Rosina Uriarte, autor en ROSINA URIARTE - Página 22 de 24

BITS DE INTELIGENCIA «elementos del universo»

En esta ocasión, en nuestra clase de estimulación temprana, pasamos la colección de bits de inteligencia de los elementos del universo.
A los peques les encanta porque eso de que existan los planetas que son como pelotas y que nosotros vivamos en uno de ellos les llama mucho la atención.
Después de ver los bits jugamos con nuestros propios planetas y con la bola del mundo. Aquí siempre quieren buscar «donde vivo yo» y apuntan en el sitio con el dedo.

Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE
Rosina Uriarte

MATEMÁTICAS EN CLASE DE ESTIMUALCIÓN TEMPRANA

 

Matemáticas en la Estimulación Temprana.
 
Este es un fragmento del rato que dedicamos a las matemáticas en nuestra clase de Estimulación Temprana. Las matemáticas las realizamos tanto en castellano como en inglés. Pretendemos que los niños jueguen con las cantidades y vivan las matemáticas de forma lúdica. Todos nuestros alumnos de este grupo tienen entre los dos y los tres años de edad.
 

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Rosina Uriarte

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Curso online de Estimulación Temprana con Rosina Uriarte

SÍNDROME DOWN. NIÑOS DE LA ESPERANZA.

Síndrome de Down

«Síndrome de Down. Niños de la esperanza» es una obra del doctor Raymundo Veras.

Raymundo Veras es un médico muy reconocido en Brasil y en todo el mundo. Fundador de los Institutos Veras, su primera etapa de vida profesional la dedicó a la oftalmología, pero un gravísimo accidente hizo que se volcara de lleno en el mundo de la parálisis cerebral buscando la forma de salvar la vida de su hijo. Así llegó a Filadelfia, a los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano, donde conoció a Glenn Doman y su trabajo con los niños cerebrolesos.
Tras una etapa de grandes esfuerzos consiguió su objetivo, no sólo salvó la vida de su hijo, sino que logró darle una calidad de vida que hubiese sido impensable para los profesionales de la medicina tradicional en aquellos días y lo sería aún hoy.
En 1963 se vio en una situación comprometida cuando su contable se acercó a él suplicándole que hiciese algo por su hija. Veras le aseguró que la ayudaría, convencido de que la niña era paralítica cerebral, sin embargo resultó que la niña tenía el síndrome de Down. Tanto Veras como Doman, en aquel entonces estaban convencidos de que estos niños nada tenían que ver con los lesionados cerebrales y que por lo tanto nada se podía hacer por ellos.
Observando la expresión de este hombre, Veras se recordó a sí mismo hacía cinco años, cuando recibía el diagnóstico exento de esperanza alguna sobre las posibilidades de su hijo, y se vio impotente ante el hecho de no poder ofrecerle ayuda a su empleado y amigo. Por salir del paso se comprometió a ver y evaluar a la niña y una vez que lo había llevado a cabo proporcionó a los padres un programa de estimulación y programación cerebral tal como lo hacían con los pacientes paralíticos cerebrales. En realidad Veras tan sólo buscaba reconfortar a los padres, tenerles ocupados e ilusionados y evitarles en la medida de lo posible, pues le resultaba doloroso enfrentarse con el problema que el consideraba no tenía solución.
Mientras tanto, Veras intenta ganar tiempo para informarse y estudiar todo lo que pueda sobre la trisomía 21. Su decepción fue grande al descubrir que apenas había nada publicado sobre el tema, que se desconocía casi por completo.
Pero esta decepción pronto quedaría empañada por la sorpresa de comprobar que los padres de Norma, que así se llamaba la niña, mostraban cada día mayor alegría y gratitud en sus encuentros con el doctor. No sólo se mostraban entusiasmados, sino que tras haber realizado los intensos y difíciles programas recomendados, pedían más… Veras, sin comprender muy bien lo que estaba ocurriendo, y sin tener otra cosa que recomendar a los padres, les pidió que doblaran todo lo que estaban haciendo. Ellos aceptaron sin pestañear siquiera…
Pronto estos padres tan contentos comenzaron a llevar a otros padres de niños como Norma a los Institutos Veras y se les aplicó también el mismo programa. Éste es un programa muy difícil, a menudo requiere 10, algunas veces 14 horas al día de estimulaciones, arrastre, gateo… Es un trabajo duro, pero los niños mejoran. Éstos son datos concretos que nos da Raymundo Veras con respecto a esta mejoría:
– Sus lenguas se retiran hacia el interior de la boca
– las bocas se cierran
– su respiración se hace normal
– están más presentes
– el tono muscular mejora
– parecen cada vez menos mongoloides
– parecen cada vez más niños
– parecen cada vez menos «sin esperanza»
– tienen cada vez más «esperanza»
En 1970, después de ocho años de terapia, Norma Nunes, síndrome Down, es una niña normal y entra en una escuela normal para continuar sus estudios.
«… no creo que las cosas tengan que quedar tal como son. No creo que los tetrapléjicos tengan que convertirse en buenos tetrapléjicos o que los niños cerebrolesos tengan que convertirse en adultos cerebrolesos.
No creo que la meta justa para los mongoloides sea volverse buenos mongoloides. No sólo no creo que sea una meta justa, sino que creo es una meta vil. Es una meta negativa que amenaza al niño porque tiene mayor potencia para empeorar sus condiciones que para mejorarlas.
Cuando un niño mongoloide nace, no está muy retrasado en el desarrollo respecto a los otros niños; pero, puesto que no se desarrolla rápidamente como los otros, con el pasar de los meses y de los años sus condiciones empeoran siempre más.
Ahora, es justo preguntar: ¿el mongoloide se desarrolla más lentamente que los otros niños porque no puede desarrollarse a la misma velocidad o porque no nos esperamos que lo haga?» R. Veras.
Todos los niños precisan de un ambiente rico en estímulos para su correcto desarrollo. Un excelente ambiente neurológico es el que ofrece al niño excelentes oportunidades de ver, oír, sentir, degustar, oler y moverse. Los niños con síndrome Down necesitan un ambiente estimulante acelerado porque necesitan más estímulos que los demás niños. Este ambiente rico e intenso debe comenzar a ser posible, el día en el que nace el niño. Como en todos los casos, los primeros años de la vida de estos niños son los más importantes puesto que es en estos años que aprende y se desarrolla más rápidamente que el resto de su vida.
«Cuando los padres de un niño mongoloide creen que un día se volverá normal y comienzan a tratarlo como a los demás niños, entonces sus probabilidades de volverse normal serán mucho más grandes. La meta para nuestros mongoloides es la normalidad y nada menos.
¡Los niños mongoloides no son estúpidos! ¡No son especiales! Son niños cerebrolesos que tienen necesidad de ambientes mejores y de estimulaciones mejores. No deberían de ponerlos aparte, lejos de la vista y de la mente. No solamente muchos niños mongoloides tienen el potencial para lo normalidad, sino que a menudo tienen el potencial de un genio. Muchos de mis mongoloides leen más rápidamente y mejor que los niños normales; muchos son mejores en matemáticas y aprenden más rápidamente que los normales; por eso no quiero oír hablar de mis mongoloides inscritos en clases «especiales» a menos que signifique para niños superiores.»
Síndrome de Down

* Nota de la autora de este blog:

Quisiera agradecer a un lector anónimo que me haya hecho reflexionar y ser consciente de la importancia de la utilización de la terminología correcta en cuanto a los niños síndrome Down se refiere.

Primero de todo quisiera pedir disculpas a todos los lectores a quienes pueda ofender el término «mongoloide» utilizado frecuentemente en el texto. Sé que es un nombre en desuso y comprendo que la razón de su abandono sea el hecho de que no es un término preciso desde el punto de vista médico o científico, además de conllevar posibles connotaciones despectivas.

Si mantengo el término en esta entrada es debido a que se trata de citas textuales extraídas del libro de Raymundo Veras «Children of dreams, children of hope», que desgraciadamente no se encuentra aún traducido a nuestro idioma. Yo leí una pretraducción de poca calidad, de la cual extraje la parte cursiva de esta entrada y las características de los niños síndrome Down enunciadas en la misma.

En favor de Raymundo Veras diré que, aún a pesar de utilizar el término «mongoloide» casi constantemente en su libro, es infinitamente respetuoso y un amante incondicional de estos niños. Que de hecho ha dedicado su vida a trabajar con ellos y a mejorar su situación en todo lo posible. Que además, tiene el mérito de haber logrado grandes éxitos en su empeño.

En cuanto a la utilización del término «mongoloide» también es importante tener en cuenta que el libro fue escrito en 1975, lo cual nos indica la razón del uso del término, que en aquel entonces era más común.

Para finalizar, me gustaría incluir otra parte de la obra de Raymundo Veras que creo nos da una idea de que el término «síndrome Down» no era su preferido a la hora de referirse al mismo:

«… en 1865 un doctor que se llamaba Lansdon Down observó a estos niños e hizo una lista de las cosas en las que se diferenciaban… Se ha escrito que la contribución de Down en la diagnosis de sus problemas ha significado un progreso importante y que por eso estos niños llevan su nombre. No quiero ser poco respetuoso, pero no comprendo cómo su contribución sea un importante progreso. Lo que él ofreció no era un diagnóstico, sino simplemente otra etiqueta… «Síndrome de Down» no es un diagnóstico, es la descripción de síntomas o de las consecuencias de un problema médico. No he encontrado que Down haya hecho nada para curar a estos niños; hizo únicamente una lista de las cosas que no funcionaban en estos.»

Esto queda en defensa de Raymundo Veras y su utilización del término «mongoloide». En cuanto a mi posible aportación personal (siempre citando a los expertos en el tema puesto que yo no lo soy), no justifico el uso del término, por lo que me limitaré a los nombres más aceptados de «síndrome de Down» y «trisómico».

Rosina Uriarte, 19 de septiembre de 2007

DE NUESTROS PRIMEROS AÑOS DE VIDA DEPENDE EL RESTO

«Cada día la velocidad de crecimiento es inferior a aquella del día precedente. Entre la edad de siete a ocho años, el cerebro de un niño crecerá lo mismo que lo hará entre los ocho y los ochenta años. En los pirmeros seis años, el niño aprende más de lo que aprenderá el resto de su vida.» Glenn Doman.

Desarrollo neuronalEn este gráfico puede apreciarse el desarrollo de las conexiones neuronales al nacer y a las edades de 6 y 14 años. Estas conexiones proliferan de forma vertiginosa en el cerebro del bebé en sus primeros meses de vida. Durante la primera década, el niño tendrá el doble de conexiones neuronales que un adulto.

El desarrollo de los niños no depende de su genética, sino que es un reflejo de la calidad de su ambiente.

Lo que sigue lo he tomado del libro «Children of dreams, children of hope» de Raymundo Veras, discípulo de Glenn Doman y fundador de los Institutos Veras.

Veras asegura que un niño de cinco años puede aprender más rápidamente que uno de seis, y por lo mismo, un niño de cuatro lo hace más rápidamente que uno de cinco y el de un año lo hace más que los demás debido al crecimiento temprano del cerebro.

Observando el crecimiento cerebral, el niño a los cinco años ha aprendido ya el 80% de todo lo que aprenderá jamás.

Resalta cómo los niños pequeños tienen la capacidad de ser «genios lingüísticos» que adquieren tres o más lenguas con la misma facilidad con la que aprenden su lengua materna.

Veras se lamenta de que la mayoría de los niños de un año reciben una estimulación muy pobre. Los adultos estimulan sus cerebros solamente cuando les conviene dentro de sus planes personales…

Bebé en su parquecito

«Lo tienen en una jaula – llamada «parque» – una prisión de privaciones estructuradas, y lo rodean de ejemplares absurdamente estúpidos. Repiten por él las cosas más estúpidas: que el niño tiene que trabajar para aprender; tiene literalmente que sacar por la fuerza la información de sus padres. Es algo muy triste y algo de locura monumental … No es culpa de los padres, no saben hacerlo mejor. No tienen ninguna intención de mantener ignorantes a sus niños. Les ha sido enseñado a dar los mejores juguetes a sus hijos y aburrirles con repeticiones estúpidas. ¡Es una gran tristeza, una tragedia!»

El desarrollo de los niños no depende de su genética, sino que es un reflejo de la calidad de su ambiente.

«He dicho que mejorando el ambiente de un niño, su desarrollo probablemente se acelerará. Esto es lo que he dicho.
No he dicho, por el contrario, y lo repito, que los niños deberían ir al colegio antes.
No he dicho que el niño debiera ser presionado con el aprendizaje.
No he dicho que debierais comprar una mesa y una silla para la habitación de vuestro niño.
No he dicho que debierais transformar a los niños en robots áridos e insensibles.
No he dicho que debierais indoctrinar a los niños en regímenes de clase a edad precoz.»

«He dicho que los niños pequeños tienen una tremenda capacidad de aprender y que pueden aprender casi sin esfuerzo.
He dicho que los niños pueden aprender mucho más si alguien encuentra tiempo para mostrarles las cosas excitantes que les rodean.
He dicho que los niños exploran cualquier ambiente. Si el ambiente es excitante y rico en información, existen muchísimas posibilidades de que el niño se convierta en un individuo excitante y rico en información.
He dicho que si el ambiente es aburrido y falto de información, existen muchas posibilidades de que el niño crezca aburrido y privado de información.»

«MITOS Y ERRORES SOBRE LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA»

EL GATEO Y LA LECTURA

Bebé gateandoEl gateo es una etapa del desarrollo importante para la lectura pues durante esta etapa se produce gran parte del desarrollo del sistema visual.

Glenn Doman, tratando a sus pacientes con parálisis cerebral, había cosechado ya grandes éxitos en la mejoría de muchos de éstos en todos las áreas del ser humano.
Sin embargo, había un grupo de estos niños que le tenía totalmente desconcertado, eran niños capaces de ver, de hablar, de oír y escuchar… eran niños muy brillantes en muchos casos, pero eran incapaces de aprender a leer.
«Hemos visto que estos niños tienen únicamente dos cosas en común: no saben leer ni andar a gatas. Cuando estos niños consiguen gatear durante algún tiempo, también su forma de leer mejora. Ahora, ¿cuántas veces tiene que suceder esto, y lo hemos visto miles de veces, antes de convencernos de esta correlación entre la capacidad de andar a gatas y de leer? Y cuándo nos convenzamos de esta correlación entre la capacidad de andar a gatas y de leer, ¿cuánto se necesita hasta que comencemos a preguntarnos si, en algún lugar del mundo hay personas que, por una razón o por otra, social o cultural, religiosa, no han tenido la posibilidad, de pequeños, de poder tirarse al suelo?
En otras palabras, que no hayan tenido nunca la posibilidad de arrastrarse o de gatear. Si existe tal civismo, y si existe un pueblo así, ¿se encuentra en grado de leer?»
A raíz de esta pregunta, Doman y sus colaboradores recorrieron el mundo conviviendo con pueblos primitivos como los Xingu de Brasil, los Bosquimanos del Kalahari, los esquimales de Alaska, los Navajos de Arizona… También observaron el comportamiento de niños de Samoa, rusos, franceses…

Descubrieron que ningún niño xingu, por ejemplo, ha tenido nunca la oportunidad de arrastrarse por el suelo o de gatear. La razón es que el terreno en los lugares donde habitan es una amenaza para la seguridad, e incluso la vida, de los pequeños. Los niños son llevados sobre las caderas o las espaldas de sus madres.

Raimundo Veras, discípulo de Doman y fundador de los Institutos Veras en Brasil, dice lo siguiente: «En todos los pueblos primitivos que hemos visitado, los niños no pueden andar a gatas y ninguno de ellos puede fijar sus ojos en un objeto más cerca que el largo de su brazo. Todos son présbites. Creemos que cuando un niño camina a gatas su vista de cerca se desarrolla.»

«Si el suelo o terreno lleva a los niños a gatear, entonces existen buenas probabilidades de que aquella cultura tenga un lenguaje escrito; si los niños no pueden andar a gatas es muy dudoso que su cultura tenga un lenguaje escrito.»

«Para que un pueblo pueda escribir o leer tiene que haber desarrollado la capacidad de focalizar sobre los objetos situados a unos 30 ó 40 centímetros de su rostro.»

Glenn Doman: «Si me muestra el suelo de una cultura, puedo decirle si esa cultura tiene un lenguaje escrito o no.»

«LA IMPORTANCIA DEL GATEO»

«EL GATEO LE PREPARA PARA LEER Y ESCRIBIR»

I WANT A DRAGON Cuento en inglés

Cuento en inglés en nuestras clases bilingües de estimulación temprana.

Este es uno de nuestros cuentos de inglés, el que utilizamos para el tema de los cuentos de hadas.

Los niños suelen participar mucho, esta vez se han emocionado algo menos por estar pendientes de la persona ajena al aula que estaba grabando el vídeo. Pero como veis, son siempre unos alumnos estupendos. Tienen todos entre 2 y 3 años.

Centro Bilingüe de Estimulación Temprana BRISBANE, Castro Urdiales.

 

«EMOCIÓN Y APRENDIZAJE»

EL INGLÉS EN LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

Material para la enseñanza del inglés en la estimulación temprana

La enseñanza del inglés en la estimulación temprana

G. DOMAN: «De los 0 a los 4 años es el período óptimo en el que el cerebro está estructuralmente destinado y su potencial organizativo preparado para la adquisición de lenguajes. Es lo que los profesionales llaman la «ventana temporal». Una vez pasada esta edad se «cierra» la ventana y el aprendizaje de los diferentes lenguajes va a estar sometido a grandes esfuerzos (salvo por inmersión en el medio lingüístico concreto).»

V. ESTALAYO Y R. VEGA: » Los primeros meses y los primeros años de la vida del niño, son decisivos para el logro de una buena maduración auditiva. La razón es que, entonces, se registran los sonidos en el cerebro, tal cual son; posteriormente, en cambio, se perciben de forma imperfecta y, por consiguiente, se reproducen mal. ¿Quién es capaz, por ejemplo, de aprender una lengua extranjera con tal perfección, que nadie sospeche siquiera que no es su lengua materna? Sólo el niño pequeño.»
Cuando la 2ª lengua se adquiere a la vez que la 1ª el cerebro mantiene los dos sistemas diferentes y los utilizará por separado.
Todos los idiomas utilizan las mismas frecuencias bajas, varían de 125 a 250 Hz. Sin embargo, las frecuencias más altas difieren mucho de unos idiomas a otros. El inglés, por ejemplo, utiliza gran cantidad de sonidos agudos, que van desde los 2.000 a los 12.000 Hz. El castellano utiliza frecuencias de 1.000 a 3.000 Hz.

Nuestros oídos, al estar constantemente escuchándonos a nosotros mismos y a las personas que nos rodean, están más acostumbrados a las frecuencias de nuestra lengua materna. La realidad es que somos «sordos» ante las frecuencias utilizadas en otros idiomas. Y esto se explicaría porque las células cerebrales que reciben las frecuencias extranjeras no han desarrollado tantas conexiones como lo han hecho las que reciben las frecuencias que nos son familiares.
A. TOMATIS: «Por el hecho de no poder oír las frecuencias extranjeras, no podemos pronunciarlas correctamente. Y lo que es peor, no podemos memorizarlas con facilidad.»
El niño tiene la percepción de gama de frecuencias más abierta que un adulto. El profesor ideal para enseñar inglés a un niño pequeño es el profesor nativo, pues le hablará con los sonidos que el niño es aún capaz de percibir y reproducir. Más adelante, bastará con que sea un buen profesor, una vez que el oído del niño ya crecido o adulto deja de distinguir determinadas frecuencias, lo mismo dará que el profesor sea nativo o no, siempre que su conocimiento del idioma sea adecuado. Lo conveniente es que los niños aprendan la pronunciación correcta desde el principio, pues es algo que les quedará para su futuro aprendizaje del idioma, y es algo imposible de conseguir una vez que se alcanza determinada edad.
Para el aprendizaje de los idiomas también se puede utilizar la técnica de los bits de inteligencia, mediante la preparación de lo que en inglés se llaman flashcards. Son carteles de información visual (con una imagen clara), igual que los bits, pero no tratan temas alejados del entorno del pequeño (conocimientos enciclopédicos), sino todo lo contrario: se tata de enseñarle al niño palabras muy sencillas que sean a la vez significativas por su relación afectiva con ellas (palabras de la familia, de la casa, juguetes, etc.). Estas imágenes también irán acompañadas por carteles de palabras (aunque no se muestran estas palabras a la vez que las imágenes) y se pasarán frente al niño una cada segundo durante 10 veces.
La estimulación con el segundo idioma incluirá además, canciones, poemas, cuentos, vídeos, juegos, etc.
En casa la mejor manera de introducir un segundo idioma es hablándole al niño en el mismo. Pero esto resulta fácil solamente a aquellas personas que tienen ese segundo idioma del niño como lengua mateInglés en la estimulación tempranarna y les sale con fluidez y naturalidad. La mayoría de las madres y padres necesitan por encima de todo comunicarse con sus hijos de forma plena y satisfactoria, y esto sólo es posible utilizando el lenguaje con el que nos sentimos emocionalmente identificados.
Hay, sin embargo, muchas cosas que se pueden hacer, siempre de modo lúdico y en determinados momentos del día. Que mamá o papá cambien de idioma durante un ratito todos los días no tiene por qué suponer un problema, aún así, si los niños protestan es mejor no hacerles mucho caso y seguir adelante pues acabarán por acostumbrarse a ello.
Los paseos por la casa nombrando cosas en otro idioma, adivinando dónde están las que se mencionan o corriendo a tocarlas… pueden resultar actividades divertidas. También se pueden colocar carteles con el nombre de las cosas de la casa para que el niño se habitúe a ver palabras en el otro idioma.
Sobre todo cuando se trata de inglés, el hecho de que el niño pueda reconocer las palabras escritas a la vez que las oye pronunciadas es de vital importancia debido a la difícil ortografía del idioma, el recordar cómo se escriben las palabras le ayudará en su futuro aprendizaje de la lengua.

«CUT O CAT. ¿POR QUÉ CUESTA TANTO LA PRONUNCIACIÓN EN INGLÉS?»

TDA-H. MEDICACIÓN. ALTERNATIVAS. INDIGNACIÓN…

Niño con TDAH

TDAH y medicación es un binomio que me frustra porque excluye otras alternativas que pueden ser muy beneficiosas para nuestros hijos.

Hoy acabo de llevarme otro de mis «berrinches» al toparme con la versión oficial, y únicamente aceptada, de la medicina y las asociaciones, al menos en lo que al TDA-H se refiere…

TDA-H son las siglas que nombran el trastorno por déficit de atención, que puede aparecer junto con la hiperactividad. Ésta, la hiperactividad, es el síntoma más llamativo del trastorno por lo que comúnmente da nombre a este síndrome, cuando en realidad es tan sólo un síntoma más entre otros muchos. La falta de atención también lo es, pero es quizá el que más preocupa por sus consecuencias de fracaso escolar, y además, es siempre una constante en este tipo de niños, mientras que la hiperactividad puede estar presente o no. Los síntomas son manifestaciones del verdadero problema de fondo: una inmadurez del sistema nervioso.

Existen muchísimas asociaciones de padres de niños hiperactivos. Las que yo conozco siguen fielmente la senda trazada por la medicina «oficial» sin salirse ni un pasito… ¿A qué nos lleva esto? A perder la ilusión de que puedan ayudarnos realmente… con el tiempo te das cuenta de que es siempre más de lo mismo… que lo que te puedan aportar ya lo puedes leer tú mismo en miles de páginas en internet o en cientos de libros editados sobre el tema… Que el único consuelo que sacas es el de desahogarte con otros padres en situaciones parecidas a la tuya y el de ver que siempre hay quien está mucho peor… Pero este «consuelo de tontos» y las técnicas recomendadas para aprender a convivir con el problema no satisfacen más que transitoriamente… ¡Porque lo que queremos los padres es solucionar el problema, no aprender a lidiar con él a diario! ¡Porque lo que queremos es curar a nuestros hijos! … o al menos hacer que se acerquen lo más posible a esa curación…

Hoy creí de nuevo que se me daría la oportunidad de hablar a otros padres de niños hiperactivos sobre las alternativas a la medicación y la psicoterapia… Pero me equivoqué de nuevo… «¿Alternativas?» «No…, nosotros, desde la asociación, nos tomamos muy en serio la hiperactividad y no podemos informar a los padres de nada que no esté debidamente contrastado.»

¿Debidamente contrastado? Para cuando estas terapias alternativas lo estén, nuestros niños hiperactivos serán ancianos desgraciados y deprimidos… ¿Debidamente contrastado? Hoy por hoy, lo que está muy contrastado es esto: los efectos de los psicoestimulantes, derivados de las anfetaminas, que se recetan indiscriminadamente a estos niños. Para más información:

Metilfenidato (estimulante del Sistema Nervioso Central), es la composición principal de la mayoría de las marcas comercializadas.
Ritalín
Rubifén
Concerta(Desde que escribí esto se han comercializado dos medicaciones nuevas a base de compuestos distintos al metilfenidato, Strattera e Intuniv, que no son psicoestimulantes).

Desde mi punto de vista, desde mis más hondas creencias y desde mi experiencia personal, puedo decir que SÍ EXISTEN ALTERNATIVAS. Que además, no tienen los efectos secundarios negativos de las pastillas, y que por ello merece la pena intentarlas. Que son efectivas en la mayoría de los casos… Y que los padres tenemos derecho a que se nos informe de todo esto. Que nosotros también nos tomamos la hiperactividad muy en serio… más en serio que nadie… y que tenemos derecho a elegir…

NEURODESARROLLO INFANTIL Y REEDUCACIÓN PSICOMOTRIZ: Instituto Médico del Desarrollo Infantil y Vegakids

REEDUCACIÓN AUDITIVA: Método Berard y Vegakids

INTEGRACIÓN SENSORIAL – ESTIMULACIÓN TÁCTIL Y VESTIBULAR: Clínica Ocupacional Terapéutica Isabelle Beaudry

REEDUCACIÓN OCULAR: Optometría comportamental

HOMEOPATÍA: Instituto Médico del Desarrollo Infantil

TMR (TERAPIA DE MOVIMIENTOS RÍTMICOS): Harald Blomberg y Eva María Rodríguez

Varias de estas terapias tienen como objetivo incidir en el sistema nervioso haciendo que madure y desaparezcan los síntomas de forma definitiva.

Estas son alternativas que yo conozco, si sabes de alguna otra, házmelo saber, y si quieres más información, escríbeme.

Saludos amigo lector. Gracias por estar ahí.
Rosina Uriarte (2007)

Dos libros diferentes:
– «La otra cara de la hiperactividad» del Dr. Jorge Ferré Veciana y la Dra. María del Mar Ferré Rodríguez. Ediciones Lebón.
– «El déficit de atención sin fármacos» de Gladys Veracoechea Troconis. Editorial Psimática

*NOTA: cuando escribí este artículo no conocía aún el método PADOVAN. Aconsejo a quien pueda interesarle el tema que se informe aquí.


«El TDAH y los tratamientos que no tienen base científica»

 

INCIDENCIA DE LA AUDICIÓN EN LA ESCUELA Y EN LA CONDUCTA

En este artículo los autores explican la importancia de poseer una buena capacidad auditiva para lograr resultados ópitmos en el rendimiento escolar y cómo, además de afectar al aprendizaje, una deficiente audición puede además determinar el estado de ánimo y el comportamiento de nuestros hijos y alumnos.

Es fácil comprender que existen muchos y variados problemas visuales sin referirnos a la ceguera, y que por ello observamos a los niños e intentamos ayudarlos por medio de lentes y otros mecanismos como pudiera ser tapar un ojo… Sin embargo, nos cuesta aceptar que, lógicamente, existen también muchas y muy variadas formas de oír y de escuchar y que, por desgracia, no se hace nada para ayudar a los niños con deficiencias en este sentido a no ser que padezcan de una sordera…

Víctor Estalayo y Rosario Vega son los discípulos directos de Guy Bérard en España. Bérard es un otorrinolaringólogo francés que ha estudiado estos aspectos de la audición durante más de 40 años y ha creado un tratamiento que se está extendiendo poco a poco por todo el mundo, incluído nuestro país. Las estadísticas hablan de la necesidad de realizar pruebas auditivas a niños con fracaso escolar y problemas emocionales o de conducta. Estas estadísticas también nos muestran el elevado grado de efectividad de la Reeducación Audtiva en estos casos.
Rosina Uriarte

INCIDENCIA DE LA AUDICIÓN EN LA ESCUELA Y EN LA CONDUCTA

Por VÍCTOR ESTALAYO, director del Instituto de Desarrollo Infantil y Reeducación Auditiva VEGAKIDS, y ROSARIO VEGA, presidenta.
"Reeducación auditiva para el éxito escolar y el bienestar emocional" de Guy Berard
La mayoría ignora que, en el oído, las anomalías son muy numerosas sin tener en cuenta los fallos en la agudeza auditiva.
Dos individuos con idéntica agudeza auditiva pueden oir y escuchar de forma muy diferente. La calidad del procesamiento de los estímulos acústicos se refiere a cómo oímos, cómo escuchamos y cómo interpretamos lo que oímos.
En su obra «Reeducación auditiva para el éxito escolar y el bienestar emocional» el doctor Guy Bérard divulga los hallazgos de investigaciones clínicas que ha realizado en este campo durante varias décadas.

Posibles fallos en el procesamiento auditivo

1. Falta de uniformidad en los umbrales
Lo más común es que algunos o muchos umbrales sean diferentes entre sí. La uniformidad total se expresa en un audiograma recto que es muy poco frecuente; casi siempre hay altibajos. Cuando son numerosos, dificultan mucho el procesamiento de lo que se oye.
Los picos producen distorsiones. Si corresponden a las frecuencias más importantes para el lenguaje, afectan a la actividad escolar, a la comprensión, a la atención y hasta a la estabilidad emocional.

2. Fallos en la discriminación
Muchos no aprecian si un sonido es más agudo o más grave que otro. El fallo puede ser parcial o total. A veces un oído puede discriminar bien el otro, mal. Con más frecuencia son ambos los que fallan. El fallo puede estar en los graves, en los agudos o en toda la gama de sonidos.
El habla consiste en la emisión de fonemas que tienen su puesto en una escala de sonidos. Por ejemplo, los sonidos sordos como /p/, /t/, /k/, son más graves que los sonoros /b/, /d/, /g/. La incapacidad y aún una ligera dificultad para distinguir a unos de otros complican el seguimiento de las explicaciones orales. Exigen mucho esfuerzo de atención para deducir del contexto su valor real. Considerando lo que pasaría si uno tuviera que esforzarse por distinguir, por ejemplo, pata de bata, pelo de velo, tía de día, tuna de duna, cana de gana o coma de goma, no lograríamos hacernos más que una pálida idea de lo que supondría pasarse una hora escuchando centenares o millares de palabras salpicadas de fonemas sordos y sonoros sin poder diferenciarlos.
La dificultad aumenta cuando se trata de discriminar los extraños fonemas de la segunda lengua que se estudia. Al menos siete de la docena larga de fonemas vocálicos de la lengua inglesa y no menos de quince de sus fonemas consonánticos carecen de correspondencia en nuestra lengua. Para poder percibirlos con exactitud, es necesario oírlos muchas veces a edad temprana.
Si nos se discriminan bien, no será posible distinguir auditivamente, fit (en forma) de feet (pies), show (espectáculo) de chow (comida), pen (pluma) de pan (cazuela), cut (corte) de cat (gato) o de cot (catre o cuna), cash (dinero contante) de catch (captura), as (como) de ass (asno), chip (astilla) de cheap (barato), fan (abanico) de fun (diversión) yotras numerosísimas palabras que, oralmente, se distinguen sólo por un fonema.
Las consecuencias de la falta de una correcta discriminación auditiva afectan igualmente a la apreciación musical. Un fallo general en esta función reduce drásticamente la gama de sonidos que se perciben, elimina el concepto mismo de melodía en el caso de quien lo padece, impide notar el cambio de tonalidad y seguir el sonido individual de los instrumentos de la orquesta sobre todo cuando tocan simultáneamente.

3. Mala lateralización
La eficiencia del procesamiento auditivo se pone a prueba de modo especial cuando se trata de llevar al cerebro la información oral suministrada por los profesores durante un período de tiempo prolongado. Es necesario llevar la información al hemisferio cerebral dominante por la vía auditiva propia, que es la más corta y la más rápida. Es lo que ocurre en un individuo bien lateralizado.
Pero hay quien no queda bien lateralizado auditivamente y procesa unas frecuencias de sonido por la izquierda y otras por la derecha. Si no se procesan todos los fonemas por la misma autopista de información, los que van por la ruta más larga tardarán más en llegar creando conjuntos de fonemas desordenados. Para su comprensión, el cerebro del oyente necesita reordenarlos. Esta operación exige un trabajo extraordinario. Si la presión de las ondas sonoras producidas por el conjunto de fonemas /l/ /a/ /s/ llega al área auditiva del cerebro en otro orden, como /s/ /a/ /l/, en lugar de las, se oiría sal, por ejemplo. Pero esa clase de trabajo no se puede realizar cómodamente si es contínuo y mucho más complejo.
La falta de una buena lateralización auditiva es responsable de dislalias y dislexias y, además, puede causar tartamudez. En general, complica de tal manera la escucha activa, la comprensión y la atención, que explica por sí sola los fallos en estas áreas.

4. Tiempo de respuesta prolongado
La lentitud en el procesamiento de la información acústica es una anomalía improtante que bastaría por sí sola para dar cuenta de un pobre rendimiento escolar. Es el resultado de fallos como falta de uniformidad en los umbrales de percepción, pobre discriminación y una lateralidad auditiva imperfecta. Si se dan otdas estas anomalías en un mismo niño, será muy lento y estará abocado al fracaso en la actividad escolar.

5. Audición dolorosa
Los ruidos muy intensos, de 130 dB en adelante, producen dolor. Entre 90 y 120 dB causan malestar y, si es se prolongan, son insoportables. Pero algunas personas sienten malestar y hasta dolor al oír ruidos suaves, generalmente agudos.
La audición muy sensible es típica de muchos lesionados cerebrales y general en los autistas. Ruidos que los demás filtramos sin esfuerzo y nos resultan casi imperceptibles son para ellos peores que el torno del dentista. Se tapan los oídos con frecuencia, chillan y, a veces, se golpean. Se vuelven solitarios, huyen de los lugares ruidosos o de los encuentros con grupos de personas y llegan a aislarse hasta el punto de suprimir la comunicación oral. Parece que el autismo guarda una estrecha relación con esta clase de alteración de la percepción auditiva.

Incidencia de la calidad auditiva en el rendimiento escolar

Siendo la escucha la actividad intelectual más común en las aulas, requiere una excelente calidad auditiva para poderla realizar bien día tras día durante largas horas. Es fácil comprender que un estudiante afectado por alguna de las anomalías auditivas señaladas necesitará esforzarse mucho para seguir las lecciones. Según el grado de los fallos que tenga, sólo podrá prestar atención durante media hora, un cuarto de hora o menos aún antes de rendirse a la fatiga y a la incapacidad de seguir comprendiendo lo que está oyendo.

Nosotros mismos hemos podido verificar la hipótesis del doctor Bérard que formulamos así:

«La incidencia de la calidad auditiva en el rendimiento escolar es tan grande, que, en general, es posible identificar a los estudiantes más aventajados y más retrasados mediante unas simples pruebas auditivas.»

Para ello, llevamos a cabo una investigación en el I.E.S. Gaspar Melchor de Jovellanos de Fuenlabrada (Madrid) y en el Colegio Pablo Neruda de la misma ciudad examinando a 195 estudiantes.
Se realizaron tres pruebas: la de selectividad o discriminación, la de lateralidad y la audiometría teniendo en cuenta, además del audiograma resultante, el tiempo de respuesta, el grado de seguridad en las respuestas y la capacidad de atención.

De las pruebas se desprendía que, en general,
– los sujetos gozaban de una magnífica agudeza auditiva,
– que la audición es, en efecto, una función compleja,
– que las anomalías posibles por lo que se refiere a la calidad del procesamiento de los mensajes orales son numerosas y que
– un porcentaje significativo de los sujetos examinados presenta una o varias anomalías, que podrían tener una icidencia negativa en el rendimiento escolar.
Al cotejar la lista de los sujetos que presentaban anomalías en la calidad auditiva con los expedientes académicos, el resultado fue éste:


Los que tienen una agudeza normal pero también una mala calidad auditiva no reciben ayuda alguna. Su número es seguramente mayor que el de los escolares que usan gafas, pero no hay audífonos que puedan corregir su anomalía, que ni siquiera es sospechada por sus padres ni por los educadores. Para poder seguir la lección oral sin quedarse atrás, descodificando lo que perciben en desorden y comprendiendo la información que reciben, necesitan hacer un esfuerzo sobrehumano. Pero no podrán prolongarlo mucho; pronto les atacará la fatiga, sentirán frustración y echarán en falta la energía necesaria. Los educadores notarán que no les siguen o que no se enteran de casi nada; dudarán de su inteligencia mientras su conducta sea adecuada y, luego, echarán la culpa de su pobre rendimiento a su mal comportamiento. Éste se irá deteriorando poco a poco en la medida de su desánimo o de su incapacidad para prestar atención y para quedarse inactivo. Se moverá, hablará, hará travesuras y distraerá a los demás. A esas alturas nadie se explica qué le pasa y nadie consigue corregirle ni ayudarle.

Solución: Reeducación Auditiva

El doctor Bérard ensayó un programa de reeducación auditiva mediante el uso de un modulador de frecuencias que le permitía dar una especie de gimnasia cerebral y mejorar la calidad auditiva.
Hasta 1982 había tratado a 1850 pacientes que presentaban anomalías en la calidad auditiva y serios problemas de aprendizaje. Los resultados golbales fueron muy positivos en 1410 de ellos, es decir, en el 76,2 % de los casos; además había obtenido mejorías parciales notables en los restantes 440 estudiantes.
En sólo diez días que dura el tratamiento es frecuente comprobar que se han operado importantes cambios en el audiograma, que no rara vez se reflejan positivamente en diversos aspectos de la inteligencia y de la conducta: mayor deseo de aprender, más facilidad, mejor comportamiento, lenguaje más abundante, reproducción más exacta de algunos fonemas, más capacidad para prestar atención y menos dificultades para el aprendizaje. Una familia nos comunicó así los resultados observados en un niño:

«Aumento de generación espontánea de lenguaje, mayor comprensión lingüística, integración social mayor, comprensión y aprendizaje de textos pequeños (en Conocimiento del Medio e Inglés), buena memorización (tablas de multiplicar y oraciones en catequesis), razonaminto más ágil (mejor y más rápida resolución de los problemas).
Como podéis observar, en esots dos meses ha progresado bastante y cada vez se aproxima más a lo que sería razonable para su edad.
Estamos muy contentos con su evolución. También él está muy contento y participa como cualquier otro en las relaciones sociales.
No he contactado con vosotros antes para el tema que os comenté sobre clases de apoyo, ya que de momento lleva bien el curso.»

«El método Berard de reeducación auditiva»

ESTIMULACIÓN TEMPRANA Y LA MÚSICA

La música en la estimulación tempranaLa música en la estimulación temprana nos brinda muchas oportunidades de estimulación para fomentar el desarrollo integral del niño.

La música ha sido descubierta últimamente como un buen medio para fomentar el desarrollo integral del niño. Padres, pedagogos y psicólogos han comprobado que a través de la música se pueden estimular: el lenguaje (oral y corporal), la atención, la concentración, la coordinación motora (fina y gruesa), el seguimiento de instrucciones, las habilidades para sintetizar y analizar, y la creatividad. Además, se potencia y se desarrolla la expresión de emociones y sentimientos.

Debido a que los niños perciben y se expresan de una forma conjunta, la educación auditiva se realizará con otras actividades y de múltiples maneras: a través del movimiento, la percusión corporal, los gestos, la expresión vocal, los dibujos, los colores…

Los audiomotores son movimientos repetitivos que acompañan a una pieza musical que es escuchada al mismo tiempo. Si hacemos que el niño se mueva, evitaremos que se distraiga y trabajaremos su sentido del ritmo.

Todo ritmo supone un orden en el espacio y en el tiempo. Dado que la música es la sucesión ordenada de notas musicales en el espacio y en el tiempo, también existe el ritmo musical. No puede afirmarse rotundamente, pero si un niño se aficiona a escuchar y a aprender música desde pequeño, hay muchas posibilidades de que además de desarrollar mejor sus facultades superiores (memoria, atención, concentración, etc.), y por tanto, llegue a ser más inteligente, también se haga mucho más ordenado y metódico.
La educación del ritmo es de vital importancia por su repercusión en el desarrollo del concepto de tiempo en el niño.
Los fragmentos u obras musicales han de ser cortos (de dos a tres minutos); nunca debe cansar ni aburrir. Los compositores han de hacerse familiares a los pequeños: lo que hacía Mozart de pequeño, de qué color tenía los cabellos Vivaldi, cómo vestían en la época de Bach, …Se les puede mostrar a los niños una imagen del compositor autor de la pieza que vayamos a escuchar. Se les dice el nombre y algunos datos biográficos (si disponemos de algo anecdótico lo mencionaremos para llamar la atención y el interés de los pequeños). Mientras decimos el nombre del compositor podemos mostrar un cartel con el nombre escrito en él. De esta manera trabajamos también la lectura. Seguidamente se les dirá el nombre de la pieza musical y se les puede mostrar un cartel con el mismo.
La música nos brinda muchas oportunidades de estimulación con nuestros hijos. Cuando decimos «música», no debe entenderse música clásica exclusivamente. Es válida todo tipo de música, incluida la música pop, si nos parece adecuada. Cuando nosotros escuchamos algo, no debemos olvidarnos de informar de ello a nuestros hijos si están presentes.
Podemos contarles algo interesante o enseñarles una imagen o fotografía del cantante o autor si disponemos de ella o la obtenemos de Internet.
Si lo que pretendemos es una estimulación más seria, pondremos una audición repetida un número de veces que nos parezca conveniente (de 10 a 15 veces), en una situación que nos sea propicia y en la que los niños estén más dispuestos a escucharla. Un buen momento es el de acostarse o levantarse, también se puede aprovechar el baño o las La música en la estimulación tempranacomidas. Los viajes en coche son una buena opción, sobre todo si son habituales.
Lo ideal en cuanto a la estimulación musical es que el niño aprenda a tocar un instrumento. También que acostumbremos al niño a distinguir los sonidos de los diferentes instrumentos dentro de las piezas musicales que escuchamos con él.