Aprende a observar a los niños con otros ojos, para así ver mucho más allá… para ver las causas de los síntomas que son más visibles. Solamente llegando a la causa de esos síntomas es que podremos solucionarlos o paliarlos hasta donde sea posible.
Te cuento más en mi masterclass gratuita. Está grabada y podrás verla cuando tú quieras, además, por verla, te llevarás un pequeño regalo que podrás descargar al final de la clase. Sólo tienes que hacer clic en el botón para inscribirte:
¿Qué posibles efectos puede tener la sobreexposición a las pantallas en los niños?
¿Sabías que el 84% de los menores de 3 años en nuestro país, pasan más tiempo del recomendado mirando un dispositivo electrónico?
En general, los niños de todas las edades dedican demasiado tiempo a mirar una pantalla.
Nosotros también…, por ello no somos el mejor de los ejemplos para ellos.
Pero en nuestro caso, contamos con un cerebro adulto, ya desarrollado, y ellos, nuestros niños, tienen un cerebro en pleno desarrollo. Un cerebro que está creciendo y madurando gracias a la información que recibe.
Las consecuencias de que un cerebro en desarrollo esté sometido durante horas a la información que recibe de una pantalla en lugar de hacerlo del mundo y las personas que lo rodean, pueden ser muchas, variadas y preocupantes…
Podemos vislumbrar algunas de estas consecuencias con tan sólo observar a un niñ@ ante una pantalla. Especialmente grave es la situación en el caso de los bebés. Por si no has visto un bebé y la relación que establecen la mayoría de ellos con un teléfono móvil, te dejo un vídeo para que veas a qué me refiero:
Los padres del vídeo se ríen, les parece gracioso… La mayoría recurren al teléfono móvil porque resulta un recurso casi «milagroso» para calmar y entretener a los pequeños. Lo hacen de buena fe, por supuesto, por puro desconocimiento de lo que esta acción puede acarrear para el futuro de lo que más quieren y más pretenden cuidar.
Pero, dejando de lado el que pueda parecer graciosa una reacción de este tipo en los bebés, debemos reflexionar seriamente sobre lo observado… ¿Qué has observado tú?
¿Has visto como un teléfono impide a un bebé moverse y explorar su entorno en el momento clave en el cual su cerebro se desarrolla gracias a que se mueve, siente su cuerpo y aprende a utilizarlo, lo toca todo, lo mete en la boca… y aprende cómo es él mismo y el mundo en el que vive?
¿Te has dado cuenta cómo la pantalla del teléfono lo absorbe por completo monopolizando su atención hasta el punto de que deja de existir para él nada ni nadie más a su alrededor? Lo atractiva que resulta la pantalla no tiene competencia con todo lo demás y la atención del niño no está ni se entrena para ninguna otra cosa… Luego nos preguntamos cómo es posible que niños con déficit de atención presten tanta atención a las pantallas y los padres, erróneamente, piensan: «no, si cuando quiere, bien que presta atención porque delante de la TV sí que lo hace»…
¿Y qué te parece la interacción que tiene un niñ@ absorto ante una pantalla? Me refiero a la interacción con otros, con sus padres o cuidadores, algo tan vital para poder relacionarse y comunicarse con los demás. Esta conexión con los demás, la comunicación y el desarrollo del lenguaje pueden verse afectados.
¿Te has fijado en sus ojitos? Primero, llama la atención la luz brillante y dañina para el desarrollo ocular, y por otra parte, son dos ojos que no se mueven, no se entrenan para los correctos movimientos que habrán de realizar luego en la escuela para poder leer y escribir (entre otras muchas funciones visuales). Son ojos que sólo observan el mundo en las 2 dimensiones de la pantalla, dando lugar a un sistema visual que se pierde la oportunidad (al igual que el resto del cuerpo y el cerebro) de tener un desarrollo pleno.
Y por último, aunque no se quedan aquí las consecuencias pues son muchas más, ¿qué ocurre con el control emocional de estos bebés? Si todos los seres humanos hemos de pasar por la etapa de las pataletas y los berrinches para poder aprender a controlar y regular nuestras emociones… ¿qué pasará con estos niños que no han tenido esta oportunidad de hacerlo? Porque han contado siempre con un elemento externo que ha aparecido de repente (al mínimo lloro) y los ha calmado de inmediato. Esto puede ser muy peligroso… mucho…
Crecer con un elemento externo (algo fuera de mí) que me calme ante el menor malestar hará que yo necesite siempre de «algo» que me haga sentirme bien… En el caso del vídeo se trata de un bebé con un teléfono móvil, pero ese bebé crecerá y podría después necesitar algo más para aliviar lo que sienta, ésta es la función que cumplen muchas drogas. Las pantallas actúan como una droga para los cerebros en desarrollo. Algo terrible si pensamos en ello…
Uf… hemos llegado a un punto muy triste, que da mucho miedo, a mí me lo da. Pero bueno, no quiero que nos quedemos aquí, en el extremo de mayor gravedad de todo lo que implica la sobreexposición de nuestros pequeños a las pantallas.
Los dispositivos electrónicos pueden resultar útiles con un buen control de su uso y a partir de ciertas edades. Podríamos hablar mucho más de todo esto, pero creo que este texto está quedando ya muy largo, por lo que vamos a dejarlo por el momento…
Para solucionar un problema se ha de atacar la causa que lo está creando.
Hoy, en este recién estrenado año 2024, quisiera retomar nuestras reflexiones sobre el desarrollo infantil con un tema que para todos es más o menos conocido: el TDA-H.
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es, como decía, conocido. Sabemos que hace referencia a síntomas relacionados con la capacidad de prestar y mantener la atención, y en muchos casos con el control de los impulsos y el movimiento.
También sabemos que hay muchos niños afectados que muestran estos síntomas.
y que esto les lleva a tener problemas de aprendizaje y de conducta.
¿Y qué estamos haciendo para ayudarles? Pues normalmente trabajar en lo que vemos: en la atención y el comportamiento. «Enseñando» y «entrenando» a los niños para que puedan funcionar mejor y tener más éxito en sus tareas diarias.
También utilizamos fármacos que reducen los síntomas durante las horas que dura su efecto.
Pero… seguro que si llevas un tiempo leyendo mis emails sabes lo que te voy a decir a continuación…
Que existe una manera mucho más eficaz de enfrentarse a un problema.
Y esto supone dejar los síntomas en un segundo plano («gracias síntomas por hacernos ver que algo no va bien, por darnos pistas sobre qué pueda estar fallando, pero con esto ya habéis hecho vuestro trabajo»). Dejar de centrarnos, pues, en lo que vemos, en los síntomas, para dirigirnos directamente a donde pueda estar la causa que los está creando.
Así, en lugar de quedarnos solamente en la superficie, en lo que asoma, nos vamos a ir al fondo.
El fondo… donde está la raíz de los problemas normalmente… justo ahí es donde hemos de trabajar.
Sé que parece difícil porque este fondo «no se ve». ¿Dónde está?
Pues, afortunadamente, no es tan difícil localizar este fondo. Conociendo cómo se produce el desarrollo infantil, veremos con claridad que los fallos se gestan muy tempranamente. Esto quiere decir que lo que asoma como síntoma en el niñ@ de educación infantil o primaria, ya comenzó mucho antes: en los orígenes del desarrollo de esa personita.
Al igual que ocurre en una casa que no se sostiene, que tiene grietas y fallos en su estructura, habremos de bajar a los cimientos para reforzarlos. Así en el desarrollo infantil también haremos lo mismo: bajar a los cimientos, trabajando en la misma base del desarrollo.
Y lo mejor de todo: que el trabajo en la base del desarrollo, además de ser más eficaz y efectivo, es más bonito, divertido y mejor aceptado por los niños pues supone trabajar con su cuerpo, con sus sentidos y con el movimiento.
Pero esto te lo voy contando en otros emails. Ahora me quedo con el símil de la casa para contarte todo esto en el siguiente vídeo. Espero que te guste:
Ojalá que te haya parecido interesante.
Y ya sabes que si quieres conocer mejor el neurodesarrollo y formarte para poderlo aplicar, puedes agendar una sesión conmigo y hablaremos de todo ello. Sólo tienes que hacer clic en el botón:
Eva nos habla de que los resultados llegan mucho más rápidos cuando se trabaja en el origen, la causa, de las dificultades.
Sin embargo, convencionalmente se siguen trabajando exclusivamente los síntomas, sin tocar por ello el problema real.
Eva como profesional, conoció el neurodesarrollo y dio un giro en su trabajo con los niños. Desde entonces obtiene resultados que como dice, muchas veces son «mágicos», resultados que antes, en su trabajo como maestra de audición y lenguaje y pedagoga terapéutica, no lograba alcanzar.
Y así es la experiencia que hemos tenido otros muchos profesionales que trabajamos con técnicas de neurodesarrollo. Dirigiéndonos a los fallos donde realmente se hallan, trabajando el desarrollo de los niños, no su aprendizaje.
Cuando se logra la maduración en el desarrollo, el aprendizaje llega solo, con facilidad, porque los niños se encuentran preparados, cuentan con las herramientas que necesitan para aprender sin dificultades.
No hay magia, pero sí la fuerza de lo que es natural. De lo que los niños realmente necesitan, lo que la naturaleza ha establecido como requisitos para que puedan alcanzar el éxito en su aprendizaje y el control de la conducta.
¿Te has fijado alguna vez en cuantos niños van por la calle en su sillitas y con un móvil en la mano?
Van absortos en lo que ocurre en la pantalla en lugar de mirar el mundo que lo rodea, las casas, los árboles, los perros, las personas…
Es un problema serio al que nos estamos enfrentando por el efecto de las pantallas en el desarrollo infantil: niños muy conectados con una pantalla y desconectados del mundo, desconectados de la vida…
A las aulas de infantil llegan cada día más niños con dificultades de lenguaje, para relacionarse, para seguir normas y adaptarse a las actividades del grupo, para prestar atención… Niños inmaduros que parecen haberse quedado atrás en su desarrollo.
No son las pantallas la única causa del incremento de las dificultades y del pobre desarrollo de los niños, hay otros factores que inciden en esto. Pero la exposición temprana y la sobreexposición a las pantallas tiene mucho que ver en todo ello.
Así ocurre que desde el neurodesarrollo nos vemos en la necesidad de trabajar con niños muy poco estimulados, que han tenido una pobre relación con otros, cuyo desarrollo motriz no ha sido óptimo, niños que no saben controlar sus impulsos, sus arranques emocionales, niños que no saben esperar o guardar su turno, seguir unas sencillas normas en el grupo… Niños con dificultades para comunicarse y para aprender…
Si los primeros años de vida son una etapa «sensomotriz» en la cual el desarrollo y el crecimiento del cerebro se produce gracias a los estímulos y experiencias sensoriales y motrices, la exposición a una pantalla que impide al niño moverse, relacionarse, explorar y experimentar en el mundo, no puede ser más que perjudicial.
A continuación te dejo este vídeo por si te apetece verlo:
Cuidemos del desarrollo de nuestros pequeños, es lo más valioso que tenemos como sociedad, y mucho más lo es para quienes somos padres y/o trabajamos con niños.
Si te apetece conocer más sobre el desarrollo infantil y formarte en neurodesarrollo, ya sabes, sólo tienes que hacer clic aquí debajo para que nos veamos en directo online y te cuente todo lo que necesites saber.
Conocemos la relación entre el intestino y el cerebro de la mano de Mar Alonso, experta en microbiota.
«Toda enfermedad comienza en el intestino». Éstas fueron las palabras de el padre de la medicina, Hipócrates.
Hoy, después de tantos años retomamos esta vieja sabiduría y nos hacemos conscientes de la importancia que tiene el intestino en el funcionamiento humano a todos los niveles.
Y por supuesto, de la influencia tan grande que tiene en el desarrollo de nuestros niños.
Cada día es más frecuente que escuchemos decir que nuestro intestino es nuestro «segundo cerebro». Y es que resulta que el cerebro y el intestino están tan unidos y tan interrelacionados que no podemos separar el uno del otro. No podemos separar en estado en el cual se encuentra funcionando uno del estado en el cual se encuentra funcionando el otro.
Esto quiere decir que si hay inflamación a nivel intestinal es muy probable que también la haya a nivel cerebral.
Hasta hace poco se nos decía que era el cerebro el que enviaba información al intestino y que por esto, las personas que tenemos problemas intestinales, como pueda ser colon irritable por ejemplo, tenemos unas características intrínsecas a nuestra forma de ser como es el no gestionar bien el estrés, agobiarnos fácilmente, tener una tendencia a la frustración… Se nos decía también que la solución era que aprendiésemos a relajarnos, para que así mejorasen los dificultades intestinales…
Hoy, sin embargo, sabemos que la información no viaja solamente del cerebro al intestino, sino que la que va en sentido contrario, la que viaja del intestino al cerebro, ¡es 9 veces mayor!
Así que, es posible que si somos personas que no gestionamos bien el estrés y nos frustramos fácilmente esto puede deberse al estado en el cual se encuentran nuestro intestino.
Esto nos da a entender que, mejorando el estado de nuestro segundo cerebro, el llamado «sistema nervioso entérico», podemos mejorar nuestro funcionamiento a nivel cerebral.
Y esto es válido para los niños, puede mejorar en su capacidad de prestar atención y de aprender si se trata su intestino y se mejora el estado en el cual se encuentra.
Realmente no es algo que debiera sorprendernos pues en los casos de mayores dificultades en el desarrollo infantil, como puedan ser los niños que están en el espectro autista, ocurre que la mayoría de ellos presentan manifestaciones a nivel intestinal como reflujo, diarreas, estreñimiento, intolerancias a alimentos, etcétera…
El intestino tiene el cometido de protegernos de lo que entra en nuestro organismo y absorber y servirse de lo positivo, eliminando lo negativo.
En esta labor, tan importante es la absorción de nutrientes como la eliminación de tóxicos.
Gran parte de nuestro sistema inmunológico se encuentran en el intestino (del 70 al 80%). Si éste no puede hacer su tarea de eliminar tóxicos del organismo, sino que tiene una inflamación tan grande y una porosidad que hace que esos tóxicos circulen por la sangre y lleguen al cerebro, entendemos que el estado del intestino puede afectar a cómo funcionamos a nivel cerebral.
Además de absorber nutrientes y de desechar tóxicos, el intestino cuenta con otras varias funciones, entre ellas la de fabricar gran parte de los neurotransmisores (sustancias químicas que que favorecen la comunicación entre las neuronas): hasta el 90% de la serotonina y el 20% de la dopamina.
La serotonina es el neurotransmisor cuyo déficit asociamos con la depresión, la dopamina con el déficit de atención. Y conociendo esto, no parece tener demasiado sentido que si queremos tratar estos trastornos (entre otros), nos centremos solamente en el funcionamiento del cerebro.
El intestino, al igual que otros órganos de nuestro cuerpo, está habitado por una gran cantidad de microorganismos, algunos de ellos patógenos, pero otros beneficiosos. Lo deseable es que esta «microbiota» esté sana, que exista equilibrio entre unos microorganismos y otros. Una microbiota sana se encuentra en una persona sana, sana a todos los niveles.
Mar Alonso, nuestra invitada experta en el programa de formación online en neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨ nos cuenta cómo influye la microbiota en el ser humano. Y cómo una gran mayoría de los niños con autismo, por ejemplo, tienen una microbiota dañada, suponiendo esto un intestino permeable y una intoxicación en todo su organismo. También nos habla de cómo trabaja ella con los niños para lograr retomar su salud intestinal y cómo muchos así, muestran grandes cambios en todas las áreas de su desarrollo y aprendizaje.
Si todo comienza en el intestino como decía Hipócrates, es ahí donde debemos actuar para que otros tratamientos y otros enfoques terapéuticos funcionen en las mejores de las condiciones y el niño pueda avanzar fácilmente hacia su recuperación y hacia un desarrollo pleno que le permita aprender y funcionar con facilidad.
Infórmate del programa de formación online en neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨ Cada mes contamos con un experto en desarrollo infantil invitado al programa, además de tener un completo contenido teórico y práctico sobre el desarrollo infantil y cómo apoyarlo desde diferentes técnicas de estimulación cerebral.
Autismo (TEA), trastorno generalizado del desarrollo, déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA-H), trastornos del lenguaje (TEL), dislexia, síndromes… son, entre otros, diagnósticos que hacen referencia a dificultades en el desarrollo y el aprendizaje de los niños.
El desarrollo de un niño equivale a su desarrollo y maduración cerebrales.
Al fin y al cabo, es el cerebro el que lo hace todo: es el cerebro el que camina, está sentado, presta atención, lee, escribe, se relaciona con los demás… El cerebro utiliza el cuerpo como un instrumento para hacerlo todo en la vida. Y es por esto que hemos de ocuparnos del cerebro de nuestros niños, de asegurarnos de que recibe la estimulación adecuada para su plena maduración y, cuando esto no ha sido posible, ofrecer una estimulación extra que lo ayude a alcanzar esa maduración óptima.
El neurodesarrollo se ocupa del desarrollo natural del cerebro
De esto se ocupa el neurodesarrollo. Una ciencia que se basa en el desarrollo natural del ser humano y en cómo apoyarlo de forma también natural para que sea lo más pleno posible. Todo esto se traduce en un trabajo con el cuerpo, las sensaciones y el movimiento. Un trabajo del cual disfrutan los niños mientras se dirigen directamente a las causas de sus dificultades en lugar de quedarse a trabajar exclusivamente en los síntomas.
Si te interesa el neurodesarrollo, conoce las opciones de formación y asesoramiento que te puedo ofrecer: formación para profesionales que trabajan con niños y asesoramiento individual o grupal para familias de niños con dificultades en su desarrollo.
En mi anterior artículo y vídeo hablaba de lo importante que es moverse adecuadamente para luego poder parar. Para adquirir la maduración necesaria para poder controlar el movimiento.
Y moverse suficiente y de forma adecuada pasa especialmente por atravesar plenamente por las etapas motrices durante el primer año de vida, siendo un bebé y antes de ponerse de pie y caminar.
Pero no todos los niños pasan por estas etapas o, incluso habiéndolo hecho, no tienen un buen control del movimiento, de la postura, de su cuerpo…
Y esto puede incidir en su conducta y también en su aprendizaje.
La buena noticia es que siempre se puede trabajar, dando a los niños la oportunidad que necesitan. Una segunda oportunidad de madurar y lograr un desarrollo más pleno.
El neurodesarrollo nos ofrece así técnicas, ejercicios, que podemos realizar utilizando el movimiento. Pero no cualquier movimiento, que ya vimos en el anterior vídeo que no es suficiente, sino movimientos determinados que utiliza la naturaleza para que los niños alcancen esa maduración que les permita controlar el movimiento, sus impulsos, la postura, su atención en clase, entre otras muchas cosas.
Esto es lo que cuento en este nuevo vídeo:
Si te apetece conocer más sobre neurodesarrollo infantil, ya sabes que puedes informarte de mis programas de formación:
Intervención emocional en disléxicos y técnicas de neurodesarrollo.
El programa de formación en Neurodesarrollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨ crece de mes en mes gracias a las aportaciones de nuestros expertos invitados. Todos ellos especializados en diversas áreas del desarrollo infantil, acuden al programa para compartir con nosotros sus conocimientos. Esto hace de la formación en neurodesarollo MIMANDO LAS ESTRELLAS✨ un programa único, sin duda alguna.
En este mes de febrero hemos contado con la experta CATIA GARCÍA VARGAS, quien dio una bonita sesión titulada «Dislexia y Trauma. Intervención emocional en disléxicos.»
En esta entrevista realizada con anterioridad a nuestra sesión, Catia nos habla de cómo conoció el mundo del neurodesarrollo y cómo esto la llevó a convertirse en una gran profesional con múltiples recursos para trabajar con niños (y con adultos) con dificultades de aprendizaje, de conducta o emocionales.
Finaliza esta charla asegurándonos que siempre merece la pena trabajar con los niños con dislexia u otros trastornos porque siempre hay esperanza. Esperanza de mejorar y lograr grandes avances que cambiarán sus vidas.
Catia dirige el Centro Claves para la Reorganización de las Habilidades de Aprendizaje CREHA: https://www.creha.info/
La dislexia puede tratarse en muchos casos con éxito gracias a técnicas de neurodesarrollo. Un trabajo que se dirige a las posibles causas que crean las dificultades en la lectura y la escritura en lugar de limitarse a los síntomas que muestran estas dificultades.
Si quieres conocer más sobre el tema, acércate al neurodesarrollo en esta misma página: rosinauriarte.com
Infórmate del más completo programa de formación online en neurodesarrollo: MIMANDO LAS ESTRELLAS✨.
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