que, a través de la generación de un ambiente rico en estímulos de diverso tipo, podemos intervenir positivamente en la adquisición de funciones o capacidades que se han visto mermadas por problemas acaecidos a lo largo del desarrollo o en problemas surgidos a lo largo de la maduración de las mismas.
Desde la neurología, el Dr. Katona (Instituto Pediátrico de Budapest) fundamenta lo que denomina ‘neurohabilitación’ o ‘rehabilitación temprana’ en la plasticidad del cerebro en los primeros meses de vida, en base a la activación y aprovechamiento funcional de todas las estructuras del sistema nervioso central (SNC), que conserven su funcionalidad normal e incluso de aquellas que presentan funciones incompletas en relación con el daño cerebral.
Los estímulos a utilizar (input) son diversos, y en la generación de las respuestas (output) se consigue establecer o reforzar circuitos neuronales que facilitan la adquisición de funciones cerebrales dificultadas por diversas lesiones o problemas. Las lesiones tempranas de las estructuras nerviosas o la privación de la estimulación sensorial procedente del ambiente pueden afectar la maduración neuropsicológica, por lo que aprovechar la plasticidad neuronal en estadios precoces es decisivo para optimizar el desarrollo posterior.
Así, la eficacia de los programas de atención temprana se basa, por una parte, en la precocidad de la intervención, y por otra, en la consecución de un diagnóstico precoz de los problemas o patologías que van a derivar en patología de neurodesarrollo posterior, y cuya presencia define las poblaciones de riesgo subsidiarias de aplicación de programas de atención temprana.
El diagnóstico precoz permite iniciar un trabajo de forma temprana y por tanto más eficaz, puesto que la capacidad de asimilar e integrar nuevas experiencias es mucho mayor en etapas precoces del desarrollo, gracias a la posibilidad de aumentar las interconexiones neuronales, en respuesta a ambientes enriquecidos con estímulos debidamente programados.
Por ello, la aplicación de los programas de trabajo con el niño de riesgo no es arbitraria, sino que cumple dos condiciones: es sistemática, en cuanto a la adecuación del programa a su edad de desarrollo y a las expectativas reales que determinemos para cada niño en particular, y es secuencial, puesto que cada etapa superada es punto de apoyo necesario para iniciar la siguiente.
Los mecanismos por los cuales la intervención temprana ejerce su efecto, y las orientaciones teóricas que sustentan su aplicación práctica, han venido clarificándose a través de las neurociencias y son recogidas por lo que se denomina ‘neurología evolutiva’.
Su comprensión pasa por conocer la anatomía funcional del cerebro, su organización, la relación entre las diversas áreas y niveles, y la naturaleza intrínseca de las respuestas generadas y cómo éstas, siguiendo un programa de trabajo y estimulación secuencial, son capaces de establecer cambios estables en la organización cerebral que permiten la adquisición de funciones no desarrolladas o la maduración de las mismas.
En los últimos años, las líneas experimentales de las neurociencias, tanto en animales como en humanos, se han encaminado a desvelar los mecanismos por los cuales el cerebro se va construyendo en un continuo en el tiempo, acomodándose a las diferentes etapas de desarrollo, permitiendo el aprendizaje y la recuperación funcional tras lesiones de distinta naturaleza.
El análisis de todos estos mecanismos de neuroplasticidad y restauración funcional como base neurobiológica que apoya y justifica la intervención temprana, constituye el objetivo del presente tema. Se ha demostrado ampliamente la eficacia de la intervención temprana en niños con necesidades especiales en diversos ámbitos: motor, lingüístico, cognitivo, sensorial…
En general, y básicamente, los mecanismos responsables de los fenómenos plásticos para las diferentes funciones y en las distintas áreas del córtex motor, somestésico y las redes relacionadas con la cognición y el lenguaje, son los mismos. Sin embargo, existen investigaciones al respecto que inducen a pensar que el fenómeno de plasticidad neuronal y reorganización funcional es mucho más complejo y muestra particularidades según el área y función interesada.
Para más información: «Plasticidad cerebral en el niño»




