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DOMAN NO SE EQUIVOCÓ

Niña con Síndrome de Down«Doman no se equivocó»

Testimonio de la madre de una niña con síndrome de Down que trabajó con éxito con el método Doman

Precioso testimonio de xianuki , publicado en el blog de PADRES CON ALTERNATIVAS
 
 
En ese mismo blog encontrarás gran cantidad de testimonios de familias que han trabajado con métodos de organización neurológica o neurodesarrollo obteniendo buenos resultados y ayudando así a sus niños en su desarrollo a alcanzar su máximo potencial.
 
 
Existen otros testimonios parecidos y uno especialmente espectacular que fue documentado. Puedes verlo en esta misma página:
 
 
 

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«Síndrome de Down. Niños de la esperanza.»

LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

Bits de inteligencia en la Estimulación Temprana

La Estimulación Temprana es un conjunto de juegos, ejercicios físicos y actividades que realizamos lúdica y atractivamente, de forma repetitiva y rápida.

El objetivo es el desarrollo completo del niño y de sus capacidades, haciéndole más confiado, sano y feliz. Para ello ha de aprovecharse el momento en el que el niño tiene una mayor plasticidad y crecimiento cerebral, el momento en el que se adquieren las destrezas y habilidades que le acompañarán toda la vida. Coincide además con el momento en el que el niño tiene mayores ganas de aprender y de llevar a cabo cualquier actividad que los adultos le propongamos con la condición de nuestra compañía y atención.
 
Es precisamente por la edad del niño que la estimulación se llama «temprana». Actualmente se tiende a evitar el término «precoz» pues puede inducir a un error en el concepto de la misma, llevando a creer que se pretende que el niño llegue a realizar cosas antes de tiempo o para las cuales pueda no estar aún preparado. Contrariamente a este concepto falso, la estimulación temprana tiene siempre en cuenta el momento y la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño, con el fin de aprovecharla al máximo y hacer que el desarrollo en la misma sea el adecuado.
 
Otro error frecuente es confundir la estimulación temprana con la «atención temprana» o viceversa. La atención temprana está enfocada al tratamiento de niños con deficiencias o minusvalías y por lo tanto, lleva a cabo acciones dirigidas a la solución o mejoría de los problemas concretos de cada niño. La estimulación temprana, sin embargo, contempla el desarrollo del potencial completo de todos los niños sin excepción. Por supuesto, que en el caso de aplicarse a niños con deficiencias, deberá estar más enfocada en las mismas además de pretender el desarrollo global del pequeño.
 
Para comprender su concepto y sus objetivos, no hay nada mejor que conocer cómo nació la estimulación temprana. Fue hace ya varias décadas, en Filadelfia, donde Glenn Doman y su equipo llevaban años tratando a niños paralíticos cerebrales en los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano. Doman, fisioterapeuta de profesión, se dio cuenta de que masajeando piernas y brazos no lograría sanar a los niños con el cerebro lesionado. Con el tiempo y tras mucha investigación llegó a la conclusión de que había que imitar de alguna manera a la naturaleza en el desarrollo del cerebro. Así que empezaron a realizar con los niños cerebrolesos los movimientos que realizaba el bebé de forma natural en su desarrollo, sólo que lo hacían de forma mucho más intensiva, más repetitiva y constante.
 
Obtuvieron así muchos éxitos al conseguir que estos niños fuesen más autónomos, algunos llegaban a desplazarse arrastrándose, otros a gatear e incluso los había que llegaban a andar. Tras lograr estos objetivos en la movilidad se propusieron metas cada vez más exigentes como enseñar a los niños paralíticos cerebrales hablar, a leer o conocimientos enciclopédicos y matemáticas… Muchos niños paralíticos cerebrales aprendían a hablar, incluso en varios idiomas y leían con más facilidad que niños completamente sanos. Los resultados que obtuvieron fueron tan asombrosos que no tardaron en llegar a la pregunta que daría lugar al nacimiento de la estimulación temprana: «Si somos capaces de lograr todo esto con niños con el cerebro lesionado… ¿Qué no lograríamos con los niños no lesionados?» Así fue como comenzaron a aplicarse las mismas técnicas a todos los niños.
 
A pesar de que se han realizado algunos estudios, los resultados no son aún concluyentes sobre los efectos de la estimulación temprana a largo plazo. Por supuesto, no existe la posibilidad de analizar los cerebros de los pequeños que han sido estimulados y compararlos a los que no han recibido esa estimulación, al igual que tampoco podemos volver atrás en el tiempo para comprobar qué hubiera sido del niño si no lo hubiésemos estimulado. Pero sí que existen experimentos con animales en los que se ha observado que los estimulados desde el nacimiento tenían después capacidades y habilidades mayores a los que no fueron estimulados. También se ha podido ver un mayor desarrollo en la masa cerebral y en las conexiones neuronales de estos animales.
 
El cerebro del bebé nace con una cantidad inmensa de células cerebrales, son las neuronas, esperando comunicarse entre sí y formar una intrincada red de conexiones entre unas y otras. Será este complicado entramado cerebral el que le permita realizar todas sus acciones y aprendizajes futuros, desde las habilidades más simples como respirar hasta las más complejas del ser humano como son la lectoescritura o el cálculo matemático, relacionarnos y controlar nuestro comportamiento y nuestras emociones. Podemos decir que nuestro cerebro lo es todo: nuestra forma de actuar, de movernos, de hablar, de aprender, de relacionarnos…
 
Pero estas conexiones neuronales no se dan por sí solas… El cerebro no se desarrolla gracias a un programa establecido por la naturaleza o por nuestros genes… El cerebro se desarrolla únicamente si lo usamos… Las neuronas solamente formarán circuitos y redes neuronales si son usadas y estimuladas de forma adecuada, con la frecuencia, la intensidad y la duración necesarias. Las que no se utilicen de esta manera, morirán y no podrán recuperarse. Suele decirse que nuestro cerebro se rige por un principio: «úsalo o piérdelo para siempre».
 
Así podemos afirmar que una de las principales metas de la estimulación temprana es la creación de nuevas conexiones y circuitos neuronales. De esta forma dotaremos al niño de unas herramientas que le serán útiles durante toda su vida. Para la adquisición de estas habilidades y capacidades hay un momento preciso y limitado, al igual que existe un momento para aprender a hablar u otro para aprender a caminar…
 
Es lo que los expertos denominan «la ventana de oportunidad», una ventana que se abre en el momento del nacimiento y va cerrándose conforme nos vamos alejando de ese momento establecido por la naturaleza para acceder a estas habilidades. El período de máximo desarrollo neuronal llega hasta los tres años de vida del niño, a partir de esta edad decrece paulatinamente hasta los seis años, cuando el cerebro pesa ya el 80 ó 90% del peso del cerebro adulto y los mecanismos de aprendizaje serán los que prevalezcan ya en el futuro.
 
El potencial con el que nace un niño es enorme… la capacidad que llegue a desarrollar depende de sus experiencias en estos primeros seis años de vida. Por lo tanto, la estimulación de estos tempranos años juega un papel determinante en las capacidades que pueda llegar a desarrollar una persona.
 
Otro de los objetivos de la estimulación temprana es acercar al niño a intereses alejados de su entorno. Esto quiere decir que el niño tendrá la oportunidad de conocer cosas nuevas con las que no tiene contacto de forma habitual. Así podremos introducir al niño en el mundo de las ciencias, el arte, la naturaleza, la matemática, la música o un segundo idioma… De esta forma se pretende sacar partido al momento en el que la curiosidad infantil no tiene límites, creando en el niño intereses que pueda disfrutar toda su vida.
 
Uniendo el propósito de la conexión neuronal y el desarrollo de nuevas habilidades junto con la creación de intereses y el mantenimiento de la curiosidad, nos llevará a otro de los principales objetivos de la estimulación temprana a medio o largo plazo: evitar el fracaso escolar.
 
Los métodos utilizados son muy variados en cuanto al material y la forma de llevar la estimulación a cabo. Por un lado se realizan ejercicios físicos enfocados en el desarrollo del niño mediante movimientos que realiza el bebé de forma natural en su propio desarrollo: gatear o rodar hacia un lado y hacia el otro, por ejemplo. En la estimulación táctil se realizan masajes y efectos sobre la piel del niño, y para la estimulación vestibular se utilizan columpios y aparatos que hacen que el cuerpo del niño se mueva en diversas direcciones y posturas.
 
Para que la estimulación sea más efectiva, es muy importante utilizar la mayor cantidad de sentidos posibles, por ello se dice que debe ser multisensorial.
 
El material que se utiliza principal y más frecuentemente en la estimulación temprana es audiovisual. Éste lo componen imágenes claras y atractivas: fotografías y dibujos (los bits de inteligencia) y palabras escritas. En cuanto a la información auditiva, se trabaja con palabras en varios idiomas y con música. Y siempre que sea posible, recurriremos a objetos reales que podamos manipular.
 
Para el buen funcionamiento de la estimulación, es vital realizar las actividades de forma rápida (así evitamos que se aburra el niño y mantenemos su atención), atractivas (utilizando el material y el tono de voz adecuado que atraiga la atención de los pequeños) y de forma repetida (esto consolida el aprendizaje y las habilidades y crea circuitos y conexiones neuronales que se conservarán toda la vida).
 
Existen aún miedos y recelos en cuanto a la estimulación temprana debidos principalmente al desconocimiento de la misma. También alguna que otra crítica, aunque ninguna seria. A Glenn Doman, padre de la estimulación temprana, se le critica porque sus programas son muy duros y «esclaviza» a los padres pues éstos deben dedicar mucho de su tiempo libre… Lo más razonable es hacer lo que se pueda, cuanto más mejor… sin embargo, más vale hacer poco y hacerlo con ilusión y ganas. Así el niño disfrutará también.
 
Una crítica frecuente consiste en afirmar que los niños deben «jugar» y nada más hasta que no sean más mayores y comiencen sus obligaciones escolares. Esto es un error. Primero: la estimulación temprana debe contemplarse siempre como un juego, y el niño la vive así… Segundo: el momento para hacer estas actividades son los primeros seis años de vida. Ya en primaria es tarde para muchas cosas… El desarrollo se completó ya en gran medida y la curiosidad y el interés indiscriminado por todo va disminuyendo de forma evidente.
 
También se tiene miedo a «sobreestimular» al niño. Quien comparte este temor no sabe que esto es sencillamente imposible… si hacemos las cosas mal se le puede aburrir, se le puede excitar, se le puede agobiar… pero si se hacen bien y el niño lo vive como un juego disfrutando de ello, no hay ningún efecto negativo, no tiene sentido pensar que pueda haberlo. Todos las consecuencias de pasar un buen rato con tu hijo enseñándole cosas nuevas y ayudándole en su desarrollo, serán siempre positivas.

 

BIBLIOGRAFÍA:

-«Cómo multiplicar la inteligencia de su bebé»
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Edaf
-«Cómo dar conocimientos enciclopédicos a su bebé»
Glenn Doman
Ed. Diana
-«Cómo enseñar a su bebé a ser físicamente excelente»
Glenn Doman
Ed. Diana
-«Cómo enseñar a leer a su bebé»
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Edaf
-«Cómo enseñar matemáticas a su bebé»
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Diana
-«Hijos mejores»
Dr. Francisco Kovacs
Ed. Martínez Roca
-«El método de los bits de inteligencia»
Víctor Estalayo y Rosario Vega
Ed. Edelvives

 

 

 
Libro de Estimulación Temprana por Rosina Uriarte

«HOW SMART IS YOUR BABY?» – «SÍ, SU BEBÉ ES UN GENIO»

«Sí, su bebé es un genio», libro de Glenn Doman para apoyar el desarrollo del bebé.

Sí, su bebé es un genio de Glenn Doman

Contamos ya con la publicación en castellano de esta estupenda guía para la Estimulación Temprana del niño desde su nacimiento hasta su primer cumpleaños.
«Sí, su bebé es un genio» es el título de este libro, escrito por Glenn y Janet Doman, y publicado por la editorial EDAF.

DALE OPORTUNIDADES A TU BEBÉ

He traducido y adpaptado uno de los capítulos del libro «How smart is your baby?» de Glenn Doman y Janet Doman. Me gusta porque muestra el amor y el respeto incondicionales de Glenn Doman por los bebés y por todos los niños en general. También porque nos hace reflexionar sobre cómo actuamos los adultos con los bebés y nos acerca un poco más a su mundo y a su forma de verlo y experimentarlo.

Dale oportunidades a tu bebé
El bebé no crece ni se desarrolla de forma automática o programada por la naturaleza. Su desarrollo depende en gran parte de sus experiencias, de las oportunidades que le haya brindado su entorno. Por lo tanto, su nivel de desarrollo estará determinado por la calidad de este entorno.
Pero muy pocos bebés reciben grandes oportunidades para desarrollarse… Una vez que llegan a la fase en la que tienen libertad para moverse, solemos restringirles, no sólo en su movilidad, sino también en el uso del lenguaje y en la destreza manual.
Los bebés pasan horas y horas todos los días confinados a parques caseros o tacatacas, en hamacas o sillitas. Estos artilugios limitan seriamente la movilidad del bebé; es para esto mismo para lo que están diseñados. Al mismo tiempo limitan las oportunidades de lenguaje en el bebé y la habilidad de explorar el mundo de forma manual.
Estas restricciones se basan en la noción actual de que el bebé debe adaptarse a las necesidades del mundo de los adultos.
Pero el bebé no puede ni debe adaptarse a nuestro mundo.
El nuestro es un mundo que dice: «Monta, no andes». Él está desesperado por andar.
El nuestro es un mundo que dice: «Estáte callado, no interrumpas». Él está desesperado por hablar.
El nuestro es un mundo que dice: «No toques, lo romperás». Él tiene que tocarlo para aprenderlo todo de ese objeto en cuestión.
El bebé tiene una agenda muy, muy apretada. Antes de ponerse el sol cada día, debe obedecer un imperativo de movilidad que dice: «debo andar un kilómetro hoy y bajar rodando del sofá 400 veces». Su imperativo del lenguaje le dice: «tengo que aprender una palabra nueva para cada cosa que vea hoy». Sus imperativos sensoriales y manuales dicen: «tengo que tocar, saborear, oler y coger todas las cosas del mundo al menos una vez».
Estos imperativos están reñidos con un mundo que en gran medida no tiene tiempo para los bebés.
Después de más de medio siglo observando crecer a nuestros bebés, estamos convencidos de que el cómo sean estos bebés de adultos en cuanto a habilidades físicas y neurológicas se refiere, estará determinado más por su primer año de vida que por cualquier otro período. Es así de simple.
Comprender la importancia y las características de este momento del desarrollo del bebé ayudará a los padres a ver por qué hace las cosas que hace e incrementará su respeto por su hijo. Este respeto evitará que los padres se quejen constantemente de que el bebé se comporte como tal y se pasen el día impidiéndole hacer lo que sea que él quiera o necesite hacer.
Hay una razón para cada cosa que hace el bebé. Él no pierde el tiempo. No está interesado en el ocio o el entretenimiento.
A él le interesa la supervivencia y el desarrollo de su potencial, y cree firmemente que aprender es una habilidad para sobrevivir.
Y tiene razón. Aprender sí es una habilidad para sobrevivir.
Como el bebé hace que aprender parezca una tarea fácil, estamos inclinados a menospreciar el proceso del que somos testigos los adultos.
Él está convencido de que aprender es divertido.
Y tiene razón. Aprender sí es divertido. Pero hace tanto tiempo que la mayoría de los adultos hemos experimentado por última vez el puro gozo del descubrimiento y la creatividad que hemos olvidado lo que se siente. Un bebé experimenta este gozo cada minuto del día.
Dale al bebé un sonajero y lo observará. Es por este motivo que los juguetes se hacen con colores brillantes. Lo golpeará para ver si hace ruido. Es por este motivo que los sonajeros suenan. Lo palpará. Es por este motivo que los juguetes no tienen bordes afilados. Lo saboreará. Es por este motivo que los juguetes se fabrican con materiales no tóxicos. Incluso lo olerá. Aún no hemos averiguado cómo deben oler los juguetes, es por este motivo que son inoloros.
Este proceso lleva en su totalidad unos 30 segundos. Ahora que sabe todo lo que hay que saber del sonajero lo abandonará y dedicará la misma atención y el mismo interés a la caja de la cual lo hemos sacado.
De hecho, es posible que el bebé preste más atención a la caja en la que venía el juguete, puesto que probablemente le permitamos romperla y así descubrir cómo estaba hecha. No tendrá esta oportunidad con el juguete porque lo hemos fabricado para que sea irrompible.
Con todos y cada uno de los objetos de su entorno utiliza los mismos cinco tests de laboratorio. Lo observa, lo escucha, lo palpa, lo saborea, y lo huele. Entonces, habiendo aprendido todo lo que se puede aprender sobre el objeto, lo tira.
Aquí es cuando utilizamos esta brillante demostración del método científico contra el bebé, como evidencia de que tiene una capacidad muy limitada de atención.
La pregunta sería: «¿Cuánto tiempo debe jugar un bebé con un sonajero?»
La respuesta: «Mientras haya algo que aprender de él, ¡ni un segundo más!»
Si optamos por traer niños a este mundo, tenemos el deber, como sociedad, plantearnos esta cuestión: ¿acaso no deberíamos prepararnos para brindarles todo lo que necesiten y adaptarnos nosotros a sus necesidades durante este primer y vital año de vida?
Después de todo, somos nosotros los adultos. Nosotros tenemos la opción de elegir; el bebé no.
No debemos restringir al bebé simplemente por nuestra conveniencia en el momento en que su libertad es tan preciosa para él.

PSICOMOTRICIDAD Y DESARROLLO NEUROMOTOR

Psicomotricidad y desarrollo neuromotor. Dos enfoques diferentes, pero complementarios, en busca de la maduración en el desarrollo.

Dentro de los aprendizajes tempranos, la psicomotricidad ocupa un lugar prioritario.
El niño, hasta los cinco años, se encuentra en un período evolutivo básicamente perceptivomotor, que organiza su mundo a través de sus percepciones subjetivas, siendo su propio cuerpo el canal más fácil para la adquisición del conocimiento.
El objetivo de la psicomotricidad (mejor denominada «desarrollo neuromotor» para diferenciarla del concepto tradicional de «psicomotricidad») es conseguir una correcta organización neurológica: un problema funcional deriva en un problema educativo. Con las actividades de psicomotricidad ayudamos al Sistema Nervioso a madurar correctamente, a formar y consolidar circuitos neuronales.
G. DOMAN: «Estamos totalmente convencidos de que todo niño, en el momento de nacer, posee una inteligencia potencial superior a la que jamás utilizó Leonardo da Vinci. Esa inteligencia potencial, presente en el nacimiento, incluye y de hecho empieza, con la función física.»
También según Glenn Doman, el tiempo que requiere un niño para aprender una nueva función, el grado de dificultad que encuentre, la determinación que tenga que demostrar y el nivel de destreza que logre, serán delineados por el nivel físico que haya alcanzado durante sus primeros seis años de vida: promedio, inferior al promedio o superior al promedio.
Un elevado número de fracasos escolares tienen como origen la falta de estimulación psicomotriz en los primeros años de vida.
M. GARCÍA VELA: «Cuantas más oportunidades damos a un niño para que se mueva, más favorecemos el desarrollo global de su inteligencia y más bases sólidas ponemos para futuros aprendizajes. Por otro lado, cuando el niño consigue habilidades en el movimiento, experimenta sensaciones de dominio, de autoestima, etc. Y favorece su equilibrio emocional. También tiene repercusiones positivas en su capacidad para concentrarse en los deberes y para relacionarse con los demás».
Los primeros años son cruciales para conseguir el desarrollo motriz. El rendimiento va mejorando de forma progresiva, pero después de los 5 ó 6 años no aparecen habilidades corporales nuevas.
En psicomotricidad existen muchos ejercicios que se pueden hacer que favorezcan el desarrollo de los pequeños. Pero están los llamados «patrones básicos», que serían los más importantes en este sentido. La marcha (tanto andar como correr); los ejercicios vestibulares (que trabajan el sentido del equilibrio) como los saltos, las volteretas y las croquetas; el arrastre y el gateo.
La marcha, pero sobre todo el arrastre y el gateo, tienen una importancia destacada por su realización en patrón de «esquema cruzado», es decir, que mientras se efectúan dichos ejercicios, se están utilizando ambas partes del cuerpo contralateralmente: cuando se mueve la pierna izquierda, se mueve el brazo derecho y viceversa. Esto supone el desarrollo de los dos hemisferios y de las conexiones que se establecen entre ambos.
El gateo es un momento evolutivo muy importante, pues supone una adquisición de autonomía frente a los padres y una oportunidad de descubrir y experimentar el entorno que el niño no había tenido hasta entonces. Cuando comience a andar estará mucho más preocupado por mantener el equilibrio y será más dependiente de los adultos, dejará a su vez durante algún tiempo de explorar el medio en favor del disfrute y perfeccionamiento de su nuevo logro.
Mientras dura la fase del gateo, el niño aprenderá a calcular distancias en el espacio y se acostumbrará a observar objetos a una distancia de unos 30 cm., que será casualmente la distancia de enfoque que utilizará más tarde para sus labores de lectoescritura.
G. DOMAN: «Existe una relación muy estrecha entre ser capaz de arrastrarse, de gatear y de converger con la visión en un punto próximo.»
M.T. ALDRETE: «El 95% de niños que no gatean tienen problemas de lectoescritura. El 5% restante lo suple trabajando la manualidad. El gateo es un ejercicio preventivo para la lectura.»
Debemos dejar a nuestros pequeños gatear, sin temor a que se ensucien. Debemos dejarles correr siempre que esto sea posible y no reñirles por ello. Debemos dejar que se encaramen y suban a todas partes, siempre que no corran peligro. Debemos dejar que lo toquen e investiguen todo, controlando que no puedan hacerse daño. Cada vez que decimos a un niño : «No toques» «No corras» «No te subas ahí» «No te tires por el suelo» «Mira que te pones hecho un cochino» etc. … si se lo decimos sin un verdadero motivo de evitar lo que consideramos un peligro o una acción totalmente inapropiada a las circunstancias, estaremos limitando el desarrollo del pequeño y por lo tanto, su inteligencia. Estaremos cortando el desarrollo de su autodominio motriz, lo cual no sólo afectará a su destreza motora, sino también a su personalidad y autoestima. También estaremos cortando su curiosidad y ganas de saber, lo cual afectará a su actitud ante el aprendizaje futuro. Muchas veces, los padres enseñamos a nuestros hijos a «no ser inteligentes».
La psicomotricidad puede aplicarse a cualquier edad, aunque es más efectiva cuanto más pequeño es el niño. A los 6 años tendrá que recorrer una distancia mucho mayor gateando para que se produzca el beneficio buscado. Estos ejercicios ayudan a madurar neuro-lógicamente a cualquier niño y no tienen efectos secundarios, por lo que todos podríamos apuntarnos a sesiones familiares de gateo. Los adultos probablemente precisen de rodilleras (se venden en las tiendas de deporte), y de ilusión y ganas. Con un poco de imaginación se pueden realizar carreras, circuitos por los que habrá que pasar bajo sillas o sobre obstáculos… Es importante que nos involucremos con lo que propongamos a nuestros hijos, si les dejamos solos y se lo ordenamos, no obtendremos ningún éxito. Es preciso motivarles, y lo que más les motiva en el mundo es nuestra compañía.
Más información en este mismo blog:

BITS DE INTELIGENCIA «elementos del universo»

En esta ocasión, en nuestra clase de estimulación temprana, pasamos la colección de bits de inteligencia de los elementos del universo.
A los peques les encanta porque eso de que existan los planetas que son como pelotas y que nosotros vivamos en uno de ellos les llama mucho la atención.
Después de ver los bits jugamos con nuestros propios planetas y con la bola del mundo. Aquí siempre quieren buscar «donde vivo yo» y apuntan en el sitio con el dedo.

Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE
Rosina Uriarte

MATEMÁTICAS EN CLASE DE ESTIMUALCIÓN TEMPRANA

 

Matemáticas en la Estimulación Temprana.
 
Este es un fragmento del rato que dedicamos a las matemáticas en nuestra clase de Estimulación Temprana. Las matemáticas las realizamos tanto en castellano como en inglés. Pretendemos que los niños jueguen con las cantidades y vivan las matemáticas de forma lúdica. Todos nuestros alumnos de este grupo tienen entre los dos y los tres años de edad.
 

Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE
Rosina Uriarte

Puede interesarte este otro artículo del blog:

«Estimulación Temprana y las matemáticas»

Curso online de Estimulación Temprana con Rosina Uriarte

DE NUESTROS PRIMEROS AÑOS DE VIDA DEPENDE EL RESTO

«Cada día la velocidad de crecimiento es inferior a aquella del día precedente. Entre la edad de siete a ocho años, el cerebro de un niño crecerá lo mismo que lo hará entre los ocho y los ochenta años. En los pirmeros seis años, el niño aprende más de lo que aprenderá el resto de su vida.» Glenn Doman.

Desarrollo neuronalEn este gráfico puede apreciarse el desarrollo de las conexiones neuronales al nacer y a las edades de 6 y 14 años. Estas conexiones proliferan de forma vertiginosa en el cerebro del bebé en sus primeros meses de vida. Durante la primera década, el niño tendrá el doble de conexiones neuronales que un adulto.

El desarrollo de los niños no depende de su genética, sino que es un reflejo de la calidad de su ambiente.

Lo que sigue lo he tomado del libro «Children of dreams, children of hope» de Raymundo Veras, discípulo de Glenn Doman y fundador de los Institutos Veras.

Veras asegura que un niño de cinco años puede aprender más rápidamente que uno de seis, y por lo mismo, un niño de cuatro lo hace más rápidamente que uno de cinco y el de un año lo hace más que los demás debido al crecimiento temprano del cerebro.

Observando el crecimiento cerebral, el niño a los cinco años ha aprendido ya el 80% de todo lo que aprenderá jamás.

Resalta cómo los niños pequeños tienen la capacidad de ser «genios lingüísticos» que adquieren tres o más lenguas con la misma facilidad con la que aprenden su lengua materna.

Veras se lamenta de que la mayoría de los niños de un año reciben una estimulación muy pobre. Los adultos estimulan sus cerebros solamente cuando les conviene dentro de sus planes personales…

Bebé en su parquecito

«Lo tienen en una jaula – llamada «parque» – una prisión de privaciones estructuradas, y lo rodean de ejemplares absurdamente estúpidos. Repiten por él las cosas más estúpidas: que el niño tiene que trabajar para aprender; tiene literalmente que sacar por la fuerza la información de sus padres. Es algo muy triste y algo de locura monumental … No es culpa de los padres, no saben hacerlo mejor. No tienen ninguna intención de mantener ignorantes a sus niños. Les ha sido enseñado a dar los mejores juguetes a sus hijos y aburrirles con repeticiones estúpidas. ¡Es una gran tristeza, una tragedia!»

El desarrollo de los niños no depende de su genética, sino que es un reflejo de la calidad de su ambiente.

«He dicho que mejorando el ambiente de un niño, su desarrollo probablemente se acelerará. Esto es lo que he dicho.
No he dicho, por el contrario, y lo repito, que los niños deberían ir al colegio antes.
No he dicho que el niño debiera ser presionado con el aprendizaje.
No he dicho que debierais comprar una mesa y una silla para la habitación de vuestro niño.
No he dicho que debierais transformar a los niños en robots áridos e insensibles.
No he dicho que debierais indoctrinar a los niños en regímenes de clase a edad precoz.»

«He dicho que los niños pequeños tienen una tremenda capacidad de aprender y que pueden aprender casi sin esfuerzo.
He dicho que los niños pueden aprender mucho más si alguien encuentra tiempo para mostrarles las cosas excitantes que les rodean.
He dicho que los niños exploran cualquier ambiente. Si el ambiente es excitante y rico en información, existen muchísimas posibilidades de que el niño se convierta en un individuo excitante y rico en información.
He dicho que si el ambiente es aburrido y falto de información, existen muchas posibilidades de que el niño crezca aburrido y privado de información.»

«MITOS Y ERRORES SOBRE LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA»

I WANT A DRAGON Cuento en inglés

Cuento en inglés en nuestras clases bilingües de estimulación temprana.

Este es uno de nuestros cuentos de inglés, el que utilizamos para el tema de los cuentos de hadas.

Los niños suelen participar mucho, esta vez se han emocionado algo menos por estar pendientes de la persona ajena al aula que estaba grabando el vídeo. Pero como veis, son siempre unos alumnos estupendos. Tienen todos entre 2 y 3 años.

Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE, Castro Urdiales.

 

«EMOCIÓN Y APRENDIZAJE»

EL INGLÉS EN LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

Material para la enseñanza del inglés en la estimulación temprana

La enseñanza del inglés en la estimulación temprana

G. DOMAN: «De los 0 a los 4 años es el período óptimo en el que el cerebro está estructuralmente destinado y su potencial organizativo preparado para la adquisición de lenguajes. Es lo que los profesionales llaman la «ventana temporal». Una vez pasada esta edad se «cierra» la ventana y el aprendizaje de los diferentes lenguajes va a estar sometido a grandes esfuerzos (salvo por inmersión en el medio lingüístico concreto).»

V. ESTALAYO Y R. VEGA: » Los primeros meses y los primeros años de la vida del niño, son decisivos para el logro de una buena maduración auditiva. La razón es que, entonces, se registran los sonidos en el cerebro, tal cual son; posteriormente, en cambio, se perciben de forma imperfecta y, por consiguiente, se reproducen mal. ¿Quién es capaz, por ejemplo, de aprender una lengua extranjera con tal perfección, que nadie sospeche siquiera que no es su lengua materna? Sólo el niño pequeño.»
Cuando la 2ª lengua se adquiere a la vez que la 1ª el cerebro mantiene los dos sistemas diferentes y los utilizará por separado.
Todos los idiomas utilizan las mismas frecuencias bajas, varían de 125 a 250 Hz. Sin embargo, las frecuencias más altas difieren mucho de unos idiomas a otros. El inglés, por ejemplo, utiliza gran cantidad de sonidos agudos, que van desde los 2.000 a los 12.000 Hz. El castellano utiliza frecuencias de 1.000 a 3.000 Hz.

Nuestros oídos, al estar constantemente escuchándonos a nosotros mismos y a las personas que nos rodean, están más acostumbrados a las frecuencias de nuestra lengua materna. La realidad es que somos «sordos» ante las frecuencias utilizadas en otros idiomas. Y esto se explicaría porque las células cerebrales que reciben las frecuencias extranjeras no han desarrollado tantas conexiones como lo han hecho las que reciben las frecuencias que nos son familiares.
A. TOMATIS: «Por el hecho de no poder oír las frecuencias extranjeras, no podemos pronunciarlas correctamente. Y lo que es peor, no podemos memorizarlas con facilidad.»
El niño tiene la percepción de gama de frecuencias más abierta que un adulto. El profesor ideal para enseñar inglés a un niño pequeño es el profesor nativo, pues le hablará con los sonidos que el niño es aún capaz de percibir y reproducir. Más adelante, bastará con que sea un buen profesor, una vez que el oído del niño ya crecido o adulto deja de distinguir determinadas frecuencias, lo mismo dará que el profesor sea nativo o no, siempre que su conocimiento del idioma sea adecuado. Lo conveniente es que los niños aprendan la pronunciación correcta desde el principio, pues es algo que les quedará para su futuro aprendizaje del idioma, y es algo imposible de conseguir una vez que se alcanza determinada edad.
Para el aprendizaje de los idiomas también se puede utilizar la técnica de los bits de inteligencia, mediante la preparación de lo que en inglés se llaman flashcards. Son carteles de información visual (con una imagen clara), igual que los bits, pero no tratan temas alejados del entorno del pequeño (conocimientos enciclopédicos), sino todo lo contrario: se tata de enseñarle al niño palabras muy sencillas que sean a la vez significativas por su relación afectiva con ellas (palabras de la familia, de la casa, juguetes, etc.). Estas imágenes también irán acompañadas por carteles de palabras (aunque no se muestran estas palabras a la vez que las imágenes) y se pasarán frente al niño una cada segundo durante 10 veces.
La estimulación con el segundo idioma incluirá además, canciones, poemas, cuentos, vídeos, juegos, etc.
En casa la mejor manera de introducir un segundo idioma es hablándole al niño en el mismo. Pero esto resulta fácil solamente a aquellas personas que tienen ese segundo idioma del niño como lengua mateInglés en la estimulación tempranarna y les sale con fluidez y naturalidad. La mayoría de las madres y padres necesitan por encima de todo comunicarse con sus hijos de forma plena y satisfactoria, y esto sólo es posible utilizando el lenguaje con el que nos sentimos emocionalmente identificados.
Hay, sin embargo, muchas cosas que se pueden hacer, siempre de modo lúdico y en determinados momentos del día. Que mamá o papá cambien de idioma durante un ratito todos los días no tiene por qué suponer un problema, aún así, si los niños protestan es mejor no hacerles mucho caso y seguir adelante pues acabarán por acostumbrarse a ello.
Los paseos por la casa nombrando cosas en otro idioma, adivinando dónde están las que se mencionan o corriendo a tocarlas… pueden resultar actividades divertidas. También se pueden colocar carteles con el nombre de las cosas de la casa para que el niño se habitúe a ver palabras en el otro idioma.
Sobre todo cuando se trata de inglés, el hecho de que el niño pueda reconocer las palabras escritas a la vez que las oye pronunciadas es de vital importancia debido a la difícil ortografía del idioma, el recordar cómo se escriben las palabras le ayudará en su futuro aprendizaje de la lengua.

«CUT O CAT. ¿POR QUÉ CUESTA TANTO LA PRONUNCIACIÓN EN INGLÉS?»