“Estimular significa ofrecer nuevas sensaciones, aportar información sensorial (que entra a través de los sentidos).

Es gracias a los sentidos que el cerebro obtiene información sobre lo que ocurre fuera y dentro del cuerpo. Junto a los cinco sentidos externos que todos conocemos, existen también sentidos internos que posibilitan que el cerebro sea conocedor en cada momento del estado del cuerpo: cómo nos sentimos, en qué postura estamos, dónde está cada parte de nuestro cuerpo, qué movimientos tenemos que realizar para llevar a cabo una acción, cuánta fuerza necesitaremos ejercer y qué movimientos o fuerza estamos realizando en cada momento.

La estimulación sensorial se produce constantemente, aunque somos conscientes tan sólo de una pequeña parte de todos los estímulos que nos llegan. Es absolutamente necesaria para el desarrollo y la maduración cerebrales pues es la que posibilita que exista actividad en nuestro cerebro.
La respuesta que produce el cerebro ante estos estímulos es lo que constituye nuestro comportamiento: cómo nos movemos, cómo hablamos, cómo nos relacionamos, cómo reaccionamos ante lo que ocurre a nuestro alrededor o cómo aprendemos.
La maduración de estas respuestas, de nuestro funcionamiento, depende de la maduración cerebral en el procesamiento de los estímulos. Y esta maduración cerebral a su vez, depende de la estimulación que ofrece el entorno. Esto es especialmente cierto en los primeros años de vida, de aquí la necesidad de asegurar un entorno rico en estímulos adecuados.”
Esto te cuento en mi libro “ESTIMULACIÓN TEMPRANA. CÓMO ACOMPAÑAR EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS DE 0 A 6 AÑOS”.
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